El expansionismo brasileño después de la guerra del Paraguay

viernes 17 de abril de 2020 | 5:00hs.
Por Alfredo Poenitz

Por Alfredo Poenitz Historiador

La historia del Brasil a partir de la finalización de la Guerra de la Triple Alianza está enmarcada por dos períodos principales: el fin del Imperio existente desde 1808 y el inicio de la Primera República a partir de 1889 y hasta 1930. 
En su política exterior el imperio continuó con su tradicional política expansionista. En 1872 forzó un arreglo de límites con Paraguay que le permitió incorporar los territorios ubicados al norte del río Apa. A través de un acuerdo anterior con Bolivia anexó 300.000 kms2 que constituyen hoy los estados de Rondonia y parte del Mato Grosso. Las cuestiones pendientes con Argentina, en tanto, recién las pudo resolver en 1895.
En tiempos republicanos, desde 1889, esa política agresiva de incorporar nuevos territorios permaneció inalterable. Así sumó nuevas regiones en el norte a partir de un acuerdo con la Guayana francesa, en 1900, con la Guayana inglesa en 1904, con la Guayana holandesa en 1906 y con Colombia y Perú en 1907 y 1909.
En su relación con Misiones, la influencia del Brasil fue permanente desde fines del siglo XIX. Se puso de manifiesto tanto en la cuestión de límites como en la constante afluencia de colonos desde Rio Grande do Sul, que fueron cruzando el río Uruguay y dieron lugar a una colonización espontánea que con el tiempo dio origen a los pueblos del centro de la actual provincia misionera.
La cuestión de límites tuvo su origen en antiguas disputas entre España y Portugal en el siglo XVIII. La zona en cuestión comprendía tierras ubicadas entre los ríos Iguazú y Uruguay. Allí había trabajado una Comisión Demarcadora en 1777, pero sus textos no fueron lo suficientemente precisos y llevaron el problema al terreno diplomático. Brasil no perdió tiempo mientras se decidían estas cuestiones y formó colonias militares en el territorio en discusión que denominó Las Palmas. En 1884 Brasil propuso la designación de una comisión mixta para estudiar los límites de esa región. Como consecuencia de ello, se firmó un arreglo entre Argentina y Brasil en 1890. Pero ese acto no fue refrendado por el Parlamento republicano brasileño lo que dio lugar a la mediación del Presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland, cuyo fallo se concretó el 5 de febrero de 1895, favoreciendo completamente al Brasil. Así se incorporó a los estados de Santa Catarina y Paraná de la República brasileña, una enorme extensión de 30.000 kms2.
Mientras se dilucidaban estas cuestiones, el estado de Rio Grande do Sul continuó un proceso de colonización con colonos europeos, especialmente italianos y alemanes, iniciado ya en la primera mitad del siglo XIX. Pero el agotamiento de las tierras fiscales y el temor a una integración excesiva de extranjeros, hizo que el estado riograndense fuese desamparando a las corrientes inmigratorias del primer cuarto del siglo XX, que habían alcanzado la frontera sobre el río Uruguay. La política colonizadora oficial del Brasil fue abandonada a partir del inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914 cruzando muchas familias a Misiones y otras hacia el Mato Grosso.
El proceso de poblamiento y la política colonizadora de la república brasileña llevó a que los estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul concentraran el 30% de la población total en la primera mitad del siglo XX. Ello trajo aparejado un desarrollo fabril y la multiplicación de las vías de comunicación y una más estrecha vinculación con los países del Plata.
Desde 1930 Brasil también advirtió la necesidad de utilizar las aguas de los ríos Paraná y Uruguay para atender la creciente demanda de energía de las zonas urbanas de los estados del sur. Así fue como se fueron construyendo proyectos hídricos en las cuencas del Paranaiba, Paranapanema, Tieté y Guayrá. Ya en la segunda mitad del siglo XX, y, como resultado de una preocupación geopolítica, Brasil acordó con el Paraguay la realización de la represa de Itaipú (1973) y en los tiempos recientes apura acuerdos con nuestro país para construir represas en el río Uruguay.