Pese a los reclamos, sigue sin aduana brasileña el paso Rosales

Lunes 21 de diciembre de 2015

Desde hace mucho tiempo, tanto la comunidad del Paraje Comandante Rosales en San Pedro, como las aledañas de San Vicente y El Soberbio siguen a la espera de que se habilite el paso de manera oficial en el puente Rosales, que une Argentina con el pueblo brasileño de San Miguel do Oeste.
Es que este viaducto instalado sobre el arroyo Pepirí Guazú, de contar con una sede de aduana brasileña, sería una puerta de entrada y salida al vecino país mucho más ágil y cercana para aquellos que deseen realizar compras o vacacionar en las localidades más alejadas del paso fronterizo.
Porque, si bien, el puente está habilitado para el cruce de visitantes, el problema radica en que el Gobierno brasileño aún no instaló el control migratorio para realizar la entrada al país. De esta manera, aunque en el Paraje Rosales se realice el trámite correspondiente, no es posible pasar más allá de San Miguel do Oeste sin encontrarse en infracción.

Desde Gendarmería Nacional explicaron que “aún se encuentra muy verde la tramitación de la casilla de aduana brasileña. Solamente hay un puesto de Senasa por el tema de los alimentos. O sea, la gente puede cruzar, pero el trámite que hace Migraciones acá sólo lo avala hasta San Miguel do Oeste; si se quiere ir a Camboriú por ejemplo se debe ir hasta Bernardo de Irigoyen y pasar a Cerqueira”.
Por su parte, el jefe comunal de San Pedro, Miguel Dos Santos, aseguró a El Territorio: “Nosotros tenemos todo, el problema es de allá para acá, Brasil no tiene allí la Policía Federal. Dijeron que iban a traer la Aduana pero con los problemas que tienen ahora con el Gobierno se va a frenar todo, y nos afecta muchísimo”.

Vacaciones y estrategias
De acuerdo a lo indicado por Dos Santos, “el puente sería una gran opción para los turistas argentinos que deseen cruzar a Brasil así como los brasileños que vengan para acá, nos ayudaría mucho al turismo local”.
Es que un turista que desee ir a las playas de Brasil se ahorraría unos 100 kilómetros si pudiera realizar la entrada al país por Rosales y no por Bernardo de Irigoyen.
“A nosotros nos mata en lo que es el turismo, la gente podría pasar tranquilamente por acá, quedarse incluso en San Pedro a comer, pero esta situación dificulta mucho, nos atrasa. Espero que se arregle lo más pronto posible”, pidió el intendente.
Por esa razón, mucha gente utiliza una estrategia particular, pero arriesgada a la vez, al momento de cruzar a Brasil. Realizan el paso en la sede de Aduana de Alba Posse–Porto Mauá, que se puede extender hasta 30 días, y luego viajan hasta San Pedro para cruzar por el puente Rosales.
“Sobre todo la gente que viene de otras provincias tiene esa mala costumbre para no ir hasta Irigoyen”, sostuvo el jefe comunal.
Victor Studer, despachante de Aduana, explicó a este medio las consecuencias de llevar a cabo esta maniobra. “No es lo correcto y es muy arriesgado. Si te agarran no hay argumentos y allá el control es diferente. No van a andar atrás tuyo para que te registres, pero si te agarran hay multas, sanciones altas”, alertó.
Asimismo, especificó: “Para tener el pase de Porto Mauá quiere decir que volviste a cruzar a Argentina desde Brasil y no entregaste el papel de regreso. Entonces para el registro nunca volviste. Eso implica sanciones también. Hay gente que por años no podrá ir a Brasil por tener estas faltas”.
Por este motivo, pidió a la población en general que no realicen este recorrido, porque pondrían en riesgo sus vacaciones o futuras visitas al país vecino.
“Al menos hasta que esté instalada la sede de Aduana brasileña se deberá buscar pase alternativo para ir a las playas, por Mauá, por Cerqueira o por Andresito donde hay un policía federal que controla el paso”, manifestó.

Contrastes

Una de las características que apura del lado argentino la habilitación del paso es el buen estado de la ruta 27 recientemente inaugurada, que permite una rápida llegada a destino, en contraposición al estado deteriorado de la ruta que lleva a Bernardo de Irigoyen. En referencia a esta última “los autitos tocan todo, y encima hay un tránsito terrible, por eso nadie quiere ir por ahí”, dijo el intendente de San Pedro, Dos Santos.
En cuanto al uso del citado viaducto, la iniciativa arrancó el 23 de abril de 2009, en un acuerdo entre los gobiernos de Argentina y Brasil. Para entonces, uno de los primeros desafíos era la conclusión de las obras de pavimentación de la carretera federal (BR) 282, en el estado de Santa Catarina (Brasil) y la construcción de obras básicas y pavimento sobre la ruta provincial 27, entre la ruta nacional 14 (San Pedro) y el puente sobre el río Pepirí Guazú.