La primera computadora industrial de diseño nacional ya está casi lista. No es, sin embargo, una computadora de escritorio; no es una PC.
Es un equipo pensado para la industria, para la automatización de procesos en una empresa. Y la Computadora Industrial Abierta Argentina (CIAA) es la primera que se genera en el país y, dicen sus creadores, única en el mundo por su filosofía.
Su principal objetivo es ayudar a las pequeñas y medianas empresas nacionales a sumar tecnología a sus procesos productivos, o reemplazar tecnología anticuada o costosa, y permitir que cosas que hasta ahora se venían haciendo manualmente, artesanalmente, se hagan en forma automática.
Unos pocos ejemplos: medir la temperatura a intervalos regulares en un preparado que se mezcla en una batea; controlar la cantidad de fertilizante con el que se riega un campo en función de la velocidad del tractor; hacer el análisis de calidad de un producto, en el que se debe hacer una misma operación miles de veces por día; gestionar el funcionamiento de un semáforo o de una expendedora de golosinas.
Y lo mejor: el diseño es abierto y comunitario. Está pensando para que se transforme en un estándar abierto local, que haya múltiples proveedores, y que se adapte a los requerimientos técnicos de cada empresa que lo vaya a usar.
También está pensado como elemento educativo para ser usado en las universidades nacionales.
En su versión inicial usa un procesador ARM (del mismo tipo que se usa en los celulares y tabletas, y también el más popular entre los sistemas embebidos) Cortex-M4, on 8 MB de RAM y 4 MB de memoria flash, conectores Ethernet, USB y varios más que se usan en ambientes industriales.