Ha llegado la hora de reconocer que somos distintos, dijo ahora hace diez años Robert Kagan, provocando una considerable polémica. Los americanos, escribió Kagan en su artículo ("Power and Weakness", Policy Review 113/ 2002), somos de Marte (el Dios de la guerra) mientras que los europeos son de Venus (la Diosa del amor). Los americanos, proseguía Kagan, vivimos en un mundo hobbesiano, un mundo regido por el uso de la fuerza, mientras que los europeos viven (o pretendéis vivir) en un mundo kantiano, regido por el derecho y las instituciones. Así, mientras los europeos hacen todo lo posible por desembarazarse del poder y la fuerza, los americanos utilizamos ambos instrumentos para moldear el mundo a nuestra imagen y semejanza. Acabada la guerra fría, decía Kagan, los europeos se disponían a vivir en un mundo feliz. El 11-S, sin embargo, demostró que el mundo no había cambiado en el sentido que los europeos deseaban. Pero estos, en lugar de asumir la realidad, se empeñan en negarla.
El artículo de Kagan dio lugar a un libro homónimo (Poder y debilidad, publicado en Taurus, 2003) y a ríos de tinta y críticas. Hoy, diez años, después, la revista en la que originalmente se publicara el artículo (Policy Review) nos plantea una interesante retrospectiva, encabezada por el mismo autor, Robert Kagan ("A comment on context", Policy Review 172/ 2012) y seguida por un interesantísimo artículo de Robert Cooper (Hubris and False Hopes) uno de los arquitectos intelectuales de la política exterior europea.
Kagan nos cuenta varias cosas que no sabíamos y que ayudan a entender mejor su artículo. Primero, que el texto fue concebido antes del 11-S y, por supuesto, antes de la guerra de Irak, así que en modo alguno pretendía ser una justificación de esa guerra o de las políticas de Bush. Las diferencias entre Europa y EE.UU., argumenta Kagan, son estructurales, y eran ya visibles en época de Clinton. La Administración Bush agravaría esas diferencias, pero en modo alguno las generaría, dice Kagan.
José Ignacio Torreblan
Publicado en El País