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Somos un pueblo mal dormido

domingo 06 de noviembre de 2016 | 6:00hs.
Somos un pueblo mal dormido

Quizá le haya sorprendido la afirmación del título, pero es apenas una hipótesis de algo que quiero demostrar: a la Argentina le iría mucho mejor si los argentinos descansáramos más: pensaríamos mejor las cosas, nos enojaríamos menos y trabajaríamos con eficacia. Y para descansar no hay como dormir, el tiempo necesario y bien profundo.
Sólo hay que comprobarlo empíricamente y hacer la comparación que usted ya debe haber ensayado alguna vez. Y si no se las planteó le aviso que es un buen tema para un asado con amigos o parientes. Los países más adelantados del planeta son los del norte de Europa, del norte de América o  Japón. Y así empezamos las elucubraciones de sobremesa. Van tres típicas:

1. Es porque son anglosajones trabajadores y no latinos, que somos unos vagos.
Error… porque en miles de años de historia los anglosajones y sus vecinos fueron superiores recién después del Renacimiento (hace unos 500 años). Además, la mitad de los canadienses son de origen francés y en Estados Unidos hay unos 50 millones de origen mexicano y puertorriqueño y grandes minorías de todos los países de Iberoamérica.

2. Si el cambio se dio hace 500 años, coincide con la Reforma Protestante y los protestantes se van al cielo porque trabajan y los católicos porque se confiesan. Así que en el reparto de las religiones nos tocó a nosotros la de los vagos y a los del norte la de los que trabajan. Y ya se sabe que trabajando cualquiera…
Error porque la mitad de Canadá es de mayoría católica, igual que muchos países del norte de Europa, como Irlanda, Polonia, Lituania, Bélgica, Luxemburgo, la mitad de Alemania. Sin contar que tampoco les va tan mal a otros países de gran mayoría católica como Francia, Austria o Italia u otros donde los católicos conforman la inmensa minoría, como los Estados Unidos de América.

3. Es porque unos están en el Norte, donde hace frío y el frío hace trabajar mientras que el calorcito de los que estamos en el sur nos invita a vagar. Si uno mira el mapamundi, donde hace frío en el hemisferio sur es puro océano y Antártida, mientras que en el hemisferio norte es todo continente, donde viven luchando contra el frío. Así que lo que los convirtió en laburadores es que no había más remedio que trabajar.
Error porque Nueva Zelanda y Australia están entre los más avanzados del mundo y no están en el Norte y tampoco tan al sur como para morirse de frío. Y para colmo cada latinoamericano –cada argentino– que se va a vivir a los países desarrollados, se convierte en uno de ellos en un par de días, se pone a trabajar como uno más y hasta se vuelve democrático y tolerante con las ideas ajenas.

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Tesis: lo que tienen en común los países más desarrollados del planeta no es el norte, ni la religión, ni la raza, ni el frío… Todos ellos trabajan mucho, comen temprano y duermen bien. O duermen bien porque trabajan mucho y comen temprano. O trabajan mucho y comen temprano para dormir bien. No lo sé, pero el hecho es que son pueblos bien dormidos y nosotros somos, además de muchas otras cosas buenas y malas, un pueblo mal dormido.
No sé quién va a cambiar la Argentina, pero le aseguro que necesitamos un Sarmiento del sueño. Un prócer que nos haga caer en la cuenta de esta realidad tremenda: somos un pueblo mal dormido porque hacemos todo al revés. Comemos mucho y tarde, apenas podemos dormir bien un par de horas y nos levantamos con un humor de perros y cero ganas de trabajar.
Un Presidente de la República que se empeñe en conseguir que cambiemos ese hábito malsano de comer como ballenas y dormir como luciérnagas, habría hecho más por la Argentina que muchos héroes de nuestra independencia.

Por Gonzalo Peltzer
gpeltzer@elterritorio.com.ar

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