Vilma Mercado murió asfixiada por la cinta que cubría su rostro

domingo 27 de octubre de 2019 | 3:00hs.
Compañeros, docentes y conocidos de la víctima marcharon en Iguazú el mismo viernes a la noche.
Compañeros, docentes y conocidos de la víctima marcharon en Iguazú el mismo viernes a la noche.
 Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Mientras en Puerto Iguazú continúa la conmoción y la comunidad comienza a salir a las calles para alzar el grito ante un nuevo caso de femicidio registrado en Misiones, los pesquisas siguen recolectando elementos para esclarecer el crimen de Vilma Daiana Mercado (19), hecho por el cual hay un soldado de 20 años que permanece detenido y cada vez más complicado.
Y el avance de la investigación trajo consigo más aristas que aumentan el nivel de indignación, dolor y tristeza en toda la provincia.
Es que tal, como estaba previsto, en la Morgue Judicial de Posadas ayer a la tarde se llevó adelante la operación de autopsia al cuerpo de la muchacha y los resultados preliminares fueron contundentes.
De acuerdo a lo consignado por diversas fuentes consultadas por El Territorio, los forenses dictaminaron que la causal de muerte de Vilma fue consecuencia de un paro cardiorrespiratorio debido a una asfixia mecánica que fue producida por la cinta de embalaje que cubría su rostro.
Además, mediante el complejo examen realizado sobre el cuerpo de la muchacha, los especialistas extrajeron diversas muestras que también permitieron establecer que la lesión que el soldado presentaba en una de sus manos se condice con una mordedura y con la cavidad bucal de la víctima.
Por último, hasta anoche las autoridades al frente del caso no había recibido la totalidad del informe forense, pero todo parece indicar que en el cuerpo de Vilma también detectaron signos compatibles con un abuso sexual, aunque todo será confirmado una vez que se culminen de elevar los resultados.
Una vez finalizado el examen forense, el cuerpo iba a ser trasladado nuevamente a Puerto Iguazú donde los familiares de Vilma estimaban poder brindarle el último adiós durante esta madrugada para luego inhumar sus restos.
Por último, tal como adelantó El Territorio, el viernes por la noche los detectives involucrados en la pesquisa y las autoridades al frente del caso regresaron a la vivienda del principal sospechoso para realizar pericias con reactivos de luminol y obtuvieron resultados, aunque las muestras recolectadas ahora deberán ser analizadas científicamente.
Según detallaron fuentes consultadas, las pruebas dieron positivo en algunas prendas del muchacho que estaban sobre su cama, las cuales fueron inmediatamente fueron secuestradas. Serán los estudios posteriores los que determinarán si las manchas detectadas se corresponden a sangre de la víctima o no.
Al margen de esas muestras, el reactivo de luminol no dio positivo en ningún otro punto del inmueble, por lo que ahora los pesquisas entienden que ese no fue el lugar del crimen y la principal teoría apunta a que Vilma fue asesinada en el mismo monte donde apareció su cuerpo.

El peor final
El caso de Vilma comenzó a investigarse como una desaparición de persona, ya que la muchacha había salido de su casa en el barrio Las Orquídeas el miércoles a la noche y nunca más regresó, despertando la desesperación y angustia de sus familiares que al día siguiente radicaron la correspondiente denuncia.
A partir de ahí los pesquisas fueron tratando de reconstruir los últimos pasos de la muchacha y en medio de esas labores obtuvieron el dato de que esa noche la joven tenía previsto encontrarse con un joven. Vilma le contó esto a sus compañeras, pero no reveló la identidad del sujeto y después de ello su WhatsApp estuvo en línea por última vez el jueves a las 00.05.
Finalmente, los investigadores pudieron determinar quién era el muchacho y se trataba del soldado ahora detenido, quien en esa primera entrevista con la Policía -aún como testigo- tuvo contradicciones en su relato, pero además de ello hubo otros elementos que lo dejaron definitivamente bajo la lupa: lesiones en sus manos y un chip que correspondería al celular de la víctima.
Luego de eso allanaron su domicilio y en el lugar hallaron más elementos, entre ellos el celular que sería el de la víctima, una soga y una cinta de embalar, lo cual se transformó en una de las pruebas más contundentes luego del hallazgo del cadáver.
Es que tal como publicó este matutino en la víspera, al momento de ser hallada sin vida, la muchacha tenía los pies atados con una soga y el rostro encintado. También tenía las prendas íntimas bajas, lo que también hizo poner en tapete la posibilidad de un ataque de índole sexual.
En el caso trabajó el personal de la Unidad Regional V, en conjunto con especialistas de la División Criminalística y detectives de la Dirección Homicidios.
Intervienen el Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, cuyo titular es el magistrado Martín Brites, y la Fiscalía de Instrucción de la misma circunscripción judicial, a cargo de Horacio Paniagua.


Entre movilizaciones y recuerdos

El caso cuyo peor final se terminó confirmando el viernes a la tarde-noche, significó otro duro golpe para Puerto Iguazú, ciudad en la cual en los últimos dos años se registraron otros dos femicidios: María Belén Rivas (16) en mayo de 2017 -hecho por el cual Carlos Daniel Batista ya fue condenado a prisión perpetua- y Ruth Gómez (17) en julio de 2018 -cuya causa está próximo a pasar a instancia a debate oral con su ex pareja como único acusado-.
En este contexto, ese mismo viernes a la noche compañeras de escuela y una profesora de Vilma convocaron una movilización que se extendió hasta la Unidad Regional V de Puerto Iguazú y anoche volvieron a juntarse.
En el encuentro de ayer los presentes decidieron acompañar a la familia en el último adiós a Vilma y convocar a una marcha para mañana.
La joven asistía al Instituto Crecer, una escuela de jóvenes y adultos de Humanidades y Ciencias Sociales, donde cursaba el último año.
Una docente recordó que la muchacha era "tenía muchos amigos, era pícara, alegre y estaba preparando su despedida de fin de año".
"Tenía unos ojos marrones y brillantes y un gesto pícaro en su mirada. Era muy independiente, amaba a su sobrina como si fuera su hija, le gustaban las matemáticas", añadió la profesora que prefirió mantener en reserva su identidad pero no escatimó en palabras y adjetivos para la joven.
"Esa noche sus compañeros recibieron la noticia ahí en su salón de clases, donde estudian todos los días. Salieron de ahí y fueron a la plaza, a uno no le enseñan dónde ir en estos casos, pero tiene sentido, saben que en la plaza se hacen ver y esa noche (el viernes) marcharon y gritaron pidiendo justicia", culminó.


Claves del caso

Desaparición. Vilma salió de su casa el miércoles a la noche y nunca volvió. Les dijo a sus compañeras que iba a encontrarse con un chico. Se conectó a WhatsApp por última vez el jueves a las 00.05.

Sospechoso. El principal sospechoso es un soldado voluntario identificado como Carlos Luis Leandro V. (20). Está detenido y a disposición del Juzgado de Instrucción Tres.

Pruebas. En la casa del sujeto los detectives dieron con el posible celular de la víctima, con una soga y una cinta de embalar. Tuvo contradicciones en su relato y tenía lesiones en sus manos.