Por 25 dólares se accede a la receta para una muerte dulce

Miércoles 16 de diciembre de 2009
Rossiter. | Suplicó que lo dejen morir.

Por primera vez una organización en favor de la eutanasia lanza un portal de internet dando consejos sobre cómo suicidarse.
El contenido del portal está dirigido a personas que no padecen una enfermedad terminal. La guía causó polémica en la sociedad holandesa, aun cuando se trata de un país pionero en la aplicación de la muerte asistida.
La Asociación Holandesa para la Eutanasia Voluntaria (NVVE sigla en holandés), afirma que no está ayudando a suicidarse a personas que no cumplen con las condiciones para recurrir a la eutanasia, “simplemente informa cómo realizar un suicidio más humano”.

Si bien en Holanda, la ley penaliza la ayuda al suicidio, informar no es delito, por lo que la asociación no infringe ninguna normativa, según fuentes del Ministerio de Justicia, quien recibido enérgicas quejas de grupos conservadores que piden el cierre del portal.
La asociación afirmó que es la primera vez que un interlocutor reconocido por el gobierno pone a disposición en internet información sobre cómo poner fin a la vida con ciertos medicamentos.
El objetivo es evitar que quienes entraron en un patrón irreversible de suicidio, recurran a técnicas altamente dolorosas, como saltar de un puente con una soga al cuello, lanzarse a las vías del tren o prenderse fuego.
“La idea es informar para que las personas puedan poner fin a su vida de manera digna”, explicó Walburg de Jong, del servicio de información del NVVE. La información del portal es restringida, aunque se accede a ella pagando la suscripción de 25 dólares. El único requisito para ser miembro es tener más de 16 años.
Una vez que se entra a la página, la persona tendrá información del cóctel de medicamentos que se requieren para morir. Encontrará también datos sobre donde encontrar los fármacos y los nombres bajo los cuales se venden en otros países. “Es una opción para las personas que no pueden recurrir a la eutanasia”, afirmó Walburg de Jong.
“Además, los medicamentos no son fáciles de adquirir, pues se requiere de receta médica, así que tienen todavía tiempo para reflexionar sobre su decisión”.
De acuerdo con el portal, siguiendo los pasos señalados, la muerte llevará entre dos y doce horas.
Para Chantal Gill’ard, legisladora del Partido Laboral, fuerza política que forma parte del gobierno de coalición, más allá de informar, hay que ayudar a las personas a encontrar una salida que no sea la muerte: “La prioridad debería ser apoyar a las personas desde la primera etapa, porque muchos psiquiatras no atienden con seriedad los reclamos del paciente, dejándolos sin ninguna otra opción”, declaró.
Cada año se registran 1.500 suicidios en Holanda, de los cuales un tercio de los casos corresponden a personas mayores de 60 años.
Holanda despenalizó la eutanasia en abril del 2002, convirtiéndose así en el primer país en permitir lo que algunos allí llaman “muerte dulce”.
Pero la eutanasia no es un ejercicio de rutina, se aplica únicamente en casos en que el paciente esté sometido a un sufrimiento insoportable sin posibilidad de mejora. De manera que la legislación deja afuera a enfermos mentales y otras patologías que, clínicamente, no justifican la eutanasia.

 

 

“No puedo secarme las lágrimas”

Christian Rossiter, australiano de 49 años, consiguió el 14 de agosto de este año que un tribunal australiano acepte su derecho a no ser alimentado, finalmente falleció el 21 de septiembre. “No puedo moverme. Ni siquiera puedo secarme las lágrimas. Estoy atrapado en mi propio cuerpo. Sólo siento dolor", declaró cuando llevó su caso a los tribunales.
Rossiter sufrió un accidente que lo dejó inmovilizado. Se alimentaba a través de un tubo conectado a su estómago. “soy licenciado en economía, pero no puedo leer. Ni siquiera puedo pasar las páginas”, suplicaba al pedir que lo dejaran morir. La decisión del Tribunal que autorizó a que dejara de recibir alimentación (lo mantuvieron sólo con analgésicos para que no sufriera) no fue una eutanasia, porque no se le suministró ningún fármaco que acelerara su muerte.