Después de la agresión a Berlusconi, amenazan con censurar medios

Miércoles 16 de diciembre de 2009
El jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, hospitalizado desde el domingo tras recibir un violento golpe en el rostro, será dado de alta hoy, mientras se agudiza el enfrentamiento político en Italia entre simpatizantes y opositores al magnate de los medios.
La agresión a Berlusconi, quien deberá “abstenerse de actividades públicas durante al menos quince días”, según su médico personal, Alberto Zangrillo, desató ayer un áspero cruce de acusaciones y se alimentó el clima de odio en el país.
Berlusconi, que se recupera en el hospital San Raffaele de Milán, defendió ayer “el amor sobre el odio” en su primer mensaje público. Con ese mensaje, “Il Cavallieri” de 73 años, que quedó moralmente abatido tras la agresión de un desequilibrado que le arrojó un proyectil -le rompió dos dientes, fracturó la nariz y heridas en los labios- pidió a sus simpatizantes que “estén serenos y tranquilos porque el amor vence sobre el odio y la envidia”.
Una enorme pancarta que reza “Forza presidente” fue colgada frente a las instalaciones del hospital por los hinchas del club de fútbol AC Milan, del que es dueño.
Mientras continúa el desfile de líderes políticos en el hospital, el Ministro del Interior, Roberto Maroni, hizo una reconstrucción de la agresión ante el Parlamento, donde salió a la luz la fuerte división de la sociedad. “La mano de aquél que hirió a Berlusconi fue armada por una campaña de odio sin piedad”, aseguró Fabrizio Cicchitto, responsable del partido de Berlusconi, Pueblo de las Libertades, quien presentó al empresario como víctima de una conjura.
En su intervención atacó al grupo editorial Espresso-Repubblica, a los programas de televisión que critican al gobierno y sobre todo al ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro de “querer transformar el enfrentamiento político en una guerra civil” y lo tildó de “terrorista mediático”.
“Nos oponemos a Berlusconi no por odio sino por amor al país”, respondió Di Pietro, líder de la oposición Italia de los Valores.
El ex juez enumeró ayer las arremetidas de Berlusconi contra las instituciones más importantes y sólidas del país. Citó los ataques a la Corte Constitucional, que garantiza la defensa de la Constitución, al presidente de la República, árbitro del Parlamento y personalidad por encima de las partes, a los jueces, a la prensa independiente y por último a los “rojos” comunistas, autores entre otros de la Carta Magna italiana y formación que contaba con el 30% del electorado hasta hace una década.
La tensión es tan alta, que el gobierno hasta examina la posibilidad de cerrar las páginas de internet que “incitan a la violencia” y de limitar las manifestaciones públicas, lo que suscita preocupación por las garantías a las libertades.
El ministro del interior, Roberto Maroni, y el de Defensa, Ignazio La Russa, anunciaron en el Congreso que llevarán al Consejo de Ministros mañana “medidas legislativas urgentes para limitar la libertad de expresión en Internet y en los lugares abiertos y públicos”.
Sin entrar en detalles, Maroni habló de controlar mejor los foros y páginas webs que inciten a la violencia (Facebook canceló todas las páginas relativas a la agresión, a favor y en contra), y La Russa pidió “endurecer las penas contra aquellos que protesten en las manifestaciones impidiendo hablar a los oradores”, como ocurrió el domingo en la plaza del Duomo de Milán durante el mitin de Berlusconi.
Mientras tanto, los servicios secretos, que coordina el vicepresidente del Gobierno, Gianni Letta, aseguraron en el Parlamento que el ataque contra Berlusconi no fue un acto organizado. Ante la comisión de control, Letta afirmó que la agresión fue un gesto aislado y desvinculado de cualquier voluntad política. Un testigo directo de la agresión, Andrea di Sorte, coordinador del Club de la Libertad y organizador del mitin del domingo, lo niega. Di Sorte, que estaba con Berlusconi en el momento del ataque, declaró a un periódico que vio cómo alguien le pasaba a Tartaglia lo que le pareció “un bloque de mármol blanco bastante pesado antes de la agresión”.
Los servicios secretos temen que la escena violenta pueda producir un efecto de emulación, y alertaron de nuevo a Berlusconi que debe limitar su contacto con la gente. Ya lo hicieron el pasado 14 de octubre, pero la advertencia cayó en saco roto.