Cumple hoy 80 años el empresario correntino Adolfo Navajas Artaza
Jueves 26 de mayo de 2005
El empresario Adolfo Navajas Artaza cumple hoy 80 años de vida. Toda su trayectoria está relacionada con la firma Las Marías que iniciara su padre Víctor Navajas Centeno en 1924, cuya marca estrella es “Taragüí” tanto en productos de yerba mate como de té.
Como lo dice con precisión el ingeniero Roberto Montechiesi, el primer editor de El Productivo “en los últimos 50 años, nuestro país ha vivido una transformación muy profunda en todos los órdenes, podrán discutirse sobre la conveniencia o no de estos cambios, pero lo que no se puede hacer es negarlos. Don Adolfo Navajas Artaza formó parte de este proceso histórico en forma activa, y la errática discusión del papel de los hombres públicos, también encontró su nombre aunque como ser íntegro que es, no disimuló ni esquivó las etapas que le tocaron vivir. Percibió con mucho honor y claridad que, así como se debe cerrar una etapa, se debe percibir con claridad el nacimiento de otra nueva”.
Y añade Montechiesi (en una columna que irá en toda su extensión en El Productivo del próximo sábado) “la ubicación marginal de nuestra región, al mismo tiempo fronteriza, avivó siempre la imaginación de Adolfo Navajas Artaza y lo impulsó a intentar respuestas muchas veces inéditas para enfrentar problemas apremiantes, cuya solución se hubiera demorado de haberse aguardado el auxilio del poder federal”.
Valgan pues, las palabras de Montechiesi para destacar las virtudes de Navajas Artaza.
“Brotó siempre en Don Adolfo el espíritu pionero de su padre, abrió caminos y tendió puentes que permitieron extraer la riqueza dormida de estas tierras y levantar obras perdurables, al tiempo que no descuidó su aporte filantrópico a varias entidades sociales y empresarias, a centros de instrucción y a la atención de la salud de la gente. Ayudó, en resumen, a sentar las bases de recuperación productiva e industrial de esta porción nordestina, acaso la de previsiones más progresistas entre sus iguales del país”.
Como lo dice con precisión el ingeniero Roberto Montechiesi, el primer editor de El Productivo “en los últimos 50 años, nuestro país ha vivido una transformación muy profunda en todos los órdenes, podrán discutirse sobre la conveniencia o no de estos cambios, pero lo que no se puede hacer es negarlos. Don Adolfo Navajas Artaza formó parte de este proceso histórico en forma activa, y la errática discusión del papel de los hombres públicos, también encontró su nombre aunque como ser íntegro que es, no disimuló ni esquivó las etapas que le tocaron vivir. Percibió con mucho honor y claridad que, así como se debe cerrar una etapa, se debe percibir con claridad el nacimiento de otra nueva”.
Y añade Montechiesi (en una columna que irá en toda su extensión en El Productivo del próximo sábado) “la ubicación marginal de nuestra región, al mismo tiempo fronteriza, avivó siempre la imaginación de Adolfo Navajas Artaza y lo impulsó a intentar respuestas muchas veces inéditas para enfrentar problemas apremiantes, cuya solución se hubiera demorado de haberse aguardado el auxilio del poder federal”.
Valgan pues, las palabras de Montechiesi para destacar las virtudes de Navajas Artaza.
“Brotó siempre en Don Adolfo el espíritu pionero de su padre, abrió caminos y tendió puentes que permitieron extraer la riqueza dormida de estas tierras y levantar obras perdurables, al tiempo que no descuidó su aporte filantrópico a varias entidades sociales y empresarias, a centros de instrucción y a la atención de la salud de la gente. Ayudó, en resumen, a sentar las bases de recuperación productiva e industrial de esta porción nordestina, acaso la de previsiones más progresistas entre sus iguales del país”.
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