‘‘Hay que apoyar el deporte, le ahorra mucha plata al Estado”

Lunes 26 de marzo de 2012
Juan Carlos Rossberg. | Empresario y dirigente deportivo
(Corresponsalía). “A mí me encanta la política, pero no la política electoral. Eso no comparto. Para mí la política es una forma de dirigir, de hacer algo por la comunidad. Por eso creo que la política deportiva es más sana que la política electoral”, reflexionó Juan Carlos Rossberg, quien desde hace 22 años preside la Liga Regional Obereña de Fútbol y es un nombre de referencia en la dirigencia deportiva de la región.
Frontal, temperamental, sin pelos en la lengua. Pero también un hombre de acción, que se capacita permanentemente y recorrió un largo camino dentro de la estructura del Consejo Federal de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Por ello, cuenta con autoridad suficiente para analizar la realidad del deporte misionero a nivel institucional y competitivo. Opinó que hoy el dirigente deportivo goza de mejor concepto que el funcionario de Gobierno, cuestionó la falta de una política deportiva en serio y opinó que “nunca se cuantificó en dinero el aporte que hacen los clubes a la sociedad”.
“Hoy el Estado tiene que gastar un montón de plata en planes contra la drogadicción, contra la delincuencia y poner más policías en las calles. Esto no sería así si más chicos se dedicaran al deporte, pero los políticos no lo ven así”, señaló en diálogo con El Territorio.
También se refirió a la situación vivida por el club Atlético Oberá a partir del accionar de algún dirigente deshonesto y el accionar de empresarios inescrupulosos, quienes en el 2004 fraguaron una asamblea para vender el predio de la institución. Tras años de deambular por tribunales, la Justicia de primera instancia anuló la transacción y restituyó el predio a la comisión directiva.
En ese contexto, reconoció “me preocupa la sociedad exitista. No importa si el que anda en un cero kilómetro lo obtuvo honestamente o no, lo que importa es que progrese. Las sociedades en general son así”.

Ya cumplió 22 años al frente de la Liga Obereña ¿Qué lo motiva a seguir?
Creo que todo tiene que ver con la dedicación, que a uno le guste hacer algo y hacerlo con compromiso, más allá de que a veces te equivoques. Pero a la larga, la gente empezó a reconocer que me pude haber equivocado muchas veces, pero nunca lo hice adrede. Por ahí perjudiqué a alguien con alguna resolución en particular, pero nunca fue adrede. Tal es así que hoy en día puedo ir tranquilo a la cancha, cosa que años anteriores no podía hacer.
Yo empecé a ser dirigente deportivo cuanto tenía los 21 o 22 años, en una liga amateur en Alem donde jugaba. Fui y a los dos meses había que elegir secretario, y fui el secretario. Después estuve en la Asociación Misionera de Hockey. Acá en Oberá estuve en la comisión del Centro de Cazadores, de donde tengo referencias de que todo esto que desembarcó en lo de Atlético Oberá ya viene de hace muchos años y con otras instituciones que se perdieron porque los socios no se preocuparon.
Se perdió el Centro Recreativo Juventud, por ejemplo, y así otras entidades que estuvieron a punto de ser copadas de otras formas, por ahí no tan groseras como fue esta de Atlético Oberá.
Y bueno, es una forma de hacer política. A mí me encanta la política, pero no la política electoral. Eso no comparto. Para mí la política es una forma de dirigir, de hacer algo por la comunidad. Por eso creo que la política deportiva es más sana que política electoral.

Es decir le gusta la política, pero no los canales en qué se desarrolla hoy…
Exactamente eso. No es mi forma de ser y no la comparto. Y por eso la dirigencia política no tiene crédito. Por ahí la gente apoya a tal o cual candidato porque tienen algún beneficio. Esa es la realidad.

¿Hoy por hoy la dirigencia deportiva es más creíble que la dirigencia política?
Creo que sí, sobre todo en las ciudades del Interior, ya sea de Misiones o cualquier otra provincia, porque sabemos que lo hacen todo a pulmón, nadie cobra un peso, nadie participa de un negociado, porque no hay la posibilidad de negociar. Yo creo que eso te da la pauta de que el tipo que está haciendo algo en el deporte lo está haciendo porque siente esa vocación de hacer. Esa es la realidad. Y tenemos un ejemplo, hace poquito, acá en nuestra ciudad. El caso puntual de Atlético Oberá, donde los dirigentes sanos peleamos contra un grupo económico muy fuerte sin ningún tipo de reparos y metimos la cara para defender algo de lo que estábamos convencidos.

¿Qué enseñanza nos deja a los obereños, como sociedad, lo que pasó con el Atlético Oberá?
Que podemos juntarnos. Cuando algo está mal nos podemos juntar, pelearla y corregir las cosas. Pero también me preocupa que ante una situación así no exista la condena social, y esto se ve claramente en Oberá con el caso de Atlético.
Me preocupa mucho la sociedad exitista. No importa si el que anda en un cero kilómetro lo obtuvo honestamente o no, lo que importa es que progrese. Las sociedades en general son así.
Lo de Atlético sigue siendo una papa caliente, porque eso no terminó. No hay que descuidarse. Es una sentencia en primera instancia, hay que ver bien en qué cámara será la segunda instancia y después hay que esperar a que llegue al Superior Tribunal.

¿Con las crisis se agravó la falta de renovación en la dirigencia deportiva o es algo histórico?
Cuesta lo mismo que siempre. Pasa que antes de 1983 las instituciones estaban con las comisiones directivas a pleno porque estaban todos los políticos, pero políticos que estaban desocupados. Tenían esa vocación y se dedicaban a la institución deportiva porque en la dictadura no podían hacer política. Pero cuando volvió la democracia, la mayoría de los políticos que estaban en los clubes se dedicaron a la política partidaria porque era una fuente de ingresos.
No hay un recambio en la política misionera desde el 83 para acá. Siguen estando los mismos nombres. Salvo algunas pequeñas modificaciones, el resto sigue estando. La misma estructura. No hubo un cambio en ese sentido. Por ahí un cambio de forma de actuar, pero siempre con fines electoralistas.
Tal es así que siempre digo que en Misiones no tenemos una política deportiva. No tenemos la posibilidad de manejar un presupuesto, o de decir esto tiene que ser por mérito. Acá el club o la institución que consigue algo, es por ser amigo de tal o cual funcionario. No hay un premio por lo que hicieron o a qué instancia llegaron.

Y si estás en Posadas tenés más posibilidades de gestionar recursos…
Muchas más posibilidades. La gran discusión que siempre tenemos con el colega (José María) Valdovinos (presidente de la Liga Posadeña) es por este motivo: que los clubes del interior no se preocupan por tal o cual cosa, me dice; pero vos no podés comparar, le contesto.
Por ejemplo, cuando vamos a Posadas tenemos que pagar el transporte o colectivo. Cuando vienen de allá, vienen con una combi o un transporte de un organismo oficial. Pasa que para la parte deportiva, los políticos en general saben que estamos todos nosotros, no precisan dedicarse si estamos nosotros para seguir con la actividad.
"Total estos muchachos lo siguen haciendo…" dicen, y lo hacemos porque tenemos ganas. En la Liga Obereña tuve suerte de contar con un buen grupo que siempre me acompañó, pero también me preocupé en especializarme. Todo lo que hasta hoy conseguí, que me llamen del Consejo Federal para consultarme algo, para ir como veedor de algún partido complicado o para hacerme cargo de la parte de custodia, recaudación, es porque estudié y conozco los reglamentos y esas cosas.

¿Alguna vez un funcionario ejecutivo lo llamó para aprovechar esa capacidad de gestión y experiencia?
No, no ven esa experiencia. Capaz se deba a mi formación, porque jamás hice nada pensando electoralmente, ni siquiera en la Liga. Jamás tomé tal o cual medida pensando en las elecciones que tengo a fin de año. Soy temperamental, me caliento, peleo, discuto, pero jamás tomé  una medida pensando con quien quedo bien o con quien quedo mal. O quedo bien o quedo mal. Ya soy así.

¿Qué piensa cuando escucha a un político diciendo que van a fomentar el deporte para sacar a los chicos de la calle?
Ocurre que esa famosa frase “hacemos contención social”, nunca fue cuantificada en dinero. En el dinero que le ahorramos al Estado y a los empresarios, porque de un chico que practica deporte prácticamente no escuchás que cayó preso por robar o por cualquier otra cosa. Ni los mismos empresarios ven eso. Un empresario al que le roban una goma de un camión pierde mucha más plata que si colaborara con una institución para que haya más chicos haciendo deportes. La frase es muy linda, muy demagógica: “Sacamos a los chicos de la calle, hacemos contención social”, pero nunca se cuantificó en dinero la tarea de los clubes. El día que se pueda hacer esa ecuación, ahí recién los gobiernos se van a dar cuenta de que la inversión que puedan hacer siempre será poca con respecto al prejuicio.
Porque hoy el Estado tiene que gastar un montón de plata en planes contra la drogadicción, contra la delincuencia y poner más policías en las calles. Esto no sería así si más chicos se dedicaran al deporte, pero los políticos no lo ven así.

Pero para la foto con el campeón siempre están los funcionarios…
Sí, eso sí. Una vez, en una cena con dirigentes de Ex Alumnos 185, un político nos dijo: “Ningún político se va a jugar por un club de entrada, porque si fracasa queda pegado a la imagen del fracaso. Ahora, si ustedes llegan, ahí sí le damos apoyo”. Es decir que para la foto todos están, pero para el trabajo previo no. Y que te consigan un subsidio o algún recurso y que no figuren, a ellos no les sirve porque la mayoría de los políticos está pensando en una cuestión electoral; en los votos que puedan tener, no en un sentido comunitario y cómo hacemos bien las cosas.

¿A quién le conviene apoyar al deporte?
Hay que apoyar al deporte por los beneficios que trae para toda la sociedad. El tipo que se dedica al deporte no se dedica a la droga, le ahorra mucha plata al Estado en programas de rehabilitación, en programas de salud. Pera sentimos mucho falta de una política deportiva integral.
Nosotros tenemos un ejemplo muy contundente, una obligación en las ligas que no la estamos cumpliendo porqué es imposible sin el apoyo del Estado. Se trata de un convenio que firmó la AFA con el Ministerio de Salud de la Nación, donde cada chico que fichamos se tiene que hacer el control del Mal de Chagas, que si se detecta tempranamente es curable. Pero no lo estamos cumpliendo porque en el único lugar donde se está haciendo acá es en el Hospital Samic, y cuando fuimos a pedir turno nos daban para tres chicos por semana porque más no pueden por el personal que tiene. Nosotros estamos fichando 100, 150 chicos por año, más todos los que tenemos, se hace imposible cubrir a todos con solo tres turnos por semana. Entonces pasa que se crean los programas, muy bien hechos, muy bien ideados desde un escritorio, pero después en la práctica no se dan los recursos y quedan en la nada.
No sé qué va pasar el día de mañana si se nos muere un chico por un problema asociado al Mal de Chagas que se pudo haber prevenido y no se hizo. Y es sólo un ejemplo de las limitaciones que tenemos.

Hoy Misiones tiene equipos en el Argentino A y en el Argentino B de fútbol. ¿Significa que estamos mejor institucionalmente?
No, significa que se abrió la jugada desde Buenos Aires porque necesitan que haya representantes de todas las provincias. Simplemente porque se abrió la jugada. En estos momentos el que mejor anda en Misiones es Crucero del Norte, y es un emprendimiento privado. Después tenemos el Torneo del Interior, que es un torneo en cierta forma político, porque nos da la posibilidad de participar a todos. Antes para participar en un torneo regional eran limitadas las ligas, hoy al Torneo del Interior puede entrar cualquiera, siempre y cuando cumplan los requisitos mínimos.

¿Y por qué nos cuesta tanto hacer camino en el ámbito nacional?
Creo que por falta de todo un poco. Falta de estructura, de apoyo económico de parte del estado, sino es imposible. Hoy por hoy, donde está Guaraní está bien, está en el lugar que le corresponde. Deportivamente está ahí, institucionalmente está ahí. Te diría también que es una falencia de los mismos dirigentes de Guaraní, que nunca aprovechó la oportunidad de ser el representante misionero y ganarse el apoyo del resto de los dirigentes misioneros. Porque en el caso de Guaraní, que es una institución reconocida, debieron hacerse conocer en el Interior, pero se encerraron y alejaron hasta de los clubes de Posadas. Y por eso no recibieron nunca el apoyo del resto de los clubes.

¿Qué tendría que aprender el político del dirigente deportivo y barrial?
Sin pecar de soberbio, los dirigentes deportivos resolvemos situaciones cotidianas, concretas y el político no hace eso. El político resuelve cosas macro, no atiende el problema cotidiano. Eso faltaría. En tal barrio no funciona la sala de primeros auxilios ¿Qué pasa, por qué no funciona? Ir y hablar con la gente. No limitarse a ver quién es el encargado de ese sector y recibir el informe, porque por ahí ese informe le llega cambiado. El dirigente deportivo está busca siempre una solución y ve qué puede hacer, pero el político se aísla.

Ya lleva más de dos décadas al frente de la Liga Obereña ¿Cuánto tiempo más?
Y creo que mientras tenga la posibilidad voy a seguir porque tengo ganas y proyectos. Pero el día de mañana, cuando los clubes decidan que no esté más como presidente, seguramente voy a seguir de otra forma ligado a la dirigencia. Llevo más de la mitad de mi vida como dirigente y creo que tengo para mucho tiempo más.


El perfil
• Juan Carlos Rossberg
51 años
Casado, tres hijos
Empresario
Presidente Liga Regional Obereña de Fútbol
Secretario de la Unión Misionera de Fútbol
Representante de las ligas Mesopotámica Interior en el Consejo Federal de AFA
Exasambleísta de AFA

Por Daniel Villamea
danievilla@yahoo.com.ar