El suelo, la eximia prioridad del “laboratorio sucio”

martes 20 de noviembre de 2018 | 6:00hs.
El investigador Juan Agostini muestra un ejemplar de clon de mandioca, que fueron traídos desde Colombia.
El investigador Juan Agostini muestra un ejemplar de clon de mandioca, que fueron traídos desde Colombia.
En el amplio recorrido por la Estación Experimental de Montecarlo, en lo que se podría llamar “subsuelo”, se encuentra el denominado “laboratorio sucio”.
Se trata del sector donde se guardan extractos de suelo y tierra de distintos lugares de la provincia, con el fin de realizar ciertos análisis.
El encargado del lugar es Otto Knebel, quien contó algunos de los proyectos que se están llevando a cabo.
Entre otros, se encuentra el trabajo de separación de biomasa de sotobosque (vegetación formada por matas y arbustos que crece bajo los árboles) con finalidades investigativas.
De esta forma, “se divide en hojas por un lado, rama, corteza y se muele. Luego, identificado, con los respectivos rótulos, se envían las muestras a los laboratorios”.
Separados y guardados en cajas, el lugar contiene cientos de muestras de suelo o sotobosque de los más remotos lugares de Misiones, que luego serán analizados con detenimiento.
No obstante, no es lo único que se trabaja en profundidad en el laboratorio sucio.

Recuperación de cuencas
Otro de las importantes iniciativas que se llevan a cabo es la recuperación de cuencas de arroyos.
De acuerdo a lo que contó Knebel, hay al menos cuatro cuencas donde se tiene en vistas iniciar la restauración.
Dicha recuperación se lleva a cabo mediante la plantación de árboles nativos y plantas frutales, también nativas, a los márgenes del arroyo.
“Se deben plantar a unos 50 metros de la orilla, para que también sirvan de contención y no se produzcan corrimientos de tierra”, aclaró el especialista.
Cuando El Territorio llegó al laboratorio, Knebel se encontraba separando semillas de pitanga. Este trabajo se realiza para que las semillas que sean plantadas luego, estén totalmente sanas, lo que no ocurría con esos ejemplares.
“Vimos que la pitanga vino con algunos insectos dentro de la semillas, porque están picadas. Por fuera, la fruta es hermosa, comestible, pero cuando la abrimos notamos eso, pese a que fueron extraídas directamente del árbol”, explicó.
Ese trabajo se realiza también con otras plantas, como yabuticaba y ubajay, entre otras. “La finalidad de clasificarlas es para que no se mezclen las semillas con bichitos con las sanas y aptas para la plantación”, resaltó Knebel.
Y ratificó: “Con las semillas, luego se hacen los viveros y se plantan en las zonas de los arroyos para proteger las cuencas y que no se contaminen”.