Beethoven
domingo 03 de mayo de 2020 | 4:30hs.
Beethoven
Gonzalo Herrera
Escritor
De parco hablar, ni su nombre sabíamos; le conocíamos como “Beethoven”, apodo puesto por alguien desconocedor de la obra del gran maestro, mayormente pianística, poco, -pero genial- para violín.
Donde iba, deleitaba a los ocasionales oyentes de sus impensados recitales, haciendo gala de sorprendente virtuosismo. Él conocía mi preferencia musical. Se llegaba hasta mi mesa y me obsequiaba con algún fragmento clásico, sabedor que además de la merecida propina, hacía servirle un trago.
No era ningún improvisado. Se comentaba por aquellos días de su posible pertenencia a la Orquesta Sinfónica Nacional, pero luego del fallecimiento de su esposa, se dio al alcohol y el abandono. Se veía por él, ser poseedor de buena cultura.
Pasó el tiempo durante el cual pudimos seguir disfrutando la magia de su música en esa obligada pausa del mediodía.
Hasta que una mañana, entrado ya el invierno, fue uno de los parroquianos del bar quien me arrojó la mala noticia.
-¿Supiste? murió Beethoven... Lo hallaron a la madrugada en las escalinatas de la Catedral, abrazado a su violín. Paro cardíaco.
No tenía a nadie cercano, ningún familiar... La Fiscalía y el Departamento Forense fueron sus únicos deudos.
Un silencio distinto a otros silencios se abatió sobre esa “obligada pausa del mediodía”...
Un clavel rojo envuelto en la partitura de la Romanza en Fa, dejé esta mañana al pie de la Cruz Mayor del Cementerio La Piedad.El relato pertenece al libro La otra Muerte de Borges y una Antología. Herrera integra la Comisión Directiva de Sade Misiones
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