“No lo crié como delincuente, no puedo creer que haya hecho esa aberración”

sábado 19 de enero de 2019 | 7:00hs.
También había celulares.
También había celulares.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

El misionero acusado de maniatar, abusar sexualmente y robar a una anciana de 85 años en un barrio de La Plata (Buenos Aires), nació y se crió hasta la adolescencia en la localidad de Tres Capones, después junto a su madre y seis hermanos se mudaron a Azara, pero hace alrededor de cuatro años abandonó esta provincia para asentarse definitivamente en el interior bonaerense con intenciones de encontrar un empleo formal y conformar su propia familia.

En parte lo fue logrando porque su pareja actual está embarazada, aunque lo del trabajo fijo jamás se concretó. Fue recibido inicialmente por una abuela paterna con la que al poco tiempo tuvo una serie de desencuentros y decidió alquilar una pieza en la propiedad de un conocido, sobre calle 529 (entre 146 y 147) del barrio La Usina, donde fue detenido el jueves a la mañana.

Sobrevivía haciendo changas y de esa forma conoció a la anciana, a la que presuntamente violó en complicidad con otros dos hombres que también serían de Misiones, siendo uno identificado y por eso está vigente el pedido de captura.

La víctima le daba trabajos temporales en su casa, le tomó cariño y confiaba mucho en él, dicen los investigadores, que creen que eso fue aprovechado por el acusado para hacer una copia de la llave de una de las puertas traseras del inmueble e ingresar a la madrugada sin ejercer violencia.

Reconstruyeron que la despertó con una linterna, la violó y luego escapó con el teléfono celular y un televisor que pretendió comercializarlo por redes sociales. En su denuncia la octogenaria aseguró que nunca le vio la cara porque estaba cubierto con una capucha negra, pero su tonada lo delató.

La situación procesal que enfrenta es complicada. En la víspera habría sido formalmente imputado por el delito de robo agravado y abuso sexual gravemente ultrajante.

“Fue brutal”
Poco más de mil kilómetros al norte de La Plata, en su casa de Azara, la mamá de Matías Y. (20) está desesperada. Se llama Patricia Makusen (39) y aceptó dialogar en exclusiva con El Territorio porque está segura de que su hijo es inocente.
“No lo crié como delincuente. No puedo creer que haya hecho semejante aberración. Él no es así”, dijo, pero en paralelo aseguró desconocer “si andaba en algo raro o con quienes se juntaba, porque allá estaba solo”.

Pretende viajar el domingo para ponerse al frente de los trámites que hagan falta en el ámbito judicial bonaerense. “Ayer a las 10 de la mañana me mandaron la foto de él, esposado junto a dos policías. Fue algo inesperado. Brutal. Nos golpeó demasiado porque se fue a trabajar con la idea de ayudarnos económicamente. Es que desde que me separé del papá, porque era golpeador, sobrevivimos como podemos”, manifestó.

En ese contexto, recordó que “escapándose de ese contexto violento se fue a La Plata, a la casa de una abuela, pero después tuvieron diferencias y se fue a vivir solo, en esa pieza que alquilaba hasta ahora, ahí donde lo detuvieron. Por el tema de sus changas poco contacto teníamos, pero cada vez que podía escribía o llamaba para contarme cómo estaba”. Dijo también desconocer “si andaba en cosas raras allá, desconozco, pero no puedo creer que lo acusen de un delito tan aberrante. Pasan las horas y no encuentro explicaciones. Estoy sin reaccionar”.

Conocido de la víctima

Las sospechas de los investigadores de la DDI de la Policía de Buenos Aires, sobre el vínculo laboral de la anciana con el misionero, fueron confirmadas por Patricia. “La chica que está de novia con él me comentó que trabajaba en esa casa, hacía changas. Pero una cámara de seguridad en la que todos se basan no muestra en ningún momento a mi hijo sino a un amigo que está fugado”.

Sobre eso también habló el hijo de la víctima, Norberto, quien al diario El Día de La Plata aseguró que “mi madre lo conoce desde chico porque es nieto de una conocida de ella. Solía hacer changas en la casa. Es más, el día anterior al del ataque él (por el misionero) estuvo con ella. No tengo bien en claro si fue a pedirle algún trabajo, como hizo otras veces, o si tenía alguna changa que hacer”.

Según las piezas que pudo reconstruir en base al testimonio de la octogenaria, apuntó a que en esa jornada previa “en un momento le pidió plata a mi mamá para ir a comprar cigarrillos y hay testigos que lo vieron hablar por teléfono en la calle, dando indicaciones precisas a otro pibe para llegar a la casa. Al rato llegó ese joven conocido de él pero ignoro si entró a la casa o lo esperó en la puerta”.
Después de enterarse de todas las pruebas que colocan a su hijo como abusador de la anciana de 85 años, Patricia completó el diálogo con El Territorio diciendo que “como mamá estoy dolida, porque no eduqué a mi hijo como delincuente. Siempre le di lo mejor a todos. Tengo que viajar para estar con él pero estoy desesperada porque no estamos pasando bien económicamente. Me angustia no saber con qué situación me voy a encontrar, pero lo único claro es que buscaré demostrar la inocencia de mi hijo”.


Por ahora va a seguir detenido

La situación procesal que enfrenta el misionero es complicada. En la víspera habría sido imputado por el delito de robo agravado y abuso sexual gravemente ultrajante, pedido por el fiscal Hugo Tesón.

Fuentes consultadas informaron que se abstuvo de brindar declaración en la audiencia indagatoria, por lo que decidieron que continúe detenido hasta tanto puedan capturar al presunto cómplice y estén listos los resultados de las pericias que se ordenaron.
Los investigadores sospechan que el acusado era parte de una banda de reducidores de objetos robados que ofrecían por las redes sociales. El televisor que le robaron a la abuela aún no fue encontrado.