Sin incidentes, el campo y el Gobierno en duelo callejero

Miércoles 16 de julio de 2008
BUENOS AIRES. El kirchnerismo y el campo protagonizaron ayer su duelo político en las calles porteñas sin incidentes,  a través de la realización de sendos actos que en conjunto rondaron las 350 mil almas movilizadas, que excedieron la discusión por las retenciones y dejaron en claro la división y confrontación entre ambos sectores, a horas de la definición en el Senado del proyecto oficial.
Al margen de las estimaciones, las tomas aéreas mostraron una mayor afluencia de gente en el acto del campo, en el monumento de los españoles del barrio porteño de Palermo, que comenzó apenas terminado el mitín que Néstor Kirchner encabezó en la Plaza de los dos  Congresos, como titular del PJ pero también como estandarte del gobierno nacional.
Mientras el oficialismo llamó a respetar lo que resuelva el Congreso y dar una vuelta de página, los dirigentes agropecuarios dejaron en claro que, de aprobarse el proyecto el conflicto continuará.
El escenario K estuvo montado de espaldas al Palacio Legislativo, que durante la jornada se sumergió en un clima de incertidumbre debido a que oficialistas y opositores dicen tener mayoría para hoy, cuando desde las 10, se aprueben o rechacen las retenciones móviles.
El gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri y el bonaerense, Daniel Scioli fueron las voces que telonearon a Kirchner, quien inició su discurso intentando diferenciar a los productores medianos y pequeños de los pooles de siembra: “Los productores no son nuestros enemigos, tenemos que estar atentos es con aquellos pooles que especulan con la riqueza argentina”. No obstante, volvió a introducir la habitual embestida contra el campo al comparar los escraches que productores agropecuarios realizaron a legisladores con “comandos civiles y grupos de tareas de las peores etapas del ‘55 y ‘76”.
Flanqueado por miembros del PJ nacional, sindicalistas de la remozada CGT de Hugo Moyano y dirigentes piqueteros, pero también por miembros de la Concertación Plural como el rionegrino y radical K Miguel Saiz -que tal vez remendó la ausencia del mendocino Julio Cobos-, Kirchner pidió ayuda para la presidente Cristina Fernández, que se quedó Olivos durante el acto.
El discurso de Kirchner duró 27 minutos, en los que expresó que “cuando la Presidente puso las retenciones saltaron rápido aquellos sectores de la concentración económica, aquellos que no quieren compartir el esfuerzo y es ahí donde el Estado debe poner el equilibrio”.
Envió también un mensaje hacia la clase media y dijo “que no se confunda esa clase media porque no va a ser la oligarquía la que va a ser solidaria; los solidarios son los trabajadores, los estudiantes, los intelectuales; todos que integran el campo nacional y popular”.
Aclaró que “les quiero hablar a esos productores que lograron desendeudarse; a esos productores que no son nuestros enemigos y a quienes abrazamos, pero tenemos que estar atentos con los pooles que especulan con la riqueza de los argentinos”.
Dijo después que “Cristina nunca iba a arreglar de cualquier manera con un sector para quedar bien, porque no llegó adonde llegó para dejar las convicciones en la puerta, sino que llegó para luchar hasta el final, para una nueva historia”.
“Lo que pasa es que para algunos lo que tenía que haber hecho era acordar de cualquier forma y ese racionalismo que le pedían es un racionalismo temeroso, claudicante y ella dijo no porque se puso al frente de la redistribución del ingreso”.

De rodillas, ¡Minga!
Segundos después, el acto del campo dio comienzo. Pero los discursos de Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, ambos de la Federación Agraria, parecieron sepultar cualquier acercamiento o coincidencias con el gobierno.
De Angeli advirtió que “esto no se termina en el Senado, los senadores no saben como volver a sus pueblos” y devolvió favores a Kirchner, quien antes lo criticó por sus dichos sobre el precio del lomo a 80 pesos: “El ex presidente va a estrellar ese barco que es el país y no se lo vamos a permitir”.
Con un tono menos enfervorizado pero dejando en claro una irreversible oposición al kirchnerismo, Buzzi directamente pidió un cambio de modelo. “Ya no alcanza con decir lo que no queremos, también tenemos que ser capaces de formular lo que el país necesita: Un modelo de país distinto, que apunte hacia otra dirección desde el lugar que nos están llevando, no al capitalismo de amigos que se siguen beneficiando con la concentración”. Incluso se animó a más, al denunciar “el juego y las apuestas que maneja el gobierno” y calificó como “inmoralidad los 150 pesos de los planes sociales”.
Luciano Miguens (Sociedad Rural)  advirtió por lo bajo: “Ganemos o perdamos esta medida no va a poder continuar”, en momentos en que la presidente ingresó a la Casa Rosada, proveniente de la residencia.
El cierre, al caer la noche, estuvo en manos de Mario Llambías (CRA), quien empezó recordando en voz alta, “pensar que nos querían ver de rodillas, ¡minga que nos van a ver de rodillas!”, y derivó en la misma conclusión que sus antecesores en el acto: “Una cosa son los votos y otra cosa es solucionar el conflicto, pongan huevos señores senadores”, exclamó.
También señaló que “el agro tiene hombres que se comprometieron y que vamos a pelear por la ganadería, la lechería y las economías regionales”.
Miguens dijo que los dirigentes trataron que los funcionarios del gobierno entendieran el pedido del sector y pidió a los productores que “no se preocupen porque ganemos o perdamos mañana, esta medida no va a poder continuar. El campo no quiere condicionar la voluntad de los senadores”, aunque reclamó que “voten a conciencia como corresponde a una república con poderes soberanos”.

Del otro lado: “Sale sí o sí”
Desde Casa de Gobierno, mientras la protesta rozaba la noche, el entorno de Cristina Kirchner no tenía dudas de lograr hoy la mayoría en el Senado necesaria para sancionar el proyecto de retenciones a las exportaciones agropecuarias, tal cual ocurrió en la Cámara Baja, y en sus perspectivas parlamentarias se apoyaron las esperanzas de resolver el conflicto abierto con el campo.
“Se inicia el debate y el jueves el tema queda cerrado. Después los que no estén de acuerdo, que vayan contra la ley y contra todo si quieren, pero no vamos a cambiar nada”, resumieron las fuentes más próximas a la Presidente.
Según el cálculo kirchnerista, ya no hay dudas, hay un piso de cuatro senadores arriba (en favor del proyecto oficialista) y un techo de ocho.
En ese marco, tanto la presidente Cristina Kirchner junto al jefe de Gabinete, Alberto Fernández y otros ministros, tras el acto que encabezó el ex presidente y titular del PJ, Néstor Kirchner en el Congreso, regresaron a la Casa de Gobierno “a trabajar”.
Los voceros se mostraron “bastante aliviados porque entre miércoles y jueves sale la ley aprobada automáticamente y pasamos a otro tema, no importa más lo que digan”.
En el Gobierno siguen convencidos en que los cambios en beneficio de los productores del agro “que dieron en Diputados fue más que generoso, duplicó lo que se dio en la resolución original”.
La noche será larga
Por su parte, voceros de Néstor Kirchner confirmaron que el ex presidente, luego del acto se retiró inmediatamente rumbo a  Olivos, donde analizó con sus íntimos asesores la repercusión de los dos actos y esperará la jornada de mañana con atención.
“La noche será larga”, bromearon desde el entorno de Kirchner horas antes de que el debate comience en el Senado.


Sin insultos y con estreno de la CGT Azul y Blanca
Siete cuadras sobre la avenida del Libertador ocuparon los manifestantes a favor del campo, que rechazan la ley que se debate en el Congreso Nacional.
La concentración entrelazó a productores llegados del interior del país, con gente de Capital Federal y movimientos sociales y sindicales, como la agrupación liderada por Raúl Castells y la CGT Azul y Blanca que comanda Luís Barrionuevo.
Del acto también participaron dirigentes del arco opositor, intendentes de distintas localidades del interior, gobernadores y ex-gobernadores, tal el caso de José Manuel De la Sota, como así también dirigentes justicialistas que rechazan la medida del Ejecutivo.
Se destacó la presencia de Elisa Carrió, Hilda “Chiche” Duhalde, Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, Ricardo López Murphy, Nito Artaza, Patricia Bullrich y Francisco De Narváez, entre otros.
En momentos en que iniciaban el acto los representantes agropecuarios que ya estaban apostados en el escenario fueron recibiendo por distintas vías las palabras que el ex presidente, Néstor Kirchner, pronunciaba en la convocatoria que se realizó en la Plaza de los Dos Congresos.
A su turno, cada uno de los oradores advirtió que no utilizarían esa tribuna para contestar los dichos de Kirchner.
La concentración comenzó al mediodía con el arribo de productores del interior. El escenario fue emplazado de cara al centro de la ciudad de Buenos Aires con una consigna que decía: “Por un País Federal. Democracia Dignidad Para Todos”. En el lugar de arribo, distintos grupos entregaban volantes con las fotos de los diputados que votaron a favor de la resolución 125.
La espera fue amenizada con la actuación de distintos grupos folclóricos, que en muchos casos eligieron interpretar canciones que se transforman en símbolo de la protesta agropecuaria.
Cerca de las 16.30 ingresó la nutrida columna de la reciente CGT Azul y Blanca con Barrionuevo a la cabeza.
Los mayores aplausos fueron para De Angeli y Buzzi. De Angeli impidió que se silbara a la presidente Cristina Kirchner y pidió que se respete su investidura.


Con gobernadores y ritual camionero
Con la presencia en los palcos de diez gobernadores, funcionarios nacionales, intendentes, gremialistas, legisladores y el mismo Néstor Kirchner, el oficialismo realizó sin incidentes su acto.
Desde primeras horas, numerosas columnas, en especial del sector sindical que lidera el camionero Hugo Moyano, comenzaron a concentrarse para marchar hacia el frente del Congreso. Las presencias notables fueron las de los gobernadores peronistas Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos); Jorge Capitanich (Chaco), Celso Jaque (Mendoza), José Luis Gioja (San Juan), Gildo Insfrán (Formosa), Walter Barrionuevo (Jujuy) y José Alperovich (Tucumán), y los mandatarios de origen radical Miguel Saiz (Río Negro) y Maurice Closs (Misiones).
De los movimientos sociales se contabilizó la presencia de Emilio Pérsico, Luis D’Elía y el diputado nacional Edgardo Depetri.
Entre los grupos se divisó a sectores del Frente Para la Victoria, PJ, Movimiento Evita, Frente Transversal, Barrios de Pie, agrupaciones de la CTA como la Federación Tierra y Vivienda, comisiones internas de ATE y el Movimiento Marcha Grande.
La zona central del paseo y calles adyacentes fueron cubiertas por columnas sindicales.
Una de las columnas más numerosas fue la del sindicato de camioneros, de más de dos cuadras, que al comenzar el acto todavía no había llegado a la plaza, tal vez por razones de seguridad, si se tiene en cuenta los reiterados enfrentamientos con sus rivales de la construcción.
En el tablado se instaló Kirchner y un grupo selecto de allegados.
El audio del acto fue malo, solo se consiguió escuchar a unos 50 metros del escenario y dependía mucho de la ubicación. Más allá era imposible oír, lo que provocó que los bombos sonaran en forma ininterrumpida.