Ahora sí, es la próxima

martes 16 de enero de 2018 | 6:00hs.
Es una característica de este país. Acá no hay discusiones livianas o pasajeras. Todas son definitivas. Y más cuando se habla de política, de fútbol o, como ahora, del Papa. Sobre todo, desde que el Papa es argentino y viaja a cuánto país aparezca en el mapa, menos al suyo. La visita que Francisco inició ayer en Chile es la discusión que mantiene ocupado a los argentinos. El jefe de la Iglesia Católica estará hasta el jueves y luego continuará su viaje hacia Perú (pág. 12). Ayer en Santiago fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet. (A propósito, la mitad a la izquierda de la discusión afirma que adelantó al viaje a Chile para evitar tener que saludar al nuevo presidente, que es de derecha: Piñera asume en marzo)
Lo concreto es que Francisco demostró estar al margen de esas discusiones domésticas y se ha consolidado como un líder reconocido en todo el mundo. (Aunque en su país se lo discuta) Así fue recibido ayer en Chile. Pero no es un viaje sencillo. El sumo pontífice carga no solamente con la consecuencia de los años, cumplió 81 en diciembre, sino también con un momento complejo en el mundo y de las religiones en particular. Y esto es notorio cada vez más en el sector que el papa suele priorizar en su discurso: los jóvenes. El movimiento seudoanarquista que tomó forma en Europa en los 90 se ha expandido en el mundo, y tiene de base el descrédito hacia la política y al poder en general donde las iglesias no quedan al margen. Y esto se reflejó en Chile en los días previos con ataques incendiarios en varias iglesias.
Por eso hacerle responsable al papa de nuestras discusiones futboleras de la razones de por qué no nos visita, es como mucho. Lo que sí es cierto es que casi no le quedan países que visitar en Latinoamérica. Venezuela, Uruguay y Argentina, son los últimos. Así que la próxima vez será.

Por Roberto Maack
Jefe de Redacción
rmaack@elterritorio.com.ar