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Una vuelta impensada a la que hubo que amoldarse

domingo 11 de octubre de 2020 | 6:00hs.
Luego de seis años, Elizabeth regresó a la casa de sus padres en San Antonio.

Romina (23), Sol (28) y Elizabeth (23) no se conocen entre sí, pero comparten algunas cosas en común. Las tres son oriundas de otros lugares y llegaron hace algunos años a Posadas para cursar sus estudios universitarios. Sin embargo, debido a la suspensión de actividades que se decretó durante marzo en el país, se vieron obligadas a volver a sus lugares de origen.

Las tres coinciden en que esta situación las agarró desprevenidas y que tuvieron que adaptarse a esta nueva vida junto a sus familias. La que mejor asimiló el regreso a su hogar fue Romina, quien es oriunda de la localidad de Almafuerte y que hacía un año había llegado a la capital provincial para estudiar la carrera de Enfermería.

Quizá debido al poco tiempo que pasó lejos de su casa, la vuelta no fue tan complicada para Romina, una circunstancia que para Sol y Elizabeth sí representó un mayor desafío.

“En el 2019 me fui a vivir a Posadas para estudiar la carrera de Licenciatura en Enfermería y durante el primer año alquilé con una compañera. Con mucho esfuerzo y sacrificio conseguimos un lugar, ya que es muy difícil para cualquier joven del interior. Lo hicimos porque tenemos muchas ganas de superarnos y salir adelante”, contó Romina.

“Este año, debido a la pandemia, tuve que quedarme en mi casa con mi familia y estudiar desde acá. La verdad que no es fácil estudiar de manera virtual porque no todos contamos con las herramientas adecuadas como computadoras e internet, pero con esfuerzo y dedicación lo estamos logrando”, continuó la joven de 23 años.

Sin embargo, y más allá de las dificultades que representa seguir estudiando de manera virtual, regresar al hogar familiar fue algo positivo para ella. “A pesar de todo esto, fue lindo volver y estar todos los días con mi familia”, aseguró.

Regresó a Salta después de 9 años
El caso de Sol fue un poco más complejo. La estudiante de Genética había llegado hace nueve años a Posadas desde la provincia de Salta y está transitando la última etapa de la carrera, finalizando su tesis para poder recibirse.

La cuarentena la tomó por sorpresa y lejos de su familia. Al principio mantuvo la calma y se dedicó a sus estudios, pero con el correr de las semanas su preocupación fue en aumento. Hoy, a siete meses del inicio de las restricciones, ya está instalada nuevamente en Salta junto a su familia e intentando, con las complicaciones obvias de tener que seguir conectada de manera virtual, cerrar el ciclo.

“Las primeras semanas estuve bien, pero a medida que la cuarentena se fue extendiendo me empecé a preocupar. Me costaba el hecho de estar encerrada todo el día. Eso y estar lejos de mi familia me afectó psicológicamente y estaba desesperada por volver a mi casa. Cuando pude conseguir el permiso, mis viejos me fueron a buscar para regresar a Salta”, explicó la estudiante.

“El hecho de volver a vivir todos juntos al principio fue fácil porque estábamos conmocionados con todo lo que pasaba por la pandemia, pero después me costó un poco porque estaba acostumbrada a estar sola y acá cuando volví había gente por todos lados en mi casa. No estaba acostumbrada a los horarios de la familia. Eso te choca un poco, pero son cuestiones de la convivencia”, analizó.

“Para poder concentrarme y estudiar me hice un espacio en mi habitación y de a poco me fui amoldando a vivir otra vez en familia. Mi tesis la sigo haciendo, pero me está costando un poco porque al no estar allá es complicado. Por una cuestión de fuerza mayor me tuve que volver antes, pero amo mi provincia y creo que ya no me saca nadie de acá”, enfatizó la joven salteña.

Otra de las que tuvo una vuelta a casa un poco complicada fue Elizabeth, quien regresó a San Antonio a convivir nuevamente con su familia.

“Hace seis años que me fui a vivir a Posadas. Primero quería ingresar a la Gendarmería, pero como no pude conseguirlo decidí estudiar Licenciatura en Historia en la Unam. El tema de la cuarentena nos tomó por sorpresa. Yo vivo en un albergue de la facultad y primero pensé que nos íbamos a ir por dos semanas, pero ya estamos en octubre y sigo en San Antonio”, comenzó su relato Elizabeth, quien luego se refirió a cómo fue esa vuelta a casa.

“Volver a convivir es complicado”
“Volver a la casa de mis viejos fue un poco complicado. Lo difícil es que ya estaba acostumbrada a vivir sola y volver a convivir es complicado. Allá además de estudiar también trabajaba y tenía esa independencia económica. Volver a la casa de tus padres es difícil, distinto, porque no estás acostumbrado al ritmo de ellos. Yo traté de seguir estudiando online, pero no es fácil”, explicó.

Y para cerrar, contó que todavía tenía esperanzas de retomar su vida de estudiante este año, pero todo indica que no será posible. “Mi situación fue bastante difícil en esta cuarentena, tenía la esperanza de que vuelvan las clases este año, pero parece que no será posible. Espero poder recibirme en un par de años”, finalizó.

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