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Investigaban un homicidio y murió de forma accidental

martes 14 de julio de 2020 | 0:00hs.
Catriel Patricio vivía junto a su familia en el Kilómetro 2 de Colonia Paraíso.
Agustín Mazo

Por Agustín Mazo fojacero@elterritorio.com.ar

El expediente que se inició por la muerte de Catriel Patricio Rodríguez, el joven de 19 años de Colonia Paraíso que fue encontrado sin vida el último sábado sobre un camino vecinal de El Soberbio con un disparo de arma de fuego y a un costado de su motocicleta, tuvo un giro más que relevante en torno a las causas que provocaron su deceso.

Y es que a partir de los resultados que arrojó la autopsia realizada en la Morgue Judicial, se detectaron elementos que hacen suponer que el impacto que recibió la víctima en la zona lumbar se realizó de forma accidental. Y se presume que esto ocurrió cuando el muchacho regresaba en motocicleta a su vivienda, ubicada a unos pocos kilómetros del lugar donde luego fue encontrado sin vida.

Según confiaron a este matutino fuentes vinculadas a la pesquisa, Rodríguez cargaba consigo una escopeta colgada de una piola sobre su espalda y, al parecer, en algún determinado momento de su viaje en su Honda Fan 125, la cuerda que sujetaba el arma se habría roto.

Esto, siempre desde una de las versiones que manejan en el caso, habría hecho accionar la escopeta, sin la intervención de algún tercero.
Acto seguido el motociclista recibió el impacto del proyectil y perdió el control del vehículo, lo que provocó su caída al camino terrado.

A partir de esta novedad, sumado a otros elementos probatorios que se recolectaron en la investigación, el Juzgado de Instrucción Penal Tres de San Vicente descartó la posibilidad de un homicidio y ordenó la liberación de Eduardo L. (45) y sus hijos Matías (19) y Juliano (21).

Los tres habían sido detenidos a las pocas horas de conocerse el hecho ya que en un primer momento se manejó la sospecha de que alguno de estos habría efectuado un disparo contra Rodríguez.

Ante dicha duda, se dispuso la realización de la prueba conocida como guantelete de parafina a los tres sospechosos, además de las correspondientes pericias al arma que llevaba la víctima, como así también a una escopeta propiedad uno de los detenidos.

Aunque luego se estableció que tanto Rodríguez como Juliano L. (19) tenían en su poder estas armas ya que horas antes habían cruzado el río Uruguay para ir a cazar animales a una reserva ecológica en Brasil.

Inocentes

Débora L. (23), hermana e hija respectivamente de los detenidos, dio datos importantes en la investigación y también aportó detalles del momento en que tanto ella como sus familiares tomaron conocimiento del accidente que sufrió Catriel, el sábado a la tardecita, a muy pocos metros de su vivienda en el Kilómetro 2 de Colonia Paraíso.

En dialogo con El Territorio la joven aclaró en primera instancia que sólo su hermano mayor Juliano había cruzado a Brasil a cazar junto con la víctima. Esto se debe a que en un primer momento se informó que su otro hermano Matías y su papá Eduardo también se habían trasladado al vecino país. Aunque sí reconoció que fue éste último el encargado de llevar a los dos jóvenes hasta la zona ribereña durante la mañana del sábado.

Por otra parte, confió que su mamá decidió esconder la escopeta de Catriel ya que no quería que la Policía sepa que tanto él como Juliano habían estado cazando en Brasil. Pero que luego del examen médico policial y el hallazgo del impacto de bala, la mujer decidió contar toda la verdad.

“Ella sin pensar la ocultó (el arma) en su casa porque pensó que se le podría complicar porque estaban cazando. Yo me quedé con Juliano intentando reanimarlo, pero en ningún momento pensamos que tenía un disparo porque no había sangre. Le hice RCP y no reaccionó, me fije si se estaba ahogando con sangre, pero no”, describió Débora.

Luego añadió: “Cuando vinieron hacer la pericia, llamaron a mis hermanos. Ellos no contaron que había un rifle porque habían ido a cazar. Luego,cuando le preguntaron al padre de Catriel, éste contó que su hijo tenía un rifle porque habían ido a cazar. En ese momento quizás pensaron que mi mamá y mis hermanos planearon esconder el rifle, pero después ella contó la verdad”.

A la hora de describir a la victima, la entrevistada comentó que siempre fue un chico muy querido por ella y su familia. Recordó que hace unos años había llegado a Colonia Paraíso y que desde un primer momento se hizo muy amigo de Juliano.

“En el instante que se conocieron se hicieron muy buenos amigos. Tenían una relación muy cercana y a mi mamá le chocó mucho lo que pasó. Él venía siempre a tomar mate y cuando mi hermano no estaba, él se quedaba a compartir con nosotros”, agregó.

Por último, se mostró aliviada al enterarse de la liberación de sus familiares, aunque reconoció que fue difícil pasar por toda esta situación.

Sobre lo que pudo haber pasado con el motociclista, describió: “Creemos en la posibilidad de que se haya disparado sola el arma y que quiso regresar a la casa de mi hermano, pero el disparo le produjo un daño muy importante. Creo que hay más posibilidades de que él se haya disparado de forma accidental y que después haya caído al suelo. El rifle estaba a unos cinco metros del cuerpo”.

Incluso reconoció que hasta el propio padre del fallecido se inclinó más sobre esta hipótesis antes que un supuesto homicidio. Y el sustento estaría en las circunstancias del terreno donde circulaba Catriel y la buena relación que su hijo mantenía con Juliano y su familia.


Dudas desde un principio de la investigación

Catriel Rodríguez (19) fue encontrado sin vida cerca de las 20 del sábado. Los primeros efectivos policiales y personal médico que asistió al lugar indicaron que el chico tenía varios golpes en la cabeza y en otras partes del cuerpo, aunque en ese momento todo hacía suponer que el joven habría fallecido a raíz de las lesiones que tuvo por despistar con su motocicleta. Pero mediante el informe preliminar que hizo el médico policial se advirtió la existencia de una herida similar al orificio de un impacto de bala. Como fueron los últimos en tener contacto con el chico, tanto Juliano (21) y Matías (19) como el padre de éstos, Eduardo L. (45), fueron entrevistados por los policías. Instantes después, el padre del fallecido indicó que su hijo había ido a cazar con uno de los antes nombrados. Pero la escopeta que utilizaba no fue hallada en el lugar del accidente. Ante esto, la madre de los jóvenes reconoció que escondió el arma por miedo a que sepan lo de la cacería, lo que de inmediato puso en la mira a los hermanos y al padre de ambos. Luego, a 50 metros de la casa de Juliano, los pesquisas hallaron otra escopeta escondida entre las malezas, lo que complicó aún más en ese momento a los miembros de la familia.
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