La cañafístola que cautivó a la ciudad de Buenos Aires

Domingo 8 de octubre de 2017
Abdón Vier con su familia en el carruaje de cañafístola. | Foto: Archivo
En el año 1969, Abdón Vier, junto a su familia, se embarcó en una travesía desde la localidad de Puerto Rico para recorrer las rutas del país con destino a Buenos Aires, acompañado de una caravana conformada por una comitiva de 70 personas -que incluían familias enteras y hasta integrantes de tribus guaraníes-, que lo ayudaron a transportar ejemplares de la flora y la fauna autóctona misionera, con el fin de romper varios mitos sobre la provincia.
En esta caravana llevaron el tronco ahuecado de una cañafístola de dimensiones faraónicas.
Ésta tuvo que ser transportada sobre un carruaje especialmente diseñado para la ocasión y remolcado por dos yuntas de bueyes durante todo su recorrido.
El tamaño de este ejemplar de madera nativa de la selva paranaense, que tenía la capacidad de albergar un automóvil en su interior, generó un impacto en la ciudad, sólo comparable en proporción a su tamaño.
Aunque sufrieron algunos inconvenientes al momento de conseguir permisos para montar la exposición, en su llegada a la capital, no tardaron en recibir el apoyo del ciudadano bonaerense, ya una vez instalados en el obelisco, por la avenida 9 de Julio.
Fue tan grande la convocatoria, que los organizadores de la Exposición Rural de Palermo solicitaron el uso del mismo para ubicarlo en la entrada, quedando ahí lo que duró la muestra correspondiente al año 1969.
Abdón y su familia debieron volver ese mismo año a la provincia, ya que la muestra no le generaba ingresos y debían devolver un préstamo que habían solicitado en el banco para realizar la excursión a “la selva de cemento”.
A finales de ese mismo año, decidieron volver a las rutas, pero esta vez con destino a Mar del Plata donde recibieron la invitación del gobernador de Mendoza, para trasladar su exposición al cuyo, donde ya no pudieron llegar, por razones económicas.
Al histórico tronco, que lo acompañó en sus travesías por Buenos Aires a mediados de 1969 y 1970, se lo puede encontrar, hoy en día, en la costanera de Puerto Rico, lugar de origen de Vier. En su localidad y junto a su esposa el aventurero siguió con actividades de rescate y promoción de los tesoros de la tierra roja.

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