Don Domingo Manduré

domingo 04 de octubre de 2020 | 6:00hs.

Mandisoví, hoy Federación, en el nordeste entrerriano, fue fundado por Juan de San Martín, Padre del Libertador, en 1777, cuando era Teniente de Gobernador del departamento de Yapeyú, del cual pasó a depender esta nueva población guaraní-misionera. En 1810 Belgrano legalizó su existencia y mantuvo ese nombre hasta 1847 cuando fue repoblado y rebautizado con el nombre de Federación cuando Urquiza era gobernador de Entre Ríos.

En el pequeño pueblo de Mandisoví surgieron jefes que tuvieron gravitación regional acaudillando las modestas y estoicas reservas guaraníes de la región en las graves épocas de las luchas civiles del litoral argentino. Muchos de ellos han sido olvidados. Algunos siguen siendo confusamente recordados, como Pablo Areguatí, destacado comerciante guaraní y comandante del pueblo de Mandisoví a favor del gobierno porteño, con actuación posterior en las islas Malvinas.

Hoy traemos a la memoria a un caudillo artiguista, misionero y guaraní, olvidado por la historia regional, don Domingo Manduré, principal responsable del mantenimiento del artiguismo en el nordeste entrerriano en la época de la Liga de los Pueblos Libres, liderada por José Artigas.

Domingo Manduré era yapeyuano. Quedó huérfano durante la grave epidemia de viruela que asoló el sur misionero entre 1770 y 1772. En un empadronamiento realizado en este último año aparece con 9 años, lo que permite deducir su nacimiento hacia 1763. Al pertenecer al grupo fundador del puerto de San Antonio de Salto Chico (hoy Concordia), que fuera un importante nudo de comunicaciones entre Misiones y Buenos Aires, hacia 1800 se lo halla en ese punto, propietario de una estancia particular. El Virrey Avilés lo liberó del régimen de comunidad debido a sus capacidades industriosas y de “hablar el castellano”, requisito básico para lograr ese derecho. Junto a él alcanzaron ese derecho su mujer Isadora Irayrú y sus hijos, Casiano, María del Rosario y María Pascuala.

Producido el Exodo Oriental de José Artigas, Manduré se hallabaen Salto Chico donde acampó la población oriental. Allí se inició el primer contacto entre el jefe oriental y Manduré. Una relación que duraría durante todo el período artiguista. Artigas había instalado una Compañía de Milicias guaraníes con los pobladores del distrito de Mandisoví y Salto Chico, a cuyo mando colocó a Domingo Manduré, con grado de Capitán, a quien le ordenó que “alborote la campaña” con el objeto de predisponerla a favor del caudillo oriental. Así lo hizo Manduré. “Alborotó” la región, promovió la insurrección de fuerzas correntinas, rebeló el distrito Mandisoví, se enfrentó a su Alcalde, Pablo Areguatí, y, ante una intimación del gobierno porteñista responde que, “...si algún vecindario se halla en reunión es por disposición de nuestro citado Sr. General (Artigas)...para la defensa de nuestra justa causa.”

Manduré, y con él la inmensa mayoría de las familias guaraní-misioneras que habitaban el distrito, habían elegido a su nuevo Jefe. Para ello, familias de Salto Chico, Mandisoví, San Gregorio (actual Mocoretá) y La Merced (Monte Caseros) cruzan el río Uruguay y se asientan en la Provincia de Artigas, produciendo un “éxodo en sentido inverso en la Banda Oriental”

En 1813, el artiguismo se implanta decididamente en Misiones. Manduré siguió siendo fiel al caudillo oriental, aunque fuera reemplazado en su liderazgo por otro estanciero guaraní, Perú Cutí. Desde allí participó en las luchas de Andresito contra los luso-brasileños defendiendo el sur misionero. Vencido Artigas por el Supremo Entrerriano, Francisco Ramírez, y diseminadas sus fuerzas, Manduré se encargó de reunirlas nuevamente y volvió a cruzar el Uruguay, donde quedó definitivamente instalado a partir de 1822, cerca de la localidad del Salto Uruguayo. El gobierno portugués, dueño entonces de la Banda Oriental le reconoció grado y sueldo de Teniente Coronel y le permitió poblar una estancia cerca del Salto Grande. Allí lo visitó el naturalista francés Auguste de Saint Hillaire, quien lo encontró “marchito y gastado, consecuencia de sus años, pero más de tan agónica y sacrificada existencia”

En ese definitivo Exodo terminaría su existencia don Domingo Manduré, en fecha que se desconoce. De igual modo cayó en el olvido el pueblito de Salto Chico, que abandonado, renacería diez años después con el nombre de Concordia, en noviembre de 1831.

Es un deber de justicia histórica recordar estos hechos durante los tiempos del artiguismo para rescatar del olvido a verdaderos caudillos federales, de sangre guaraní, que acompañaron decididamente a José Artigas, Andresito y ese conjunto de patriotas que propusieron un modelo alternativo al centralismo porteño.