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Monzón ratificó que actuó en defensa propia y denunció apremios en la UP VI

martes 15 de septiembre de 2015 | 6:00hs.
Martín Monzón, tiene 34 años.
El acusado de asesinar a puñaladas y descuartizar a Horacelia Marasca (16), amplió su declaración indagatoria durante casi dos horas, ayer a la mañana, y ratificó que actuó en defensa propia ante un ataque previo de la adolescente.
Martín Monzón (34) estuvo durante casi dos horas ante el juez de Instrucción Seis, Ricardo Balor, y mucho más sereno que la primera vez, volvió a relatar los detalles de esa noche en que cometió el atroz crimen en el departamento de la Chacra 150 de Villa Cabello.
De acuerdo a las fuentes consultadas por El Territorio, el acusado centró su declaración en cómo fue el ataque con el cuchillo carnicero que terminó clavando tres veces seguidas en el pecho de la mamá de su hijo, según lo que describe la autopsia.
Relató que esa noche del domingo 16 de agosto, Horacelia llegó a la casa un rato antes del trágico desenlace. Dijo que ante las faltas en el hogar y constantes salidas nocturnas, comenzó a pedirle explicaciones a su pareja e incluso, estaba decidido a separarse si era necesario.
En ese contexto de nerviosismo e incertidumbre, comenzó una fuerte discusión, con agresiones físicas mutuas, que -según sus dichos- tuvo dos puntos calientes.
En el primero, hubo un breve forcejeo que terminó cuando empujó a la víctima contra un banco de madera, pero inmediatamente la joven se levantó del piso y -de acuerdo a su relato de los hechos- buscó el cuchillo para atacarlo, iniciándose el segundo roce físico.
En ese punto, Monzón declaró ante el magistrado que Horacelia le tiró el primer puntazo, que alcanzó a esquivar y se inició una lucha física que culminó cuando, al doblar el brazo de la joven madre, ésta pierde fuerza y la hoja del cuchillo termina clavada en su pecho.
Para el juez interviniente, esa parte de su relato no resultaría del todo creíble, porque la chica tenía tres profundas puñaladas a la altura del corazón, lo que indicaría que la agresión tuvo intencionalidad de producir la muerte.
Más allá de eso, Monzón reiteró que al darse cuenta de lo que hizo, se asustó y decidió deshacerse del cuerpo, con el consecuente desmembramiento que fue reflejado varias veces en las crónicas del caso.

Supuestos apremios en la UP VI
La Fiscal de Instrucción Siete, Patricia Inés Clérici, inició una investigación paralela por los supuestos apremios ilegales que habría sufrido Monzón en la Unidad Penitenciaria VI, donde está alojado desde el miércoles pasado.
De acuerdo a las actuaciones iniciadas de oficio por el director del Instituto de Encausados y Procesados (elevadas a la Justicia), dos guardias estarían en el centro de las investigaciones bajo la acusación de haber golpeado ferozmente al detenido con el objetivo aparente de que cambie su declaración, según trascendió en la víspera.
Se supo que el mismo Monzón identificó a los guardiacárceles y le contó a su abogado que la agresión ocurrió el miércoles a la noche, apenas llegó a su nueva celda.

El sereno confirmó la relación
Uno de los testigos que declaró en el marco de la causa fue el sereno de la Chacra 150, a quien Monzón acusó de haber mantenido una relación sentimental con Horacelia.
El hombre habría reconocido ante el juez Balor la veracidad de los dichos del acusado. Dijo que conocía a la víctima del barrio, que se juntaban de manera frecuente y recordó que tres veces mantuvo relaciones sexuales con la adolescente.
En ese punto, habría declarado que esa tarde de domingo en que ocurrió el asesinato, la víctima estuvo con él y acordaron en volver a encontrarse a la noche. El pacto era que la chica regrese a su casa, se bañe y vuelva al punto de encuentro. Según lo que manifestó Monzón en sus dos declaraciones, esa salida fue cuestionada por él y derivó en la discusión que terminó en el atroz femicidio de la adolescente.


Prisión preventiva En el transcurso de esta mañana, el juez Balor podría dictarle al confeso femicida la prisión preventiva, instancia que lo sujetaría definitivamente al proceso y allanaría el camino hacia el debate oral, una vez que se considere culminada la investigación.
De acuerdo a las fuentes judiciales, en su dictamen, el magistrado tendría en cuenta las pruebas que avalan la presunción de que Monzón mató a su pareja en el contexto de violencia de género. Por eso calificaría el hecho como “homicidio calificado por el vínculo y por haber mediado para ello la violencia de género”, lo que supone para el acusado una pena de prisión perpetua en caso de que se lo encuentre culpable, algo que en este caso se da por sentado debido a la confesión del sospechoso.
El abogado de Monzón, el defensor oficial Miguel Varela, anticipó a este medio la posibilidad de recurrir el dictamen judicial, al considerar que “en este caso la violencia hacia la mujer no existe, porque él se defendió del ataque de su pareja”.
En ese sentido, el letrado dejó entrever la aparición de registros de denuncias que habría radicado Monzón en contra de Horacelia, que al parecer en su momento derivó en la intervención de un equipo de asistentes sociales. “La denuncia de violencia familiar es de él hacia ella y ante las asistentes, ella reconoció que cuando se ponía nerviosa lo golpeaba y que él nunca la agredió físicamente”, contó Varela en diálogo con El Territorio.
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