El mundo pospandemia, ¿será igual al presente?

jueves 01 de octubre de 2020 | 5:00hs.

La novedosa cuestión del título ha prendido en la mente de muchas personas que -evidentemente- no estaban muy satisfechas con el mundo tal como era hacia los inicios del 2020 en que apareció esta nueva pandemia del Covid-19. Y no son sólo intereses de médicos, sanitaristas, economistas, académicos o políticos; sino también de los primeros integrantes de una nueva entidad civil no religiosa, Internacional Progresista (en adelante, IP), creada muy recientemente. La integran personalidades de múltiples países, como Noam Chomsky (Estados Unidos), Rafael Correa (Ecuador), Giorgio Jackson (activista chileno), Fernando Haddad (brasileño, ex candidato presidencial del Partido de los Trabajadores), Gael García Bernal (México), Srećko Horvat (filósofo croata), Arundhati Roy (escritora hindú), Katrín Jakobsdóttir (primera ministra de Islandia), Álvaro García Linera (ex vicepresidente boliviano), Celso Amorim (ex canciller brasileño),  Elizabeth Gómez Alcorta (actual ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Argentina), John Cusak (actor estadounidense), Nanjala Nyabola (Kenia), John McDonnell (legislador británico), Ece Temelkuran (Turquía), Nick Estes (ciudadano de la Tribu Lower Brule Sioux) y muchos otros, que han publicado hace pocos días su documento de presentación.

Es un grupo de analistas, militantes y pensadores que frente a lo que consideran un abuso del poder mundial de las personas ricas, respaldado por las políticas neoliberales bastante difundidas -y muchas consolidadas institucionalmente- se lanzan en un momento único de la historia de la humanidad, con una confluencia de varias crisis -económica, ambiental, pobreza, deshielo de los polos, nuclear, geopolítica, deforestal, etcétera- de extraordinaria gravedad. La historia futura, y de hecho el destino de la especie humana, estarán determinadas por la forma en que nos enfrentemos socialmente a ellas. Los recursos están a mano. No hay tiempo que perder. La misión de esta Internacional es verdaderamente histórica.

En la IP Argentina participan además la socióloga Alcira Argumedo, los filósofos Ricardo Forster y Jorge Alemán, las periodistas María Seoane, Fernando Buen Abad, Cynthia García, Tema Luzzani y Marco Teruggi, la actriz Cecilia Roth, el embajador argentino ante la OEA Carlos Raimundi, Roberto Pianelli (titular de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro -Metrodelegados-) y Víctor Santa María, presidente del Grupo Octubre, entre otros.

Uno de los líderes, Noam Chomsky, considera que un punto crucial en este proceso político-social-económico son las elecciones en los Estados Unidos de la primera semana de noviembre próximo –dentro de un mes–, ya que los poderes que operan atrás de Trump -petroleras, grandes financieras, fabricantes de armas, ciertas empresas de informática y mediáticas, de turismo obsceno, etcétera- y que “la humanidad atraviesa dos pandemias: la pandemia del coronavirus y la pandemia del neoliberalismo brutal, que trae muerte, desolación y desigualdad, necesitamos comprometernos para pensar un mundo mejor”.

Sobre la actualidad hasta inicios de este año, Alicia Castro, ex embajadora argentina en Venezuela y el Reino Unido, subraya la oportunidad de generar una gran conversación. “Estamos viviendo en medio de una tercera guerra mundial, donde proliferan el caos y la violencia. En este contexto ha florecido un gran debate entre pensadores, filósofos y cientistas políticos; pero este debate tiene que trascender y orientar a la política, afirma Castro. Podemos distinguir dos grandes tendencias contrapuestas, que se pueden resumir en las posiciones del filósofo esloveno Slavoj Zizek, quien augura que la pandemia le dará un golpe -tipo Muhammad Ali- al capitalismo y habrá una reinvención del comunismo, basado en la confianza, la solidaridad y la ciencia; y la del surcoreano Byung-Chul Han, que advierte que tras la pandemia, el capitalismo continuará con más pujanza, porque el virus Covid-19 nos aísla, no genera sentimientos colectivos, y traerá aparejado un mayor control de los Estados y restricciones a las libertades individuales.

Algunas de las cuestiones principales del presente ya estaban en la agenda de los partidos progresistas y de izquierda hace unos años: la reducción de la jornada laboral para generar más empleo; el salario básico universal; un régimen impositivo en el cual paguen más los que más tienen; la tasa Tobin, que implica un impuesto a las transacciones financieras. “Latinoamérica es la región más desigual del mundo”, recuerda Alicia Castro. “Durante la pandemia va surgiendo un nuevo billonario –de 100 mil millones de dólares— cada dos semanas, mientras varios millones de personas que eran de clase media están cayendo en la pobreza, y los más pobres, en la miseria”.

Además, es primordial debatir una política de articulación de medios de comunicación comunitarios. En América Latina existen bases militares y bases comunicacionales. Los medios de prensa comerciales han tenido una gran influencia en la persecución a los gobiernos populares. Hay que organizarse para contrarrestar la violencia con la que los medios de comunicación imponen mentiras. Hay un ejemplo que refuerza la importancia de este debate: cuando estamos nadando en un mar de noticias falsas,Julián Assange, el creador de WikiLeaks, que reveló a través de sus cables los crímenes de guerra de los Estados Unidos, está encerrado en una cárcel de alta seguridad y está siendo juzgado para extraditarlo a Estados Unidos, donde lo quieren condenar a 175 años de prisión por habernos revelado esas siniestras verdades.

Sugiero a los lectores que deseen “escuchar otras campanas” que localicen Internacional Progresista, analicen sus propuestas y reflexiones -como he hecho yo- y avancemos en nuestra toma de conciencia social.