El desafío de ser piloto de avión en la tierra colorada

Domingo 21 de octubre de 2012 | 00:30hs.

La aptitud, muchas veces heredada, también cuenta a la hora de elegir como profesión ser piloto. Pero lo cierto es que sólo quienes pueden pagar estudian, al momento, la carrera. Aunque en este último tiempo, la escuela de pilotos realiza convenios que en breve posibilitará la adjudicación de becas para quienes realmente demuestren que tienen aptitudes, y así iniciarse en el mundo de los vuelos.

Así lo confirmó Eduardo Genesini,  presidente del Posadas Aeroclub, quien a su vez expresó que “incorporamos dos nuevas máquinas al aeroclub el viernes último, este fin de semana las tenemos habilitadas para trabajar en la escuela. Con estas adquisiciones ya sumamos cuatro aviones habilitadas, trabajando”.


Se trata del Lima Victor Charli Romeo Zulú (LVCRZ) y del Lima Víctor Clarly Romeo Sierra (LVCRY), ambas aeronaves son de Estados Unidos. “El aeroclub las importó, con todas las peripecias que significa una importación, las pudimos ingresar al país en marzo, y las pudimos habilitar hace una semana”, señaló.

El presidente explicó que no realizan propaganda de la escuela de pilotos, puesto que vienen de pérdidas y una gran caída en la actividad, que le significaron importantes inversiones. “El 2011 fue crucial en esta carencia. Según relata la historia el aeroclub de Posadas tuvo momentos de gloria en los años 80, y después situaciones políticas, económicas, hicieron que tenga una caída muy importante. Y recién hace unos 15 años se arrimó al aeroclub un grupo de gente que todavía está empujando, y lograron poner en orden la institución, que hoy está ordenada jurídicamente, económicamente, desde el punto de vista académico de la escuela también. Hoy tenemos qué dar, qué ofrecer”, recordó.

“El año pasado tuvimos la desgracia de que nos robaron un avión, fue una cosa de locos. En el país han robado cinco aviones, uno de ellos es el nuestro. El avión más grande, el más caro, ese fue el que nos robaron. Y justo ocurrió esto cuando estábamos con dos aviones en service. Estuvimos sin aviones como por cuatro meses. Sin nada, es como ir a la escuela y no haya ni pizarrones ni tizas (sonrió). Fue malo para nosotros el año pasado, pero para diciembre más o menos compramos los dos aviones nuevos, los otros dos reparados a nuevo. Hicimos muchas gestiones y ahora están los cuatro aviones en vuelo”, añadió Genessini.

 

La escuela

En cuanto a alumnos inscriptos, la matrícula actual es de alrededor de 20 estudiantes, de los cuales cinco se graduaron hace dos semanas, y antes de fin de año se graduarían tres más.

La escuela del aeroclub cuenta con tres instructores, los graduados de todo el 2012 pasan a ser pilotos civiles, que rendirán para vuelos nocturnos.

Pero lo que destacó Genessini es que se trata de una carrera costosa, puesto que “para poder volar una hora hay que contar con 600 pesos, y el curso inicial tiene 45 horas. Eso es lo que cuesta la hora de vuelo del avión”, indicó.

No obstante, “la provincia, a través del Ministerio de Educación y el Consejo de Educación, quieren colaborar con unas horas cátedra para posibilitar la implementación de becas para uno o dos chicos que tengan aptitudes, para que así puedan hacer el curso gratis”, dijo.

“Es una salida laboral como cualquier escuela técnica, y ahora estamos gestionando un apoyo del gobierno, que prometió ayudarnos con los gastos de la escuela, porque se trata de una actividad naturalmente cara. Hoy por hoy un curso de piloto privado sale 30, 35 mil pesos. Y la duración depende de la disponibilidad de dinero, pero estaría al borde de seis meses. Pero ahí recién se llega a la primera etapa, la de piloto privado. De ahí para llegar a piloto comercial tiene que juntar como 200 horas más… Es decir, es una profesión cara. Pero una vez que tenés la habilitación como piloto privado se puede conseguir algunos vuelos particulares para algún lugar, y por intermedio de conocidos, no hay problemas en convocarlos para que, puede ser de ida o de vuelta, pueda anotarse las horas”, explicó.

Y agregó que “un piloto de avión de línea debe andar en las mil horas voladas. Para lograr esas horas y ese título (TLA) depende de la actividad que haya en el aeroclub, de lo que se disponga para volar, puede lograrse en dos, tres o diez años. Es relativo al lugar donde está cursando. Es una carrera cara. Nosotros damos las primeras armas. Así ocurre en todos los aeroclubes del país”, puntualizó.

En relación a la actividad puntual del piloto, dijo que “es una actividad que hace un aporte importante a la comunidad, dado que los pilotos de los
embraer que llegan de Australia, los boeing que llegan de Aerolíneas hicieron sus primeras pasos, adquirieron sus primeras armas, en un aeroclub como el nuestro”.

 

Escalafones

Para ir pasando de nivel el estudiante de piloto debe ir sumando horas voladas, que se van registrando en su hoja de ruta. Son siete los niveles.

1.Piloto privado

2.Piloto comercial

3.Piloto comercial de primera

4.Instructor

5.Multimotores

6.Turbinas

7.TLA (Técnico de Línea de Avión)

 

Actividad comercial y deportiva

El presidente del Aeroclub Posadas advirtió que en todo el país hay una reactivación de la aeronáutica. “Inclusive el aeroclub de Oberá tenemos un compañero, graduado en nuestra escuela, que es presidente del aeroclub de la Capital del Monte. Tiene los aviones pero distribuidos en talleres, no cuenta con dinero para recuperarlos, los quiere también impulsar. Apóstoles también, está trabajando en la actividad aeronáutica, está armado. También están armando una escuela en Iguazú. Como que la aeronáutica en la provincia está teniendo un impulso. El Gobernador nos está ayudando con la reparación de las pistas de las distintas localidades”, subrayó.

Y rememoró que antes “había una línea provincial que hacía un vuelo cada dos semanas, de Posadas a El Soberbio, de ahí a San Pedro, de ahí a Iguazú, y de ahí a Posadas nuevamente. Pero después, las rutas asfaltadas hicieron que eso no tuviese sentido, pero sigue siendo una actividad comercial y deportiva interesante”.



Por Mercedes Berón