Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar
El periodista Carlos Carvallo, quien estuvo cuatro años prófugo por
delitos de lesa humanidad, fue formalmente procesado por la Justicia
Federal de Paraná, Entre Ríos, cuyas autoridades además ordenaron un
embargo de 1 millón de pesos sobre sus bienes. De todas formas, tiene la
posibilidad de apelar.
Según detallaron fuentes con acceso al expediente a El Territorio, la
medida fue adoptada por el juez que lleva el caso, Leandro Ríos,
decisión que vino acompañada con la prisión preventiva. De esta forma,
Carvallo quedará detenido en la Unidad Penal Uno de la capital
entrerriana, donde fue alojado tras su traslado desde Posadas.
Como viene informando este medio, el reconocido locutor está acusado por
privación ilegítima de la libertad y torturas en perjuicio del
sindicalista Manuel Ramat, delitos ocurridos en septiembre del 1976. Se
considera que el comunicador integró del plan sistemático de represión
ocurrido en la Argentina desde marzo de ese año a diciembre del 1983.
Por ahora el testimonio de Ramat, ocurrido en el marco de un juicio en
2014 por la causa conocida como Área Paraná, aparece como el más
contundente. Allí se investigó el secuestro de 52 personas y la
desaparición de otras cinco.
De todas formas, la investigación aún continúa, según detallaron las personas consultadas.
El sindicado represor, que se abstuvo de declarar en la audiencia
indagatoria, es representado por defensor oficial Alejandro Castelli.
Ahora resta saber si decidirán recurrir ante la Cámara de Apelaciones
Federal de Paraná para que analicen la medida.
Preso
La detención del presunto torturador se concretó en horas de la mañana
del jueves 23 de agosto por efectivos de la Policía de Seguridad
Aeroportuaria (PSA), en la casa de su hermana ubicada sobre la calle 90
del barrio Santa Rita, a unos 150 metros de la avenida Jauretche de
Posadas.
Si bien algunas versiones periodísticas y el testimonio de sus
familiares daban cuenta de que el acusado se había entregado, fuentes
muy confiables y cercanas a la pesquisa lo desmintieron de forma tajante
y aseguraron que tanto PSA como las demás fuerzas federales seguían muy
de cerca sus pasos.
Se detalló que los efectivos habían logrado dar con su ubicación desde
hace más de tres meses, en base a trabajos de campo y el
entrecruzamiento de líneas telefónicas. Primero se detectó una ubicación
aproximada en base a las antenas, lo que redujo considerablemente el
área de búsqueda.
Como se informó de forma exclusiva, en el lugar había claros signos de
que estaba alojado desde hace tiempo. El periodista tenía una habitación
acondicionada con una cocina y heladera, donde se mantenía en total
encierro y casi ni salía al patio y a las áreas comunes de la casa.
Carvallo figura en un listado del Batallón 601 como “agente de reunión” y
“personal de civil de inteligencia que prestó servicios entre 1976 y
1983”, del documento del Archivo Nacional de la Memoria, con el nombre
de Carlos Luis Gómez Carvallo. Se indica que esa unidad dependía de
Santa Fe.
Según la nómina del personal civil del Batallón de Inteligencia,
Carvallo figura en el orden 2034 de la Foja 38, correspondiente al Área
212, Destacamento de Inteligencia 122 de esa provincia.
Los días más grises
Al dialogar con este medio el día de la detención de su presunto
torturador, Manuel Ramat contó cuando escuchó por primera vez su voz.
“Él apareció cuando mi hermano fue asesinado y después vinieron a mi
casa a hacer un allanamiento. Ahí él se presentó como el oficial
Carvallo”, recordó. El dirigente señaló que luego “me llevaron detenido
y después me movieron en el baúl de un auto hasta Santa Fe y después de
nuevo a Paraná, a la comisaría de El Brete. Ahí cambió violentamente el
trato para conmigo y él participaba de los traslados, interrogatorios,
torturas y todas las actividades que realizaba ese grupo. Yo lo reconocí
a él porque varias veces mencionó su nombre y recuerdo su voz”. En
dicha comisaría, Ramat permaneció más de 40 días en condición de
desaparecido, período en el cual fue víctima de sesiones de tortura
realizadas en un sótano del lugar, simulacros de fusilamiento e incluso
era obligado a escuchar los gritos de otros torturados. El ex preso
político declaró en la cuarta audiencia del juicio de la causa Área
Paraná en Entre Ríos y en esa instancia sindicó a Carvallo varias veces
como uno de sus secuestradores y torturadores. “Él (por Carvallo) se
presentó como oficial. Estaba a cargo de un grupo de tareas, y participó
y dirigió activamente las torturas que recibí (...) Todo el tiempo me
decía que se había preparado un año para esto. Que respondía órdenes.
Fueron entre 45 y 50 días. Fue muy difícil para mí, pero lo cuento
porque es una deuda pendiente hacia los que estuvimos ahí, y hacia los
que ya no están”, había dicho Ramat a la prensa tras librarse el pedido
de captura en contra del locutor en 2014.