Rocío Rosa: “Siempre me decía que si iba preso, cuando salía me iba a prender fuego”

domingo 15 de diciembre de 2019 | 0:01hs.
Romina estuvo cuatro días internada en el hospital Samic.
Romina estuvo cuatro días internada en el hospital Samic.
Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

Las secuelas de la brutal agresión permanecen intactas y cuesta creer cómo un hombre fue capaz de lastimar de tal forma a una mujer. El horror impreso en la piel de una víctima que durante diez años padeció golpes, amenazas y menosprecio por parte de su esposo, el padre de sus tres hijos.

En la madrugada del último lunes, Romina Rocío Rosa (29) fue atacada por Fabián M. (40) y padeció la fractura del tabique nasal, hematomas y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo. Incluso se temió que padezca daño cerebral, lo que fue descartado con los estudios de rigor.

De todas formas, deberá ser evaluada por un oftalmólogo, ya que sufrió derrames en los dos ojos, lo que podría derivar en complicaciones a futuro. Además, afronta problemas para respirar y hasta para comer, puesto que tiene lesiones internas en la boca.

A consecuencia de las graves lesiones permaneció internada cuatro días en el hospital Samic de Oberá. El jueves fue dada de alta y se mudó a la casa de su madre, junto a sus tres hijos.

Por orden del juez de Instrucción Dos, Horacio Alarcón, Rosa y su familia disponen de custodia policial, a pesar de que por el momento el acusado se halla detenido.
En tanto, en diálogo con El Territorio, la víctima subrayó su temor ante posibles represalias, ya que en innumerables ocasiones la habría amenazado de muerte. “Siempre me decía que si iba preso, cuando salía me iba a prender fuego. Por eso tengo terror que le suelten y se quiera vengar. Mil veces me dijo que me iba a matar, pero nunca lo denuncié porque me tenía amenazada”, reconoció.

Brutal agresión

Contenida por su madre, hermanos y cuñada, Rosa refirió por lo menos una docena de hechos violentos perpetrados en los últimos años por su marido. Incluso, mencionó que la golpeó cuando estaba embarazada de su hija más pequeña, hoy de ocho meses.

Sin bien la pareja está casada, desde hace alrededor de un mes estaban separados, luego de que la mujer descubrió que el sujeto mantenía una relación paralela.
“Cuando me enteré que salía con otra mujer le dije que se vaya, pero todavía seguimos casados y los sábados y domingos él se quedaba con los chicos. Como trabajo de noche, él se quedaba en casa con ellos y se iba cuando yo volvía. El domingo le escribí y no respondió, entonces los chicos se quedaron con el abuelo. A eso de las 20 pasó con los chicos por mi trabajo para buscar la llave y fueron a casa”, recordó.

Era alrededor de las 2 de la madrugada del lunes, cuando el hermano de la mujer la acercó hasta su casa, puesto que trabajan juntos; todo parecía normal y se despidieron. Pero en pocos minutos se desató el infierno.

“Cuando llegué él estaba mirando tele con mi nene más grande (de 10 años), le pregunté por qué no les buscó el sábado, como acordamos, y me contestó mal. Empezamos a discutir y le dije que se vaya, porque estaba mi nene, pero él me empezó a insultar y de repente me dio una trompada que me tumbó. Ahí me levanté y me pegó otra y una patada. Como la puerta estaba abierta me arrastré y salí afuera. Estaba mareada, me tambaleada y atajé un coche, pero ahí él me alcanzó y me llevó para la casa”, detalló.

En este punto el agresor habría tomado dimensión del daño producido y la evidencia del mismo. Con su esposa en shock, le limpió la sangre y la intimidó para que le mienta a la Policía.

La forzó a mentir

Además de que fueron lesiones imposibles de disimular, el violento también sabía que los vecinos escucharon gritos y golpes, por lo que pergeñó un plan para salir con la suya.

Aún con dolor para hablar por la hinchazón en la cara y la boca, Rosa indicó que luego de limpiarla y decirle lo que debía declarar, le dijo que debían trasladarse hasta la Comisaría de la Mujer y decir que discutieron y que ella lo atacó con un chuchillo, por lo que él tuvo que defenderse y la empujó, produciéndose las lesiones al caer.

Una versión que parece imposible que haya sido considerada por las autoridades policiales que intervinieron en el caso.

“Como yo no quise ir a la comisaría, él le agarró a los tres chicos y les llevó con él. Allá dijo que me empujó porque le ataqué. Me llamaron para preguntarme, y yo dije que era cierto. Pero dije eso porque él estaba con los chicos y tenía miedo de que les haga algo”, subrayó entre lágrimas.
Luego la trasladaron al hospital y las uniformadas la volvieron a indagar sobre la causa de sus lesiones, ya que “nadie, ni la Policía ni las enfermeras ni los médicos creían que yo me caí. Pero como él estaba ahí, con los chicos, yo seguía diciendo eso”.

Fue así que quedó internada y el agresor se quedó a cargo de los tres menores, una situación inaudita, sobre todo por la evidencia de los hechos.
Ya el lunes por la tarde, luego de recibir la visita de sus familiares, Rosa contó la verdad de los sucesos y se dispuso a radicar la denuncia, aunque le dijeron que para ello primero debería recibir el alta y dirigirse personalmente hasta la Comisaría de la Mujer.

Mientras tanto el violento dispuso de otras 48 horas de libertad y hasta trató de hablar con ella para que desista de denunciarlo.

Contó la verdad

Finalmente, el miércoles al mediodía el sujeto fue detenido y puesto a disposición de la Justicia. Ese día, El Territorio publicó en exclusiva el testimonio de Rosa, lo que apuró el accionar policial y movió el expediente.

Tanto fue así, que luego de que en los primeros minutos del miércoles este medio publicara el caso en su sitio web, una comisión policial se presentó en el hospital para tomarle la correspondiente denuncia penal.

“Era como las 2 de la madrugada cuando llegaron las policías, yo estaba dormida, igual que mi mamá que se quedó conmigo. Una oficial me preguntó si quería denunciar y le dije que sí. Me acuerdo que todavía me preguntó si quería que vuelva más tarde, y le dije que no, que quería hacer ya”, subrayó.
Horas más tarde el acusado fue detenido bajo los cargos de lesiones graves y amenazas agravadas por el vínculo y violencia de género, según indicaron fuentes del caso.

Pero Rosa aún no estaba tranquila, ya que sus hijos quedaron al cuidado de familiares del sujeto. Recién al otro día, orden judicial mediante, los menores fueron restituidos a su madre luego de que fue dada de alta.

También, ante el temor de la víctima y los antecedentes de su marido, se dispuso custodia policial permanente en el domicilio donde se instaló la familia.
En tal sentido, tanto la mujer como allegados, mencionaron que el ahora detenido posee varias denuncias por hechos de violencia en perjuicio de terceros.
“Siempre fue muy violento. Yo nunca antes le había denunciado por miedo, pero tiene un montón de causas. Es una persona muy peligrosa, por eso mi temor”, subrayó la víctima.

“Espero que pague”

A su lado, la madre de Rosa recordó que apenas iniciaron la convivencia, ella misma fue testigo de una situación violenta, por lo que le llamó la atención al sujeto.
En tanto, Rosa relató una serie de situaciones donde hubo golpes y amenazas. Incluso, aseguró que su marido la golpeó estando embarazada.
“Ahora hay vecinos que se están contactando conmigo para decir que van a salir de testigos porque durante años escucharon los golpes, pero también tenían miedo de denunciar. Aparte algunos me visitaron y otros vieron fotos de mi cara y están muy indignados por lo que me hizo”, indicó.
En tal sentido, reconoció que hace alrededor de dos meses el sujeto la golpeó y le produjo un fuerte hematoma en un ojo, ante lo cual optó por ocultarse dos semanas de los vecinos y su familia.

“Me decía que yo no servía para nada, que era una mantenida. Que si él se iba me iba a morir de hambre con los chicos. Y que si alguna vez le denunciaba, cuando salía me iba a matar. Miles de veces me dijo eso”, agregó. Afortunadamente, en esta ocasión tuvo la contención de su familia y la valentía necesaria para cortar con la espiral de violencia.