El buen tiempo y los precios, claves del balance positivo
lunes 16 de septiembre de 2019 | 5:00hs.
Noches primaverales con gran afluencia de público en el parque.
Luego de once coloridos días, llegó a su final ayer en Oberá la Fiesta Nacional del Inmigrante. El día soleado coronó la importante edición que celebró 40 años de tradiciones e integración cultural.
Este año, la fiesta tuvo de todo: convocantes shows musicales, como el de la noche del sábado y madrugada de ayer con Batería Legal y Miranda como número central, que hizo corear y bailar cada hit a un auditorio repleto.
Es que el Parque de las Naciones se convirtió una vez más en un festival de sabores, ritmos, danzas, artesanías y costumbres ancestrales.
En diálogo con El Territorio, el presidente de la Federación de Colectividades, Juan Hultgren, realizó un balance preliminar positivo de la fiesta, aunque aclaró que aún no cuenta con números concretos de visitas y ventas.
“El balance, si hacemos un análisis de la concurrencia y del trabajo organizativo de la federación y las colectividades es muy positivo, estamos contentos, aunque hay que decir que a partir de que finalice la fiesta vamos a realizar los números y esperamos que los cálculos cierren y no haya deudas”.
Y agregó que factores como el tiempo, con noches primaverales, los números artísticos variados y la respuesta del público local y la llegada de turistas lograron “un éxito en cuanto a la promoción de nuestro destino y de nuestra fiesta”.
Precisó que, al momento de establecer los costos de las entradas, las proyecciones de gastos eran otros y luego quedaron desfasados por los cambios en la economía y ya no se pudo reajustar. “Creemos que eso podría afectar un poco el número final, pero marcamos lo positivo de la afluencia del público que colmó las instalaciones en cada show, incluso en noches que no tenían históricamente mucha asistencia”.
A pleno
Asimismo, un recorrido por cada casa típica evidenció que en consonancia con la organización de la fiesta, las colectividades vivieron a pleno el festejo y se mostraron satisfechos con el resultado.
Los días de entrada libre y gratuita fueron de masiva concurrencia y las cocinas trabajaron a pleno, pero en las jornadas con espectáculos, el público se concentró más en el anfiteatro.
Alejandro Quesini, presidente de la colectividad árabe, señaló que el evento fue “muy positivo, fue una fiesta atípica, esperábamos otra concurrencia, pero creemos que fue un buen año, sabiendo de la situación económica”.
Entre las ofertas y cambios en la forma de ofrecer los platos típicos, como también la atención, algunas casas se diferenciaron como la colectividad checa, que dispuso sus platos con el servicio de buffet para que el cliente elija la forma de probar todos los sabores.
“La pasamos excelente, estamos orgullosos del trabajo colaborativo, la casa típica estuvo llena. Tenemos sí el inconveniente de que no estamos dentro del circuito y la gente no baja mucho hacia nuestra colectividad”, dijo Rosalía Zylka, presidenta de la colectividad checa.
Quienes están al frente de cada colectividad coincidieron en que las noches de entrada libre son los días en que mejor trabajan y que habría que mejorar los pasillos internos, la iluminación y colocar bancos y cestos de residuos.
“Cumplimos 40 años, hay que innovar, cambiar algunas cosas para mejorar. Fue buena la fiesta, pero habría que proyectar cambios”, sostuvo Norma Morales de la colectividad paraguaya.
Los franceses empezaron a trabajar este año prácticamente desde cero, pero el resultado “es bueno”, consideró Cecilia Druckmann.
Mejoras
A la fiesta se acercaron turistas argentinos y de países vecinos.
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