Domingo Parodi, un botánico italiano en Misiones

domingo 03 de mayo de 2020 | 5:00hs.
Por Alfredo Poenitz

Por Alfredo Poenitz Historiador

Desde el siglo XVIII, distintos viajeros europeos recorrieron las ciudades del Litoral rioplatense a lo largo de las márgenes del río Paraná, dejando en sus escritos meticulosos detalles que permiten a los estudiosos de esta región contar con esas valiosísimas fuentes para sus investigaciones. Los paisajes urbanos junto a las exuberantes imágenes de la naturaleza provocaron asombro en estos viajeros que, en general, definían como exóticos y pintorescos los paisajes que visitaban. Los impactaba esta realidad tan diferente a su mundo europeo suficientemente conocido y vastamente explorado. 
Estos cronistas de los siglos XVIII y XIX  se conmovieron por la rica vegetación, los caudalosos ríos y las pintorescas poblaciones, espacios tan diferentes a la sociedad moderna europea de donde provenían.
La mayoría de estos viajeros que han dejados sus descripciones en obras publicadas en aquellos mismos tiempos, fueron motivados en estas visitas por la América meridional para hacer contribuciones a las diferentes ciencias a las que pertenecían. Así, el Litoral argentino fue recorrido por botánicos, naturalistas, geólogos, antropólogos, etcétera.
Entre los más conocidos por su enorme influencia en el mundo científico sin dudas se debe mencionar a Félix de Azara (1746-1821), naturalista, geógrafo, marino e ingeniero militar ilustrado, que se destacó por sus estudios sobre la historia natural de Paraguay y del Río de la Plata y por la descripción de diversas especies de la flora y fauna de esa región. 
Tan importante como aquél ha sido Alcides D’Orbigny, de padres médicos dedicados a las ciencias naturales. D’Orbigny publicó libros sobre zoología y botánica. Desde muy joven, con tan sólo 20 años, integró la Sociedad Científica de París, donde se contactó y recibió el apoyo para sus investigaciones por parte de destacados sabios, como Humboldt o Cuvier. Con destino a América, partió de Francia en julio de 1826 con el título de ‘naturalista-viajero’, designado por el Museo de Historia Natural de París. Estuvo ocho años y fruto de sus investigaciones publicó un voluminoso trabajo denominado  El hombre americano. Previo a éste escribió su Viaje a la América Meridional, de gran riqueza de datos sobre el Litoral argentino en la década de 1820.  
Otro viajero reconocido en Misiones y el Paraguay, quien estando en Misiones fue apresado por fuerzas militares que respondían al gobernante paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia, fue el botánico francés Aimé Bonpland, quien murió en tierras correntinas. De éste ya nos hemos ocupado extensamente en anteriores artículos.
Pero así como conocemos mucho de los nombrados, que se han inmortalizado en la tierra misionera, hubo otros menos conocidos que merecen tanto reconocimiento como aquellos. Hoy nos hemos de ocupar del farmacéutico italiano Domingo Parodi, quien vivió más de diez años en el Paraguay, a partir de 1855, y que sin dudas visitó en innumerables oportunidades el territorio misionero, ocupado entonces por aquél gobierno. 
Domingo Parodi había nacido en Génova en 1823. Su padre, comerciante,  se trasladó con su familia a Montevideo, cuando Domingo tenía apenas 10 años. En la capital oriental, Domingo Parodi cursó sus primeros estudios en Farmacia, ejerciendo la profesión hasta 1855, año en que emigró al Paraguay. Desde 1850 publicó varios artículos en diarios uruguayos y en la Asociación Farmacéutica de Buenos Aires, de la que formó parte. Estando en Asunción, siguió colaborando con artículos en la revista de aquella asociación, en la que adelantaba sus investigaciones sobre la botánica paraguaya y misionera. 
Permaneció en el Paraguay, con destacada actuación profesional y actividades políticas en favor de Francisco Solano López, hasta el final de la Guerra de la Triple Alianza. Al finalizar el conflicto se radicó nuevamente en Montevideo y algunos años más tarde se trasladó a Buenos Aires, donde continuó su labor académica. 
En Buenos Aires se integró a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, en 1876, y en 1881 se doctoró en Farmacia, siendo profesor de la cátedra de Química Farmacéutica.  Estando en la Facultad de Ciencias Médicas, a partir de 1884 se encargó de la organización de un concurso sobre la flora y la fauna argentinas y sus aplicaciones a la medicina y a la industria, cuyo premio principal lo tituló ‘Félix de Azara’. Para la concreción de este concurso, aportó de su propio peculio una importante suma de dinero.
Enfermo de cáncer, viajó a París, donde falleció en diciembre de 1889.
Los herbarios de Domingo Parodi, que conservan muchas y variadas especies de la flora misionera, se conservan en el Museo de Farmabotánica Juan Aníbal Domínguez, de la Facultad de Farmacia y Botánica de la UBA, donado por su hijo en 1904. Dentro de ese reservorio se hallan cuatro importantes cajas de los herbarios del Paraguay, Corrientes y Misiones.
Poco se ha estudiado la obra de Domingo Parodi. Pero no debemos olvidar por ello su importante aporte a la ciencia argentina y al mundo académico, al constituirse en uno de los primeros botánicos que ejercieron la docencia desde las aulas universitarias. 
En su homenaje, en la Posadas de hoy una calle recuerda su nombre con el sentido de inmortalizar su aporte a la tan rica botánica misionera.