La otra ciudad

Está, por un lado, la ciudad que alberga a una de las maravillas naturales del mundo. La Garganta del Diablo, conocida y reconocida a nivel internacional es, seguramente, el motivo por el cual miles de turistas llegan año tras año a Puerto Iguazú. 

No obstante, por otro lado, hay una ciudad distinta. Seguramente, desconocida por los extranjeros o con referencias erróneas. De hecho, es común que los forasteros comparen los barrios periféricos con las favelas de Río de Janeiro. Claramente, la comparación es extrema. Pero la idea persiste cada vez con más fuerza entre los visitantes.

La otra ciudad tiene necesidades insatisfechas. Días atrás un grupo de vecinos autoconvocados salió a la calle a visualizar el drama. Agua potable, cloacas, tendido eléctrico y pésimo estado del asfalto, son algunos problemas esbozados en la folletería distribuida en la ruta.

El crecimiento poblacional, la falta de planificación e inversión son los causantes del caos. Para tener una idea, vale la pena describir los números oficiales: en la actualidad, Iguazú cuenta con 43 barrios, pero 33 fueron legalmente constituidos. Y de ese total, el 45 por ciento está incluido en el sistema de distribución de agua potable administrado por el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (Página 4). 

Es un llamado de atención. Resulta indispensable comenzar a ocuparse de ciertas cosas que durante años quedaron relegadas. El arquitecto Alejandro Verón aporta su granito de arena, "la única forma de mejorar además de la identificación de los problemas, es tener planes de acción que tengan distintos plazos pero sobre todas las cosas que tengan un control".