"Juegos de damas", textos de Bowles por primera vez en español

El libro "Juego de damas" reúne un manojo de relatos inconclusos de Jane Bowles (1917-1973), por primera vez traducidos al español, que junto a la obra teatral "Verano en la glorieta" completan parte de la caótica y fragmentaria producción de esta escritora de culto.
domingo 07 de octubre de 2012 | 14:27hs.

El libro editado por Eterna Cadencia recupera del polvo nueve cuentos nunca antes editados en español, cuyas primeras versiones fueron lanzadas en Argentina con traducción de Gabriela Bejerman, junto a la obra de teatro que sólo se obtenía en España.

 

Son textos escritos de manera sutil y con la lógica de un diálogo interno, que remueve la superficie de complejos vínculos de atracción y rechazo entre damas: hermanas, hijas, esposas, amigas y amantes, cada una en sus tonalidades, mujeres siempre incómodas y fuera de norma que se debaten en distintos dilemas: autonomía o independencia, goce y padecimiento, tragedia y comedia.

 

"Su profunda comprensión de la psicología humana creó personajes sumamente sólidos en su arbitrariedad e incoherencia. ¿Pero acaso no somos así? Tal vez eso tengan de femenino, se escurren, escapan, no pueden responder a un perfil único", dice a Télam Bejerman.

 

"Y aunque algunas veces la odiaba al punto de querer darle un golpe en medio de la cabeza, ocurría que al mismo tiempo la dignidad se alzaba sobre ella como un enorme pájaro inesperado. Así que no estaba siguiendo a Sally para reconfortarla, sino para disfrutar de este ser calmo y noble que nacía en ella cada vez que a Sally le daba un ataque", escribe la narradora en uno de los relatos.

 

Jane Sydney Auer no era convencional. Joven, escritora, judía y abiertamente homosexual -como su marido, el músico experimental y escritor Paul Bowles, con quien mantuvo un fraternal vínculo hasta el fin de sus días-, padecía un bloqueo creativo o inseguridad que la hacían deshacerse de su textos o corregirlos obsesivamente hasta considerarlos terminados, rango que muy pocas producciones suyas comparten.

 

El exotismo de esos textos tuvo un escenario real en su vida personal, Bowles vivió muchos años en México, viajó por Centro América y se instaló en Marruecos acumulando millas y experiencia. Su matrimonio ya era leyenda en los 50, al llegar los beatniks a ese territorio de peregrinación artística y experimental que era el Tánger.

 

Contradictoria igual que su literatura, era festiva, le gustaba el alcohol al punto de la adicción y poseía un humor corrosivo: se llamaba a sí misma "crippie, the kike dyke", algo así como "renga, la torta moishe", traduce la prologuista y traductora, una renguera que la postró en la cama de un hospital durante dos años de adolescente.

 

Y a pesar de su escasa producción terminada y publicada -la novela "Dos damas muy serias", los relatos de "Placeres sencillos" y los póstumos "Ardides femeninos" junto a cartas y fragmentos editados por su viudo y su biógrafa, Millicent Dillon- fue la preferida de las vanguardias neoyorquinas de los años 30.

 

"Verano en la glorieta" es uno de ellos. A Jane le llevó más de ocho años terminar el drama recuperado por Bejerman al cierre del libro. Poco más de cien páginas que apenas estrenadas se convirtieron en motivo de culto.

 

La obra que dejó fuera a un joven James Dean por "demasiado normal" fue un desafío autoimpuesto. Tutelada por su amigo Tennessee Williams resultó una de sus últimas producciones literarias extensas, en parte por el bloqueo creativo (acrecentado con su idea de escribir en forma tradicional "para llegar al gran público"), en parte por un accidente cerebrovascular que complicó mucho su salud.

 

Los otros nueve relatos que completan "Juego de damas" son retazos zurcidos por Paul Bowles con sus propios hilos una vez fallecida Jane, quien tras 30 años de convivencia resultó una comprometida compañera en la vida y el arte.

 

Esta edición también da cuenta del peso de Paul editando y recortando textos para que Jane publicara, "Laura y Sally", por ejemplo, transcurre en el mismo escenario de "Camp Cataract", un texto anterior elogiado por Truman Capote.

 

En tanto que "Señorita Córdoba", la joven que en este volumen seduce a un adinerado para montar una tienda de alta costura, fue concebida como el tercer personaje de "Dos damas muy serias" y aparece en "Idilio en Guatemala", señala Bejerman.

 

"La obra de Bowles es sumamente elocuente y a la vez inasible, puede resultar sin sentido, sin gracia, o tremendamente graciosa; y aunque sus saltos y desvíos puedan dejar fuera a un lector poco ágil o escaso de humor, es ahí donde se juega su locura, su talento", asevera.

 

"Como decía (el poeta John) Ashbery, nos revela algo que al mismo tiempo permanece oculto en un silencio, en un espacio entrevisto, y goza en permanecer un paso antes de la explicación totalizadora".

 

"Capricho, seducción, cambio de planes, atracción por algo que nadie considera atractivo... Bowles construye un mundo y a sus seres de manera rebelde y libre. En cada detalle aparentemente superficial nos lleva a la profundidad de sus personajes y vínculos; y la risa, lo grotesco y arbitrario, alivian el dolor. Ella no es el resultado, sino la búsqueda", concluye.