Hartfield hizo transpirar al número uno del mundo y acarició la hazaña

Lunes 29 de mayo de 2006
Siempre se dice que hay derrotas y derrotas. La de Diego Hartfield, 25 años y 156 del ranking ATP, ante el suizo Roger Federer, el líder del escalafón internacional, son de esas derrotas que son positivas. Más allá del 7-5, 7-6 (7-2 en el tie break) y 6-2, el misionero se le paró de igual a igual al número uno del mundo y, hasta por momentos, lo puso en aprietos.
El encuentro duró dos horas y media, y Hartfield, con una sonrisa en el rostro, se fue ovacionado por las más de 20 mil personas que coparon la cancha central del complejo de Roland Garros. Inclusive se detuvo a firmar una docena de autógrafos y recibir besos de un par de chicas argentinas que vivieron el partido en la primera fila.
El obereño salió con la clara intención de arriesgar y cargar el juego sobre el revés de su rival, y si lo hacía pegar fuera de la cancha, mejor. Federer, en los dos primeros parciales no sacó bien y Hartfield, entonces, pudo tomar la iniciativa en varios de esos puntos e, inclusive, le quebró en tres ocasiones el servicio al número uno del mundo.
El argentino hasta se animó a tirar algunos lujos. Manejó los drops con intermitencias (varios fueron largos y le facilitaron las cosas a Federer), y varias veces, por esto de jugar al límite, algunas bolas se le fueron largas.
Hartfield tuvo buen ritmo de bola en los dos parciales iniciales (7-5 u 7-6) y apenas 14 puntos ganados de diferencia hubo entre uno y otro.
En esa primera parte, Federer se mostró sorprendido por el nivel de su rival con todo lo que significa jugar contra un tenista al que nunca había visto y sólo había leído su nombre en el ranking. Pero hay que destacar que ante muchos jugadores de ranking similar al de Hartfield, Federer apenas cedió entre 6 y 7 games. Ayer, el argentino le “robó” 13 y le peleó dos sets mano a mano.
Considerando que, entre el argentino y el suizo hay 155 lugares de diferencia, 558 partidos en el circuito mayor de ATP y 37 campeonatos de diferencia, la actuación de Hartfield hay que calificarla de sobresaliente.
Seguramente habrá un antes y un después en la carrera del obereño tras esta presentación. Los mejores días de Hartfield, más allá de sus 25 años, están por venir.
En el último set, más allá de que Federer afinó la puntería, Hartfield sintió el cansancio de haber jugado a un altísimo nivel por más de 120 minutos. De achicar, considerablemente las diferencias que lo separan con el suizo.
Ayer, el jugador entrenado por Oky Rodríguez jugó con un nivel de Top-100. Seguramente, por este camino, Hartfield logrará su objetivo y dejará definitivamente atrás a aquel jugador que acusaba problemas de concentración y confianza. Ahora, su buen juego, sus toques y su ductilidad empezarán a dar resultados.
“Voy a entrar a la cancha a disfrutar el partido, porque esto es un premio en el mejor momento de mi carrera”, había dicho Hartfield al conocer a su rival tras pasar la qualy. Y disfrutó el partido.
Adelantándose a la performance de ayer, Wilson, la empresa que lo viste, ya le dobló el contrato.


“Esto se lo voy a contar a mis nietos”
Diego Hartfield tuvo ayer dos privilegios que muchos tenistas que han andado por el tour de la ATP durante muchos años jamás han tenido: jugar en la cancha central del Abierto de Francia y hacerlo ante el número uno del mundo: Roger Federer.
“Esto a mí no me lo saca nunca más nadie. El video lo voy a tener y algún día se lo voy a contar a mis nietos, que jugué con el número uno del mundo”, dijo Hartfield poco después del partido de primera ronda.
“Este es mi primer partido en el circuito y nada menos que ante el número uno del mundo y en el court central de Roland Garros, es un sueño. Hace seis años que juego Futures y uno que lo hago en Challengers, y siempre confié que esto iba a llegar”, dijo el misionero en el inicio de la conferencia de prensa.
El deseo:
“Siempre confié en que esto iba a llegar porque lo busqué con mucho esfuerzo y trabajo; esto no es casualidad y espero que marque un punto de partida en mi carrera”, sostuvo el Gato.
“Fue muy duro pero lo disfruté al máximo”, contó y agregó que “cuando estaba 3-0 en el primer set pensé que quizás tendría alguna chance, pero él ya (Federer) tiene mucha experiencia y sabe cómo ganar este tipo de partidos”.
En lo que no sólo fue su primer encuentro de Grand Slam, sino también de un torneo del tour de la ATP, Hartfield dijo que “era obvio que no iba a ganar... Lo importante era disfrutarlo”.
Aun así, le quedó el sabor amargo de saber que se pudo haber llevado el primer set, circunstancia que habría sido toda una sorpresa, dado que Hartfield se clasificó al torneo tras superar la fase preliminar.
Misión Imposible:
“Cuando se me escapó el tercer set estaba muy enojado. Pero sé que Federer, de este tipo de partidos, ha ganado miles y se repone de situaciones adversas de una manera impresionante”, comentó.
Hartfield viene de ganar dos torneos de la gira de Challengers. Su única experiencia a nivel profesional la ha tenido en dicho circuito y tres años en el Future, una categoría inferior.
“Es un nuevo nivel para él. Quizás falló tomando decisiones apresuradas, quiso sacarse puntos rápidos de encima”, dijo su entrenador Oscar Rodríguez. “Si es inteligente (Hartfield), va a sumar mucho”.
Su compatriota David Nalbandian, tercer preclasificado del torneo, consideró que para Hartfield “haber jugado en la cancha central contra Federer es una experiencia que le va a mejorar y va a sacar cosas muy positivas”.
Pese a que el sorteo no fue clemente con el argentino, Hartfield se mostró muy contento de haber tenido la posibilidad de jugar ante el numero uno del mundo.
Para la historia:
“Hay jugadores que están hace mucho tiempo en el circuito y aún no lo pudieron enfrentar, así que haber jugado contra él y como lo hice no me lo voy a olvidar nunca y un día le podré decir a mis nietos que jugué contra el número uno del mundo”, bromeó.
Luego, el obereño reconoció que el hecho de jugar en el court central Philippe Chatrier, que no cubrió totalmente su capacidad de 15.000 espectadores, hizo que los nervios por el debut en el circuito de la ATP fuera mayor.
“Traté de no mirar para arriba hacia las tribunas porque si no iba a darme cuenta de dónde estaba y eso no era bueno porque nunca en mi vida jugué ante tanto público, pero pese a los nervios rápidamente me adapté para jugar”, enfatizó.
La próxima semana Hartfield disputará el Challenger de Roma, seguido del de Suiza. También jugará en las rondas de preclasificación para Wimbledon y luego retornará al país.
“Hay que mantener la humildad y seguir trabajando... Me van a llegar cosas más grandes. Soy muy joven y tengo muchos más seguir jugando tenis, concluyó diciendo que tras estar “luchándola a morir en los Futures, siempre sabía que esto me iba a llegar”.