“Nos guiábamos por las vías del tren cuando nos perdíamos”

Domingo 20 de octubre de 2013
Tradición. | Grimm (izquierda) acompañado por Carlos Enrique De Perini. | Foto: Marcos Otaño
Ernesto Grimm (75), fue quien hace más de tres décadas trajo a Misiones, desde la fábrica de Estados Unidos, el Cesna 172 que fuera sustraído en septiembre del 2011 en Eldorado. Ello representó una gran pérdida, tanto en lo sentimental, como por su costo que ronda los 150.000 dólares. Reconoce que la aeronave era una de las mejores que tenía el aeroclub en cuanto a capacidad y velocidad. Se utilizaba para vuelos de bautismo y para trabajos de fotografía aérea.
Grimm en la actualidad sigue siendo un entusiasta concurrente del aeroclub de Posadas. Su pasión por la aviación comenzó cuando tenía quince años. “Un día me llevaron a volar y ahí me entró la locura”, recordó.
Dos años más tarde, a los 17 años, ingresó como alumno en 1955, con dos instructores. “Nos recibimos en total nueve pilotos. Los cursos se hacían con un Piper PA 11.Una vez cumplidas las 100 horas de vuelo, hacíamos los traslados de pasajeros, a veces dos o tres vuelos por día a Eldorado; a Iguazú y a muchas estancias o por ejemplo, a San Pedro llevando a madereros, por la falta de caminos en ese tiempo”, rememoró. Todo se hacía sin paracaídas. En ese momento estaba subvencionado tanto el combustible, como los instructores pagados para formar aviadores civiles. Especialmente por el beneficio que representaba el servicio aéreo.
Como los demás pilotos, recuerda que la aviación era vital para sortear la falta de caminos y sortear el aislamiento. Esto sucedía, al concretar los destinos a Corrientes, además de vuelos a Buenos Aires que demandaban hasta trece horas. “La orientación era en base a brújula y la carta, mirando los caminos. Cuando nos perdíamos, nos guiábamos por las vías del tren y bajábamos hasta ver los carteles donde indicaban las localidades”. Recordó una anécdota en oportunidad de trasladar a Buenos Aires una pasajera que se llevó una gran valija en el regazo, porque no cabía en el baúl. “Cuando vio el humo de un tren y lo cruzamos, dijo: Qué rápido que viajamos”. Claro, Grimm riendo aclaró, “si el tren iba a 60 kilómetros por hora, nosotros lo hacíamos no más a 120 kilómetros por hora aproximadamente”.

La historia del cuatriplazas
Con el Cesna 172 que fuera robado en Eldorado, se hicieron muchos vuelos sanitarios. “Lo traje en vuelo desde Estados Unidos. Fue una experiencia muy hermosa. Lo traje desde la fábrica de Texas”, recordó junto a Carlos Enrique De Perini.
La particularidad es que se iban autoabasteciendo en el aire, al improvisar un tanque de combustible de 200 litros, al tener 12 horas de autonomía. “Vinimos todo por la costa del Pacífico atravesando la cordillera, en un total de 9 días. Justo llegué un 29 de julio en pleno aniversario del Aeroclub Posadas y realizamos una gran fiesta”.

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