Un sistema que olvida

La historia es triste. No hay lectura que justifique semejante situación. Con sólo observarla, uno puede reflexionar sobre todo lo que falló para que se encuentre en esas condiciones. Queda en evidencia el atraso, la brecha económica y la falta de oportunidades.

Yésica Scheffer tiene 14 años, vive junto a sus padres y otros tres hermanos en colonia Fracrán, a unos 40 kilómetros de San Vicente. Sufre escoliosis severa, que provocó la desviación total de su columna vertebral. Fue diagnosticada cuando tenía 8 años y ante la falta de asistencia médica - según el relato de su mamá, Ramona De Lima- el cuadro empeoró hasta tal punto que hoy en día, camina encorvada arrastrando su panza.

La escoliosis se desarrolla en silencio: no duele, no trae temperaturas altas y ocurre en pleno período de salud, la infancia y la adolescencia. El hospital Garrahan, por ejemplo, recibe pacientes de todo el país, en estadíos en que urge la intervención quirúrgica. En diferentes artículos periodísticos los médicos de ese centro asistencial advirtieron que no falla únicamente el diagnóstico precoz sino la inmediata derivación con un traumatólogo.

Yésica tuvo diagnóstico pero apenas le sirvió para acceder a una pensión por discapacidad. Su caso fue detectado por el sistema, en tanto quedó en el olvido.

No podrá jamás recuperar el tiempo perdido. Ni siquiera asiste a la escuela debido a la enfermedad que padece y fue limitándola cada vez más.

Aunque no tuvo la chance de ser escolarizada, aprendió a leer y escribir gracias a la fortaleza de sus padres, quienes anhelan una sola cosa: calidad de vida para su hija. El grito de ayuda se hace oír desde Fracrán. Alzan la voz, fuerte, muy fuerte (página 7).