Predominio guaraní en nueva germania

Domingo 21 de julio de 2013

Las ideas del músico Richard Wagner y de Bernhard Förster sobre la superioridad de la raza aria, se puso en práctica por primera vez en plena selva paraguaya. Fue en el año 1887, cuando Elisabeth, hermana del famoso filósofo alemán Friedrich Nietzsche, acompañada por su marido, el citado Förster, convencieron a 14 familias germanas a concebir una nueva Alemania o como se bautizó oficialmente, la Nueva Germania ubicada al margen del río Aguaray Guazú, a unos 250 kilómetros de Asunción y en forma aproximada a 700 kilómetros de Posadas.
Se cree que Wagner (1813-1883), célebre músico alemán (Pág.6) considerado por entonces casi el apóstol de la tradición alemana destinada a conducir los destinos de la humanidad, habría influenciado en los hermanos Nietzsche y también en Förster, quien fue el primero en llegar al Paraguay en busca de tierras para poner en marcha aquella utopía.
Así de manera previa, en este departamento paraguayo de San Pedro comenzó en el año 1885 a negociar la cesión de tierras públicas con el entonces presidente paraguayo, general Bernardino Caballero.

“Para entonces ya estaban demarcadas las chacras que luego se repartieron entre los primeros colonos”, relató al diario El Territorio Juan Fischer, de 92 años. “Mis abuelos llegaron en barco, después de cuatro meses de viaje”, añadió. El grupo alemán dejaba atrás una sociedad industrial.
Según los datos registrados en el Museo Multicultural local, en 1886 las familias alemanas iniciaron la travesía por tierra y luego por el Océano Atlántico, hasta incluir en su ruta el puerto de Montevideo y terminar el recorrido en pequeñas embarcaciones y a caballo, hasta el lugar elegido por Föster, conocido luego como el agitador social alemán, que prometía prosperidad (Pág.6).
Förster realizó una intensa propaganda entre sus pares alemanes sobre las cualidades del suelo para la producción y comercialización de la yerba mate.
“Se dejaron llevar por la propaganda”, reconoció Fischer; cuyo apellido tuvo una notable expansión en la localidad.
Apenas llegó El Territorio y comenzó a tomar contactos con los pobladores, se la encontró viendo pasar las horas sentada en pleno mediodía a la encargada de la estación de servicio: Elida Paoli de Fischer (70).
“Hace unos cuatro años habilitaron la avenida asfaltada que llega hasta la ciudad, fue lo más importante que ocurrió en los últimos tiempos”, resumió.
Familias de Fischer, están asentadas tanto en la zona urbana como rural, donde los últimos alemanes se encuentran emplazados en tres importantes asentamientos.
En plena chacra, los hermanos Schweikhart, Federico (65) y Máximo José (69) nos cuentan cómo es vivir casi como ermitaños, protegiendo una inmensa y antigua vivienda, resguardado por feroces perros, por donde también supo recorrer su madre de apellido Fischer (Páginas 8 y 9).
La situación de vida de estos hermanos, ilustran en gran medida en qué quedó aquel oasis prometido y el intento de concebir la supuesta supremacía teutónica en una ciudad, que en la actualidad no supera los 7.500 habitantes, aseguró la intendenta Alicia González de Saiz.

En las chacras
Llegar a las chacras de estos últimos alemanes representa otro gran desafío, por las dificultades que tienen los vehículos pequeños para transitar unos 15 kilómetros sobre suelo arenoso.
La disminución de la raza pura la siente en carne propia Rauls Flaskamp (34), quien hasta el momento no encontró “una gringa” para armar una familia  y sigue viviendo con sus padres.
Estos colonos lograron sobreponerse a los rigores del clima tropical, aunque no todos terminaron de aceptar que aquella misión había sido un imposible.
Según recuerda Juan Fischer, al sentirse engañados los primeros colonos y no encontrar la tierra prometida, los que tenían recursos económicos regresaron a Europa.
Muchos murieron al no soportar la rigurosidad del monte y hasta afectados por enfermedades tropicales, desconocidas en su país de origen.
Pero el mayor punto de inflexión fue cuando se sintieron huérfanos ante el suicidio del fundador Förster, ocurrido en 1897 en un hotel a orillas del lago San Bernardino.
Este lugar, históricamente importante centro de veraneo, es la primera localidad fundada por alemanes y formó parte de otros de los sueños impulsados por Bernhard Förster por los que los pobladores actualmente especulan que el nombre de la localidad podría ser en homenaje a este pionero, o quizás en honor compartido y para congraciarse con el entonces mandatario nacional Bernardino Caballero.

Elisabeth adhiere al nazismo
Tras la muerte de Föster, su esposa, Elizabeth Nietzsche retornó en forma posterior a Alemania (1893). Ambos hechos, sumado al abandono del proyecto de un “nuevo mundo” por parte de los gobiernos de Paraguay y Alemania, rápidamente comenzaría a declinar aquel sueño de crear una raza pura.
Esta idea se extendería a Europa, con Elizabeth Nietzsche como embajadora. Especialmente porque sus ideas formaron parte de las semillas que cultivaría el partido que lideró en forma posterior Adolf Hitler.
Una abundante bibliografía del citado museo local, recuerda además las imágenes de Föster que enseñaba en la universidad de Berlín y proclamaba la superioridad de la raza aria.
Ideas que los analistas contemporáneos señalan como muy diferentes a las de su cuñado Friedrich Nietzsche, y de igual modo, destacan las influencias que estas iniciativas tuvieron en la historia alemana y europea con la segunda guerra mundial, que como se recordará avanzó con el exterminio de unas seis millones de personas.
Fabio Anibal Jara Goiris, máster en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad Estadual de Ponta Grossa (Brasil), dentro de un extenso artículo de investigación sostuvo que Elizabeth Nietzsche al regresar a Alemania, se dedicó a organizar el Archivo Nietzsche, editando los manuscritos de su hermano filósofo, quien falleciera dominado por la locura en 1900.
“Elizabeth parecía no tener escrúpulos, llegando a falsificar algunos textos de su hermano para congraciarse con la naciente ideología nazi; Elisabeth tenía 84 años, cuando abiertamente adhiere al Partido Nazi”, según este investigador. Añadió que Hitler recibió de Elizabeth en una vistosa ceremonia el bastón que habría pertenecido a su fallecido hermano Friedrich Nietzsche.

Presencia de nazis
“Existen relatos de que Hitler llegó a enviar tierra alemana al Paraguay para que fuera depositada en la tumba de Förster. Además, el médico nazi Josef Rudolf Mengele vivió anónimamente muchos años en la colonia Nueva Germania”, sostuvo Jara Goiris. Esto coincide con el relato brindado a este matutino por varios habitantes de Nueva Germania, como el caso de Virginio Benítez, secretario de Educación y Cultura municipal y del consultor, Carlos Benítez.
Ambos sentados en el hotel Nueva Germania (uno de los dos únicos alojamientos existentes en este lugar), detallaron a este matutino que los pobladores coincidían sobre la presencia por esos años de jerarcas nazis recorriendo la colonia. Además, aclaran las diferencias de pensamientos de los hermanos Nietzsche, siendo ella de una idea más radicalizada.
En su mayoría, los colonos que se quedaron aprendieron a lidiar con el monte, a usar machetes y azadas, gracias a las enseñanzas de los paraguayos que fueron llegando hasta el paraíso que pensaban sería exclusivo de la raza aria. De esta manera, se olvidaron de los principios originales del ideal de Förster y acabaron integrándose totalmente a la cultura guaraní.
“Siendo criatura, empecé a relacionarme con los hijos de los paraguayos, así aprendí el guaraní”, relató Juan Fischer, que se crió en la Costa Norte y desde hace unos 40 años vive en la zona urbana con su esposa Leoncia Dorian (82 años), una paraguaya de pie a cabeza.
También la hija de ambos, María Elvira Fischer (53), se casó con un paraguayo y entre sus tres hijos, se destaca el más pequeño, rubio de ojos azules.
“Salió por los bisabuelos”, cuenta en relación a los primeros cinco hermanos Fischer que fueron parte del primer contingente que llegaron con la ilusión de construir una nueva Alemania. “Quedan pocos alemanes”.
La mayoría conformaron familias con paraguayos y los mayores siguen en las chacras intentando mantener algunas costumbres y los jóvenes, buscan trabajo o continúan sus estudios en otras ciudades, lejos de la “ideal” Nueva Germania.


Por Antonio Villalba
avillalba@elterritorio.com.ar


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