Día del Almacenero: desde 1982 los Capli fomentan con el vecino y entre vecinos

domingo 27 de septiembre de 2020 | 19:30hs.
Sociedad
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Como en todas las ciudades, los almacenes de barrio o despensas suelen desaparecer con el tiempo; la mayoría se transforma en minimercado y dependiendo de su afán de crecimiento llegan a ser grandes mercados. No obstante, algunos propietarios prefieren mantener la esencia del almacén, que consiste en la atención personalizada y crear un lazo con el cliente que dura años, incluso existen vecinos que se mudan de lugar pero cada tanto vuelven al almacén a comprar y a compartir una charla con el almacenero.

Iguazú cuenta con muy pocos almacenes que permanecen en el tiempo es el caso de la despensa Capli ubicada en barrio Villa Tacuara sobre calle Tambor de Tacuarí a una cuadra del tradicional club que lleva el nombre de la calle, donde concurren los niños y adolescentes a jugar al fútbol y al vóley. El almacén mantiene sus puertas abiertas desde 1982, mantiene sus paredes de madera, el mostrador y aun exhibe y utiliza una vieja balanza que le dan el toque especial y personalidad al pequeño negocio.

El negocio familiar comenzó con Valentín Zenon Capli, que se dedicaba a la construcción y fue uno de los trabajadores que edificio el monumento o hito en la frontera de Iguazú, el hombre que falleció en el año 2014, pensó el negocio para que su esposa Rafaela Farías de 80 años de edad lo atendiera. Los años fueron pasando sus tres hijos crecieron, estudiaron y ahora uno de ellos lo administra.

“Papa lo pensó para que mantuviéramos el negocio, un día me dijo que esto era nuestro y no quería que se cierre, entonces me hice cargo, pero sinceramente no me veía trabajando de comerciante, yo trabajaba para la Fuerza Aérea y había trabajado en el 78 en administración pero nunca pensé que fuera lo mío”, contó Bernardo Capli de 63 años.

“Somos el típico almacén de barrio, conocemos a todos, abrimos temprano, cerramos un poco tarde, los vecinos vienen charlamos, incluso vienen de lejos a comprar acá por la atención. Tenemos clientes que pasan todos los días que no son del barrio. Y turistas que se alojan en las cabañas, que vienen y se ven sorprendidos porque no siempre conocen lo que realmente es una despensa de barrio”, explicó Bernardo Capli.

El almacén se sostuvo en el tiempo pese a las adversidades y a la competencia ya que está rodeado de supermercados, el secreto fue mantenerse en sus principios y ofrecer lo que mejor saben hacer que es la atención personalizada. “Vivimos tiempos difíciles, en la década del 90 con el 1 a 1, veíamos a los vecinos que llegaban con bolsas de los supermercados de Brasil y las demás despensas de la zona que ahora ya no están comenzaron a vender productos brasileños, nosotros no, desde 1982 sólo vendemos productos argentinos antes solo teníamos primeras marcas, ahora somos más flexibles en eso”, resaltó Bernardo y agregó: “Después llegaron los supermercados, pero nos mantuvimos, hay clientes para todos, y lo que nosotros tenemos es la atención personalizada y el trato con la gente, por eso siempre vuelven”.

Capli conto que su madre Rafaela, hace aproximadamente 5 años dejó de atender al público, sin embargo siempre está controlando que las cosas estén en su lugar. “Ahora está con problemas de salud, pero siempre está dando vueltas, mirando y controlando los estantes que no queden cajas en el piso y demás cosas, este siempre será su negocio”, contó.
El almacén estuvo a punto de ser declarado patrimonio histórico, “en el 2015 el intendente en ese momento Marcelo Sánchez habló conmigo para declararlo patrimonio histórico y yo le dije que no porque no sabía si lo modificaríamos pero han pasado cinco años y no creo que lo modifiquemos, porque notamos que a los turistas les llama la atención la despensa y queremos mantener eso”.

Corresponsalía Puerto Iguazú