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Represor de la Esma está viviendo en Irigoyen en pleno juicio en su contra

viernes 30 de noviembre de 2018 | 11:45hs.
Represor de la Esma está viviendo en Irigoyen en pleno juicio en su contra
Francisco Tenório Cerqueira Juniors.
Francisco Tenório Cerqueira Juniors.
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

El represor Claudio “Gordo” Vallejos, ex integrante del Batallón de Infantería de Marina 3 que participó en varios centros clandestinos, incluida la Esma, se encuentra viviendo en la actualidad en Bernardo de Irigoyen, según lo confirmó él mismo en una conversación con El Territorio. Fue detenido en Brasil hace unos días, de donde ya había sido extraditado en 2012, pero increíblemente lo liberaron.

Vallejos concedió varias entrevistas en el pasado, en las que, entre otras cosas, admitió haber participado del secuestro y asesinato del pianista brasileño Francisco Tenório Cerqueira Júnior, quien se encontraba en Buenos Aires en 1976 para una serie de conciertos. Además, se atribuyó el secuestro del entonces embajador argentino en Venezuela, Enrique Hidalgo Solá, quien hasta la actualidad figura desaparecido.

Justamente, por el caso Solá y 804 desapariciones más, Gordo y otros nueve represores están siendo juzgados actualmente en el cuarto juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en el principal centro clandestino de detención.

El hombre, con prisión domiciliaria, no se presentó a la primera audiencia y su familia dijo que lo habían echado y vivía en la calle.  Por esa razón, el Tribunal Oral Federal 5 de Buenos Aires ordenó que le pongan una pulsera electrónica con geolocalización y lo obligó a asistir a todo el juicio, aunque este medio pudo confirmar que no estuvo, al menos, en la última audiencia realizada el lunes,  porque está en Misiones. Antes, cuando le tocó declarar, decidió guardarse a silencio. 

Uniforme y amenazas de muerte
Según se pudo reconstruir con algunos vecinos,  Vallejos se moviliza con ropas de militar y entra y sale al Brasil por la frontera seca sin consecuencias, a pesar de que en estos momentos está siendo juzgado por secuestros, torturas y homicidios ocurridos desde 1976 y hasta 1983 . En el país vecino estuvo como prófugo desde los 80, hasta que lo detuvieron por casos de estafa: se hacía pasar por periodista y vendía notas para un medio que no existía.

Ayer, El Territorio logró comunicarse con él, pero no dio detalles sobre su estadía allí -ahora se encuentra en la casa de un comerciante- porque “no le puedo informar nada por teléfono, si usted quiere puede venir a Irigoyen y hacer una entrevista”. Con tonada brasileña, se definió como “capitán de fragata, ex combatiente de las Islas Malvinas y héroe de guerra herido en combate”.

Vallejos le confirmó  El Territorio que no puede salir del país, aunque después se desdijo. La semana pasada, el jueves 22, había sido apresado en la localidad de Santa Catarina, Maravilha, a 100 kilómetros de Irigoyen,  con la vestimenta camuflada. Dijo que era capitán del Ejército Argentino, aunque los efectivos consultaron con autoridades argentinas y establecieron su verdadera identidad y que no podía estar allí.

El represor amenazó de muerte  a los efectivos y fue acusado por resistencia a la autoridad y por su reingreso como ciudadano expulsado, un crimen federal, según los medios de aquel país. Sin embargo, después lo soltaron. “Tuve un problemita con un comisario que hace tiempo está conmigo, pero un juez federal interpretó que hubo abuso de autoridad por parte de la Policía brasileña y no había motivos para estar preso. Tengo una hija brasileña y ciudadanía brasileña también”, relató al respecto.

Sus crímenes
“Maté a por lo menos 30 personas y perdí la cuenta de aquellos que torturé y aquellos que torturé y terminaron muertos”, dijo hace un tiempo en una de las entrevistas que vendió a varios medios brasileños, esta vez a la Revista Fatos, donde lo presentaron como “Vallejos, el torturador”. En Argentina, a la revista La Semana afirmó que había participado del secuestro del embajador Hidalgo Solá por orden de Emilio Massera.

Según el sitio Infobae, también participó en la denominada Masacre de San Patricio, ocurrida en julio de 1976, cuando fueron asesinados tres sacerdotes y dos seminaristas. Consultado al respecto, Vallejos dijo molesto: “Yo desmiento totalmente todas las entrevistas que aparecieron, son todas truchas, siempre fueron. Yo nunca di entrevistas y menos para acusarme, eso no existe. Cómo un hombre de mi capacidad intelectual va a hacer eso”. Aseguró ser periodista “formado en Brasil”  y volvió a fastidiarse cuando este cronista le dijo que lo habían detenido en ese país por hacerse pasar por uno.

“Usted está manifestando cosas que son del pasado y yo me quiero olvidar del pasado, yo di mi vida por la patria, fui herido en combate”, insistió. Sin embargo, cuando fue consultado por los desaparecidos de la última dictadura dijo que “no deberían haber colocado bombas, deberían haberse quedado en su casa”


El secuestro de Solá y su estancia en la Esma

El cuarto juicio oral que se lleva a cabo por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Esma durante la última dictadura militar empezó el 13 de agosto en la sala SUM de los Tribunales de Comodoro Py. Durante las jornadas, varios testigos contaron haber visto al embajador Hidalgo Solá, desaparecido desde el 18 de julio del 77. Miguel Lauletta, por ejemplo, pudo identificarlo en el centro clandestino de detención. Contó que un “verde” entró un miércoles a la noche con una persona muy bien vestida y que les dijo que no podían hablar con él ni darle de beber, esto lo atribuyó a que quizás la persona había sido torturada con picana. “Por fotos, después pude saber que era Hidalgo Solá”, dijo.


Centros clandestinos, estafas y un bar en Irigoyen

Claudio Vallejos, ex integrante del Servicio de Inteligencia Naval, fue parte del grupo de tareas de la Esma y, según una presentación que hizo en 1984 en la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep), estuvo en otros centros clandestinos de detención: El Vesubio, Banco, La Cacha y BIM 3.
Se cree que Vallejos llegó en 1980 a Brasil, donde construyó una carrera delictiva como estafador en varias localidades de Santa Catarina como San Miguel do Oeste, Xaxim, Abelardo Luz, Faxinal dos Guedes, Dionisio Cerqueira, Aguas Frías, Bom Jesús, Iguazú y Ouro Verde, según publicó Página 12.
Lo detuvieron por primera vez el 29 de agosto de 1982 y permaneció encarcelado por estafa hasta el 14 de junio de 1984 en la Unidad 16, la vieja cárcel de Caseros destinada al personal de las fuerzas de seguridad.

Beneficiado por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, aprobadas sucesivamente en 1986 y 1987, el represor se instaló en Misiones. El 1º de mayo de 1988 -así figura en un banco de datos comercial- abrió un bar con servicio de mesas y mostrador en la avenida Libertador 3366 de Bernardo de Irigoyen, donde mantiene contactos.

“Embaucador y buscavidas”, como lo definió el citado diario, Vallejos dio varios golpes en el Sur brasileño hasta que, a principios de 2012, cayó preso bajo cargos de estafador. Nadie lo buscaba, a pesar de su pedido de captura internacional. Luego de publicaciones periodísticas, meses después fue extraditado.
Desde entonces estuvo, según dijo, detenido en la cárcel federal de Candelaria y después le otorgaron la prisión domiciliaria, que no está cumpliendo. 
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