“Saber la verdad depende del proceso negociador de la Justicia correntina”

Domingo 10 de diciembre de 2017
Es la última carta o cuanto menos, la más importante. La verdad sobre qué pasó con Christian sigue en manos de sus secuestradores. La tienen dos criminales peligrosos, con decenas de causas judiciales sobre sus espaldas en varios países: Rodolfo ‘Ruso’ Lorhman y Horacio ‘Potrillo’ Maidana.
Ellos saben si está vivo o muerto, si fue intercambiado o vendido a otras bandas criminales organizadas que operan en nuestra frontera o si, como consecuencia de eso, fue llevado a otros países donde nunca tuvo la posibilidad de pedir auxilio o de contar quién es.
Las mencionadas son opciones sostenidas por la familia Schaerer que no se debilitan con el paso el tiempo, aunque transcurrieron casi 15 años. Es que si bien la mayoría de los que participaron en el secuestro fueron condenados, jamás contaron qué pasó con el joven correntino después del pago del rescate.
Por eso las detenciones de Ruso y Portillo a fines de noviembre del año pasado, en Portugal, significó tanto. Con ambos encarcelados se abrió la posibilidad real y concreta de que ese secreto, finalmente, sea develado.
La familia de Christian es consciente de que no será una tarea sencilla, pero se ilusiona con conocer la verdad y hasta anhela un posible reencuentro con su hijo. “No puedo otra cosa más que tener la esperanza de que esté en algún lugar, vivo”, confesó Juan Pablo Schaerer en una entrevista concedida recientemente a este matutino.
Para que algo de eso ocurra, primero se deben concretar una infinidad de trámites judiciales que permitan sus extradiciones, esperar que las autoridades extranjeras acepten el pedido y una vez que eso ocurra, es decir, que ambos regresen a este país, se iniciará otro proceso más directo de negociación, con el objetivo de convencerles para que hablen.
Una alternativa es que le ofrezcan algunos beneficios en función de las penas que puedan recibir en un posterior juicio o que les den la posibilidad de que declaren como arrepentidos. Todo seguirá dependiendo exclusivamente de ellos, que hasta ahora tienen la verdad secuestrada.

¿Qué significado le da a la detención de Ruso y Potrillo?
Desde el punto de vista del delito, de los autores y todo lo demás, el caso está resuelto. Pero hasta ahora no pudimos encontrar el cuerpo de Christian, si es que lo asesinaron, o hallarlo con vida, si es que le dieron esa chance. Por el tiempo transcurrido hay una tendencia a creer de que no está vivo pero en el expediente eso no está determinado.
Como todas las personas detenidas fueron las que intervinieron en el secuestro y faltaban solamente estas dos, nos abre a nosotros, a mí, a la mamá, al hermano, a los abuelos, a los tíos, la posibilidad de saber qué pasó con él, porque todo este tiempo nos llegaron muchas versiones, algunas salidas de la boca de personas que estuvieron detenidas, pero solamente son eso, versiones, ya que nunca se probó nada.
La posibilidad de que ahora sepamos el destino de mi hijo la tienen Lorhman y Maidana. El otro que con seguridad lo sabe pero nunca habló es (Cristian) Carro Córdoba, pero los más importantes autores de este secuestro fueron Ruso y Potrillo. Sus detenciones nos deja a las puertas de saber la verdad.

¿Supone que les interesa contar la verdad después de tanto tiempo?
Espero que si, pero debe haber un ofrecimiento previo y los únicos autorizados por la ley a establecer una negociación aceptable para ellos en función de recibir algún beneficio para contar la verdad de qué hicieron con mi hijo son, por un lado el juez federal de Corrientes (Carlos Vicente Soto Dávila) y por el otro el fiscal (Flavio) Ferrini.
Ellos (por Lorhman y Maidana) están acusados de un secuestro extorsivo, así se mantiene la carátula de la causa, por lo que si confiesan haber matado a Christian o algo por el estilo, se agravan a si mismos las probabilidades de sus condenas.
En consecuencia, tienen que tener un acuerdo o compromiso previo y formal de esos que las leyes permiten a los efectos de encontrar a la persona secuestrada. Sólo así avanzaremos.

¿Qué tiempo demandará todo ese proceso?
Será bastante largo porque han cometido delitos en Portugal y en ese país tienen derecho a retenerlos. Los plazos de los procesos judiciales que llevan adelante allá hacen que todavía no se pueda traerlos a Argentina.
Siendo realistas, hay que saber de que la condena que van a tener en aquel país, sumado a los pedidos de captura por los secuestros que tienen en Paraguay y los otros tantos en Argentina, aunque el juez les diga ‘los voy a liberar o declarar inocentes en el juicio de Christian si dicen donde está o qué le hicieron’ igual no tienen posibilidades de recuperar la libertad durante el resto de sus vidas.
Son tipos que rondan los 60 años, no tienen perspectivas de salir rápidamente de la cárcel por más negociaciones previas que hagan. Por eso sostengo con firmeza que saber la verdad depende fundamentalmente del proceso negociador de la Justicia Federal correntina.

En función de eso ¿habló con el juez para acelerar los tiempos?

Tengo diálogo con las personas que me interesan que hagan algo. La gente de la Fiscalía Federal no es la misma que durante la investigación y los juicios. El doctor (Oscar) Resoagli se jubiló y ahora el doctor Ferrini tiene mucha voluntad, habla permanentemente con la mamá de Christian (Pompeya Gómez) y con ella llevan adelante las conversaciones más importantes. También la ministra Patricia Bullrich está muy involucrada porque tiene interés de que se encuentre a Christian, nos mantiene al tanto de cómo están llevando adelante las conversaciones, cómo son los tiempos y las negociaciones.

¿Como familia de la víctima no pueden intervenir en ese proceso?
No tiene sentido que la madre o yo pudiéramos intervenir o tener una conversación personal con ellos. No tiene resultado que nosotros, munidos de sentimientos y desesperación por saber donde está nuestro hijo, querramos encarar una situación de esa naturaleza, sabiendo perfectamente bien que no podemos garantizarle una reducción de la condena o algunos de los beneficios que actualmente se ven, como con la figura del arrepentido, por ejemplo, en el que se morigeran futuras penas a cambio de información. Son tratos que deben encarar las autoridades, no los padres, familiares o amigos.

¿Cómo cree que se cerrará esta intención de hacerlos pagar por sus delitos?

Yo creo que lo van a traer a los tipos. Es el deseo que tenemos desde que los detuvieron. Presumo que no va a pasar del año que viene. Van a tener que venir a dar explicaciones de todos los delitos que cometieron.

Si tiene la posibilidad, ¿los enfrentaría?
Yo le quito a esto la parte emocional. Si los enfrento significaría solamente una cuestión de matonerismo. Sé perfectamente bien que a mí no me van a decir nada.
Si pudiera no tengo ninguna duda de que los mataría, por decirlo de alguna manera, pero no creo que sea conducente. En estas instancias necesitamos un poco más de raciocinio, por eso las conversaciones las tienen otras personas que no están involucradas emocionalmente con el entorno de la víctima.

¿Su intuición de padre qué dice sobre qué pasó con Christian?
Yo no puedo otra cosa más que tener la esperanza de que esté en alguna parte, en algún lugar, vivo, renegociado, entregado a otro grupo o cosas por el estilo. Esta es una cruz que no se saca nunca hasta que podamos saber la verdad.
¿Qué pensaría cualquier otro padre de una circunstancia como ésta? No puedo tener el pesimismo de pensar lo peor, por eso tengo mucha fe y esperanza de que Christian está en alguna parte y vamos a poder recuperarlo.

¿Siente miedo de que tal vez hayan personas que no quieran que se sepa la verdad por haber estado involucrados?
Ni siquiera lo pensamos. Ni yo, ni la madre, ni el hermano. Nadie. A nadie le importa que pueda haber un amendrentamiento a la familia o que le quieran hacer tener miedo a alguien vinculado a nosotros. Necesitamos saber la verdad y lo demás no forma parte de nuestro esquema de pensamiento.

¿Mientras tanto siguen buscando?
No dejamos de buscarlo. Cada vez que aparecen datos o alguien dice algo lo investigamos. Se está por renovar la recompensa para quien aporte datos concretos sobre qué dio de mi hijo y cuando eso pasa aparecen datos nuevos, aportados por alguno que se vincula a las familias de los condenados, otros que llaman a la Policía o a la Justicia para aportar datos y cuando eso ocurre nos podemos en campaña con la gente que trabajó en todo este proceso y hacemos inmediatamente la investigación que haga falta para descartar o confirmar lo que dicen. Nunca dejamos de hacer algo por el hecho de que haya pasado el tiempo.

¿El secuestro estuvo ligado a sus funciones políticas en Corrientes?

Esa es una historia que nació como acto de defensa de un abogado de Santo Tomé que fue defensor de algunos de los que fueron condenados y entonces, para embarrar la cancha, me quiso complicar en una supuesta teórica venganza.
La Justicia Federal, en ese tiempo el fiscal (Oscar) Resoagli, por su propia instancia y por pedido mio, investigó todo eso como una manera de sacarse de encima esa historia que todos sabíamos era mentira. Incluso, el abogado se lo comentó al abogado nuestro avisándonos que iba a hacer eso, que no lo tomemos a mal, que era una estrategia para su defensa y periodísticamente queda como un gancho interesante si tuviera una razón de ser pero no es cierto.
Fue un secuestro extorsivo. Primero trataron de secuestrarme a mí pero terminé herido con un tiro en la espalda y uno en la cabeza. Por el fracaso de ese intento de secuestro fue que secuestraron a Christian.

¿Sostiene que fue un secuestro al voleo?
Nunca dejó de ser un secuestro extorsivo por dinero. Es la historia de esta banda. Es lo que hicieron Lorhman, Maidana y Carro Córdoba toda su vida. Antes de intentar secuestrarme a mí y secuestrar a Christian, cometieron en Paraguay un montón de delitos de esa naturaleza. Era su modus operandi y medio de vida.
Toda esa banda se radicó en Paraguay por el hecho de que en Argentina estaban muy quemados y eran personajes muy buscados. Diez minutos después de que secuestraron a mi hijo me llamaron por teléfono y me dijeron que eran los mismos que habían intentado secuestrarme a mí. Lo primero que me dice Maidana, que por peritajes de voces supimos que era el que negociaba, es ‘vos te salvaste, te escapaste de pedo, pero ahora tenemos a tu hijo, prepará la plata, te llamo después’ y cortó.

¿Hubo un intento de secuestrar a su otro hijo también?
En parte de las conversaciones que tuvimos la madre y yo con los secuestradores en ese proceso de negociación que condujo estratégicamente en ese momento el subjefe de la división secuestro de la Policía Federal, que era quien nos decía qué debíamos hacer, cómo y qué debíamos decir, ellos pretendieron que el rescate lo pague Gastón y en esa instancia tenían la idea de secuestrarlo porque querían obtener más dinero.
Estuvimos negociando 54 días el monto hasta que finalmente llegamos a un acuerdo y la mamá de Christian lo pagó en Ciudad del Este después de dos días de hacerla pasear de un lado para otro, cambiar teléfonos, cambiar autos y transitar cientos de kilómetros en territorio paraguayo. La intención que tuvieron es que el rescate lo pague mi otro hijo y secuestrarlo a él también.

¿Cuánto dinero pedían?

Nunca hablaron de montos. Siempre era ‘eso no alcanza, junta más’ y así fue. En 30 días se llegó a un monto que aceptaron, pero cuando me dijeron que pague Gastón le dije que jamás en la vida iba a ir él y entonces Potrillo me dijo: ‘junta tres veces más la plata que tenés, no vamos a entregarle nada, te voy a mandar un dedo, un oreja. Paga Gastón o tres veces más de plata’. Fue entonces que nos dimos cuenta que mandarlo a mi otro hijo era ponerlo en manos de estos tipos para que lo secuestren también. Esa discusión de definir quién iba a pagar demoró 24 días, completando los 54 días que duró la negociación.

¿Más allá de Ruso y Potrillo hay otros acusados sin condena?
Muchos de ellos están condenados, cada uno con sus roles en toda la maniobra y queda pendiente un juicio que no se hizo por la urgencia que había de condenar a los acusados de delitos de Lesa Humanidad. Están impunes todavía algunas personas como el tipo que prestó el galpón donde estaba primeramente oculto, en la localidad de Saladas y algunos otros partícipes que quedaron en evidencia de que fueron parte de la banda, pero el Tribunal Federal actuó en función de las necesidades políticas del gobierno anterior y no condenó a los que faltan.

Por Cristian Valdez

fojacero@elterritorio.com.ar

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