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Huinganco, belleza a los pies de la Cordillera del Viento

domingo 23 de agosto de 2020 | 10:00hs.
De fondo, un barrio de Huinganco.
Sonia Benitez

Por Sonia Benitez interior@elterritorio.com.ar

Muchos sueñan con despertarse, abrir la ventana y que el paisaje sea una montaña repleta de nieve en invierno o de vegetación en verano. Vivir esa experiencia es posible en Argentina, a 490 kilómetros de la ciudad de Neuquén, en un bello pueblo llamado Huinganco (departamento Minas). Un destino con paisajes de película y con pobladores que se conocen y saludan con afecto. Para conocer un poco más de este espectacular rincón del país, El Territorio se comunicó con César Gutiérrez, un vecino de la zona que disfruta no sólo de su tierra, sino también, cada vez que puede, se toma unos días para convertirse en viajero.

“Es muy difícil para mí resumir todo lo que hay y somos en nuestro norte neuquino” dice, tratando de poner en palabras la cotidianidad de su pueblo y el movimiento de su gente.

“Es un pueblo muy chiquitito, somos alrededor de mil habitantes, donde toda la gente se conoce. Vas por la calle y la gente te saluda, hasta antes de la pandemia el saludo era muy cariñoso, con besos y abrazos, ahora se le pregunta al otro cómo quiere que se lo salude. Acá la gente se conoce hace mucho tiempo”.

“Es un lugar que se encuentra entre la Cordillera de Los Andes y la Cordillera del Viento, que es una cordillera que corre paralela a la Cordillera de Los Andes. El pueblo estaría como en un valle de la Cordillera del Viento”, explicó Gutiérrez, y agregó que “las casas se encuentran un tanto apartadas. Sus calles hasta hace pocos años no tenían nombre y no tienen altura, así que a veces es complicado que te encuentre el correo. Hay muchas montañas, sus montañas tienen la particularidad de tener un color verde de los bosques, pero es de bosques de pinos. Hace muchos años los pobladores decidieron cultivar pinos para generar fuentes de trabajo, hacer forestación de pinos, así que hay muchas hectáreas, grandes montañas completamente plantadas con pinos enormes”.

Bellezas argentinas
Ningún misionero que decida viajar (cuando se pueda) a Huinganco puede perderse el circuito turístico, que comprende una visita al Vivero Forestal, la Estación de Piscicultura, el Museo del Árbol y la Madera, donde se exponen troncos petrificados, variedad de maderas de la región y unas rodajas de cipreses de más de 1200 años de antigüedad. También se puede acceder al Museo Puesto Pedro Olave, donde se pueden apreciar diversos elementos utilizados por los primeros pobladores de la zona, la Cabaña del Artesano y las fábricas de dulces, principalmente de fruta fina.

“Hay lugares que sí o sí se deberían visitar, como por ejemplo hay que hacer una caminata por el Cerro San Pedro, una caminata por el Cerro la Corona e ir al área natural protegida Cañada Molina, que tiene los cipreses más antiguos del hemisferio Sur con más de mil años. También hay que ir al camping La Corona, a la pileta municipal de natación, al Parque arqueológico Colomichicó, un sitio único en Sudamérica con vestigios de los primeros habitantes de esta tierra y arte rupestre”.

“Hay una gran cantidad de senderos de distintas dificultades. La Municipalidad está trabajando para que se nombre al pueblo como capital provincial de senderismo” comentó el vecino de Huinganco.

Encontrar dónde quedarse en Huinganco no es problema para el turista. Olvidarse de la locura y conectarse con uno mismo es fácil en el pueblo, disfrutando de toda la naturaleza pero también de la comida y los alojamientos de buen nivel. “Hay varias casas de comida de muy buena calidad. Existen cabañas para la estadía de los turistas y una hostería increíble con vista hacia las dos cordilleras”.

En Huinganco el viento suele soplar muy fuerte. El clima es seco, totalmente opuesto al misionero. El calor de 35 grados también se hace presente, pero a la sombra el alivio llega de inmediato.

“En invierno hacen varios grados bajo cero, esta semana los días están lindos, muy primaverales, con mucho sol durante el día pero a la noche hace bastante frío por las heladas que están cayendo. En el invierno suele caer nieve, pero cada vez es menos cantidad de nieve la que cae. Hasta algunos años caía hasta un metro de nieve en el pueblo y en los últimos años no y cada verano por consecuencia es más seco”.

“No tenemos tanta contaminación lumínica en el pueblo, entonces los días que están despejados se ve un cielo hermoso, con muchísimas estrellas y algunas constelaciones”.

Pero la belleza no se acaba en el pueblo de César, ya que Neuquén tiene muchos más destinos para visitar a poca distancia.

“Otros atractivos que son muy lindos pero que no son en mi pueblo y quedan a pocos kilómetros son por ejemplo, el cerro más alto de la patagonia, que se llama Cerro Domuyo. También tenemos -en Neuquén- un volcán que está muy cerquita, se llama Volcán Tromen y es el segundo más alto de la patagonia” celebró el vecino de Huinganco.

Visitando el destino
Recorrer los bosques de pinos que rodea la localidad hasta la laguna Huinganco, sea a pie o en bicicleta es un circuito casi obligatorio. El cerro Corona y el mirador San Pedro brindan una panorámica maravillosa de Huinganco y su entorno cordillerano. Desde ambas cumbres se pueden observar tanto el volcán Tromen como el cerro Domuyo. A estos sitios se puede acceder a través de un circuito de trekking, mountain bike o una cabalgata.

Llegar a Huinganco es una invitación para subir al cerro Corona, un lugar mítico a 2.992 metros sobre el nivel del mar. Allí se esconde una laguna, y según cuenta una leyenda, encierra el tesoro de oro del inca Atahualpa.

El cerro Corona está enclavado en plena Cordillera del Viento y constituye un ícono de la localidad. Son alrededor de 10 kilómetros de extensión y se requiere una mínima preparación, que llevará al aventurero por senderos que se abren camino por los bosques de pino. Se cruza el arroyo Huinganco, por donde no faltan las cascadas y en la medida en que se asciende por terrenos con cierta dificultad, se puede apreciar la localidad desde lo alto, la cordillera de los Andes y los picos de mayor altura del lado chileno, esto es Sierra Velluda y el volcán Antuco. Alrededor de los 2.700 metros de altura se encuentra la atractiva laguna Huinganco, un lugar hermoso que transmite una sensación de paz, una verdadera postal. La misma es de origen glaciar y da nacimiento al arroyo del mismo nombre.

Desde allí el ascenso requiere de mayor esfuerzo ya que hay que pasar por lugares con mucha pendiente y material suelto. Aquí se aconseja el uso de bastones. La cima está señalizada por un hito del Instituto Geográfico Militar y desde allí la vista es sencillamente deslumbrante, con el Domuyo hacia el norte, se puede apreciar también Andacollo y Huinganco.

Hay varios caminos para ascender por lo que las caminatas pueden extenderse de 4 a 9 horas, pero independientemente del camino –con mayor o menor dificultad– se pueden realizar safaris fotográficos a lo largo del recorrido. Para los amantes de la montaña, La Corona se transformará en un lugar irresistible.Cerca de la cima, las pendientes complican la subida, al igual que el suelo poco firme. Pero el paisaje todo lo vale.


Cómo llegar

Huinganco
Se encuentra a 469 kilómetros de la actual capital neuquina, se llega a la misma, a través de las rutas nacionales Nº 22 hacia el oeste, la Nº 40 hacia el norte hasta Chos Malal y finalmente las rutas provinciales Nº 43 y 39.
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