Nacer, crecer, envejecer o rejuvenecer

En las primeras etapas de la vida, no podemos esperar para crecer, pero a medida que la realidad, la madurez y la responsabilidad sobrevienen con los años
lunes 07 de septiembre de 2009 | 17:23hs.
El envejecimiento, tan ineludible como la muerte, comienza en el momento en que abandonamos el útero materno.
En las primeras etapas de la vida, no podemos esperar para crecer, pero a medida que la realidad, la madurez y la responsabilidad sobrevienen con los años, la mayoría de los individuos de nuestra sociedad sienten el deseo de conservar o recuperar un aspecto más juvenil. Pero esto no siempre ha sido así.
En la primera mitad de este siglo y en ciertas culturas del mundo de hoy, un aspecto envejecido se asocia con sagacidad y sabiduría y por esto recibe el respeto, ganado con tiempo experiencia.
 En la actualidad y principalmente en la cultura occidental este principio no es considerado igual, está asociado al fracaso.
 Así surgen los grandes esfuerzos por enmascarar, a través de diversos medios, los “estragos” visibles del implacable e inexorable proceso de envejecimiento.
En un artículo clásico escrito hace más de 30 años, González –Ulloa y Flores  describieron los efectos del envejecimiento facial. Se relaciona fundamentalmente con una disminución del espesor y aumento de la elasticidad de la piel, una absorción de la grasa subcutánea que se profundiza formando surcos en las inserciones musculares y con la simple fuerza de gravedad. Se documentó además los cambios de la edad relacionados con el surco nasolabial en particular; analizando las modificaciones de los tejidos blandos faciales de una manera fotogramétrica.
 Los hallazgos resultantes indican que hay una profundización de este surco con un desplazamiento inferior, externo y anterior de la masa de la mejilla y su sostén.
Bien es sabido que la demanda de la Cirugía Estética, por procesos de  rejuvenecimiento de la parte más visible de nuestra anatomía -la cara- se acrecentaría alimentada por el aumento de los ingresos discrecionales en los años dorados.
Así es que este nivel de interés ha mostrado un crecimiento exponencial en los últimos 20 años.
 En conclusión, quizás el interés de la sociedad por el rejuvenecimiento facial haya respondido a los avances de la ciencia en Cirugía Plástica y a la capacidad del cirujano, impulsado por un nivel técnico siempre creciente de excelencia quirúrgica, a producir cambios inmediatos y resultados predecibles más duraderos.
 Así mismo la especialidad, en sí misma, nació y creció, respondiendo a las necesidades intrínsecas de una sociedad cada vez más competitiva y exigente.
Corresponde a todos nosotros, los que estudiamos y practicamos la Cirugía Estética  apreciar dónde hemos estado y tener una visión de  futuro para seguir evolucionando, y brindando nuevas respuestas a las necesidades emergentes.  
 Dr. Gustavo Abrile Especialista en cirugía plástica y reconstructiva
Avenida Roca 960, Posadas (Misiones)  (3752) 423111 ó 430723 gustavoabrile@gmail.com www.drgustavoabrile.com.ar