Acusado de abuso, con domiciliaria y sin tobillera

martes 20 de octubre de 2020 | 5:00hs.
Acusado de abuso, con domiciliaria y sin tobillera
Acusado de abuso, con domiciliaria y sin tobillera

El domingo fue un Día de la Madre diferente y triste para una adolescente de 19 años, residente en la localidad de Jardín América, quien en marzo pasado denunció a su padrastro por abuso sexual y generó una ruptura con sus afectos más cercanos, ya que su madre y sus hermanos tomaron partido a favor del acusado, lamentó.

Para completar un cuadro desolador y de extrema vulnerabilidad, a fines de septiembre el sospechoso, identificado como Isidoro Martín G. (47), fue beneficiado con prisión domiciliaria por el titular del Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América, Roberto Sena.

Dicha decisión generó controversia en el ámbito judicial, ya que el implicado no tendría ningun tipo de enfermedad ni condición que justifique el encierro en su propia casa.

En consecuencia, el último viernes el fiscal Jorge Fernández presentó una apelación a la medida dispuesta por el magistrado Sena.

“Yo lo denuncié el 17 de marzo y recién en junio lo detuvieron. Durante esos meses me crucé varias veces con él porque no hubo ninguna medida de protección hacia mi persona. A principios de septiembre le dictaron la prisión preventiva, pero el 25 del mismo mes el juez le otorgó la prisión domiciliaria. De eso tampoco me avisaron”, lamentó.

Al respecto, mencionó que se enteró por otro familiar que el acusado estaba viviendo en la casa de su madre, tras lo cual se contactó con el fiscal, quien tampoco habría sido notificado en tiempo y forma. 

“Para colmo no tiene tobillera, quién me garantiza que no salga y tome represalias. Estoy indignada con el trato del juzgado, porque nunca me notificaron nada. Si no pregunto, no me entero de nada y la verdad es que tengo miedo”, alertó la joven.

“Años infernales” 
En diálogo con El Territorio, la víctima precisó que el acusado es oriundo de Jardín América y siendo adolescente se mudó a Buenos Aires.

Años más tarde volvió a su ciudad natal de paseo e inició una relación con la madre de la chica, quien ya tenía tres hijos menores.

La pareja se casó en diciembre de 2006 y se mudaron a Del Viso, partido de Pilar, Buenos Aires. En primera instancia viajó sólo la pareja y luego los hijos de la mujer.

Sobre los abusos, la muchacha recordó que “comenzaron cuando tenía 7 años y mi mamá se iba a trabajar. Siempre me violaba cuando ella no estaba”.

Tiempo después, argumentando el riesgo que implicaba vivir en aquella localidad bonaerense, los tres hijos de la mujer volvieron a Jardín América bajo la tutela de los abuelos maternos.

“En 2010 volvimos a Buenos Aires con mis hermanos. Ahí ya teníamos una casa propia en Pilar. A partir de ahí padecí dos años infernales, con abusos de todo tipo”, aseguró.

Abrumada por la situación, la entonces menor le escribía cartas a su mamá para tratar de llamar la atención, pero la mujer habría sido manipulada por su marido.

“Yo le escribía cartitas a ella y las dejaba en la mesita de luz, pero nunca me dijo nada. Recuerdo que un día puse ropa a lavar y en un bolsillo en un pantalón de él encontré una de las cartitas que le había dejado a mi mamá. Hasta el día de hoy no sé si ella se la dio o él agarró”, comentó.

Asimismo, lamento que sus años en la escuela primaria y secundaria fueron muy difíciles. “Me costó mucho, no me podía integrar, no tenía amigos. Tampoco quería llegar a mi casa porque me iba a encontrar con él”, graficó.

Reclamo de justicia
Tal vez por ciertos indicios detectados por la madre, cuestión que deberá dilucidar la Justicia, lo cierto es que en 2012 los tres hijos de la mujer volvieron a Misiones por una decisión de ella, según recordó la víctima. 

En tanto, a fines de ese mismo año nació la única hija que la progenitora tuvo con el acusado, y sus demás hijos regresaron a Pilar.

“Vivimos en Buenos Aires desde 2013 hasta mediados del año pasado y los abusos de mi padrastro nunca pararon”, remarcó la denunciante.

Recordó que luego de tener su cuarto hijo, su mamá se ligó las trompas y, al volver a trabajar, un día “mi padrastro me agarró y me dijo: como tu mamá no puede tener relaciones, voy a tener con vos”, aseveró.

Ya en Misiones, en noviembre del año pasado salió a cenar con su familia y de regreso se acostó con su hermanita menor, lo que no impidió que su padrastro tratara de violarla.

Al respecto, detalló que “de repente me desperté porque sentía su respiración en mis pies y me empezó a tocar, sonó su teléfono y prendió la luz y vi que estaba completamente desnudo. Entonces le abracé a mi hermanita y se fue”.

Desesperada por una situación que no cesaba, le contó lo sucedido a su abuela, quien la instó a denunciar, al igual que una tía ante quien se quebró y le contó el secreto que la atormentaba.

“Cuando mi mamá se enteró, me preguntó por qué no hablé antes. Dijo que siempre me preguntó y que yo decía que no, como que algo sospechaba”, indicó la adolescente.

De todas formas, lamentó que la denuncia generó una grieta en la relación con su madre y sus hermanos, al tiempo que destacó el apoyo de su pareja que la sostiene en el pedido de justicia.


Reclamo por identidad

En diálogo con este matutino, la denunciante precisó que al nacer fue inscripta con el apellido de su madre, pero a los 8 años su padrastro le dio el suyo.

“Me estoy asesorando para cambiarme el apellido porque no quiero tener ningún tipo de relación con ese hombre. En su momento no me preguntaron si quería tener el apellido de él y es mi derecho obtener la identidad que me corresponde”, subrayó. 

En tanto, reconoció que no dispone de medios económicos para contratar los servicios de un abogado que siga de cerca el expediente por abuso sexual que se tramita en el Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América.

Al mismo tiempo, destacó el respaldo que halló en el fiscal Fernández, quien desde un primer momento le brindó asesoramiento y contención.  

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