Habría sido envenenado con bromato y aún espera justicia

domingo 19 de octubre de 2008 | 2:00hs.
Con 22 años, la tragedia golpeó las puertas de su vida, cuando por causas poco claras Fabián Leiva (36) consumió bromato de potasio en su lugar de trabajo, una panadería de la ciudad de Oberá. Tras el incidente, que lo puso al borde de la muerte, perdió la audición y quedó con problemas renales.
Hoy, a catorce años del incidente, el juicio laboral que le inició a sus empleadores quedó en foja cero. Leiva con el apoyo incondicional de su familia sigue esperando justicia.
Todo comenzó, el jueves 8 de septiembre de 1994, cuando Fabián Leiva, en aquel entonces de 22 años, fue a trabajar como lo hacía todos los días desde hacía ocho años en una conocida panadería de la Capital del Monte.
“Era el primero en llegar y como de costumbre siempre tomaba un vaso de agua. Ese día llegué y el vaso que usábamos para consumir con mis compañeros tenía agua y la tomé” expresó Leiva.
Según Leiva, minutos después cayó en un estado de semiinconsciencia que fue calificado por su patrón como “borrachera”.
A raíz de ello, tal como lo publicó El Territorio en aquel entonces, el propietario del comercio dio aviso al Comando Radioeléctrico que lo trasladó hasta la dependencia policial, donde no recibió ningún tipo de atención médica.
“Lo último que recuerdo es que en la comisaría me tiraron agua con mangueras porque supuestamente estaba borracho” dijo Leiva.
Horas más tarde el padre del joven fue a buscarlo y de inmediato lo trasladó al hospital Samic donde recibió las primeras atenciones y desde allí fue trasladado al hospital Madariaga en grave estado.
Los médicos que atendieron al muchacho en el primer nosocomio explicaron a los familiares que había consumido una sustancia química conocida como “bromato”, la cual era muy utilizada en la elaboración de panificados.
Por su parte, los médicos del hospital Madariaga explicaron a la familia que los efectos del bromato le produjeron a Fabián la pérdida de audición y graves lesiones renales, según el testimonio de sus allegados, los profesionales de salud le daban poco tiempo de vida y aún no se explican como el joven sobrevivió.
Luego de la tragedia, la familia Leiva inició los trámites legales para la ejecución de un juicio laboral.
Sin embargo, los primeros abogados que contrataron dejaron la causa y hasta el día de hoy no han obtenido respuestas.
Tanto Fabián como sus allegados, no se explican cómo llegó el bromato hasta el vaso que según Leiva era el que utilizaban todos para consumir agua.
Luego de perder la audición, padecer una insuficiencia renal aguda y haber sido sometido a complejas operaciones de corazón y pulmón, Fabián Leiva (36) sigue luchando con todas sus fuerzas para obtener una respuesta de la justicia. “Sólo pido justicia o que alguien me ayude para que la causa no quede en el olvido” expresó Leiva, quien reposa en una clínica céntrica luego de someterse a una extensa operación.


Consecuencias del Bromato
El bromato de potasio es un “mejorador” que se utilizaba para la elaboración de una gran variedad de alimentos; en el caso del pan, su función consiste en “blanquear” y mejorar harinas de menor calidad y en el caso de peluquerías de damas, se utiliza para la preparación de “las  permanentes”.
Al ingerir en exceso un alimento con alto contenido de bromato de potasio, la combinación de éste con el jugo gástrico del estómago forma una sustancia llamada ácido bromhídrilco, sumamente agresiva para la mucosa gastrointestinal.
Las consecuencias de su ingestión es insuficiencia renal aguda, y en algunos casos puede atacar el sistema nervioso central produciendo sordera y con el tiempo, cáncer.
Los primeros síntomas se manifiestan entre los primeros 30 minutos y dos horas después de la ingestión, produciendo fuertes dolores abdominales, naúseas y diarreas y convulsiones.