"No fue un asalto, el hombre quería llevarse a mi hija"

miércoles 17 de abril de 2019 | 18:00hs.
"No fue un asalto, el hombre quería llevarse a mi hija"
"No fue un asalto, el hombre quería llevarse a mi hija"
La mujer que sufrió un ataque en San Pedro unos 30 minutos antes del terrible hecho que conmociono a Pozo Azul, habló por primera vez del hecho en una entrevista exclusiva con El Territorio. Su testimonio indica que el autor del hecho a orillas de la ruta provincial 20 no atacó al voleo, sino que buscó algo que había sido frustrado antes : “No fue un asalto, el hombre quería llevarse a mi hija”.

Se trata de Carmen Antúnez (33),  del barrio Ex Cancha de Aviación,  quien circulaba a eso de las 9 de la mañana por un camino terrado que permite llegar al camping Municipal, hacia donde se dirigía con su hija que hoy tiene 12 años para compartir un asado en familia. En ese camino, que se encuentra cercano a la ruta nacional 14 y el casco urbano de la Capital de la Araucaria, notó que se encontraba estacionado un automóvil color blanco con la puerta del conductor abierta.
La madre junto a su hija continuaron avanzando sin jamás imaginar lo que estaría presto a ocurrir,  ya que ver un auto detenido es normal y nunca antes habían siquiera oído y menos vivido una situación similar.

“Yo no fui asaltada, el hombre quería llevarse a mi hija, cuando pasamos por el auto él estaba como buscando algo entre los asientos, no nos miró, por lo que no logré ver su rostro, cuando dimos unos pasos más sentí el garrotazo por mi cabeza, me caí y en eso él le tumbó a mi hija. Le dije a ella que corra, él me golpeó otra vez la mano, pero logré levantarme y gracias a que no me desmayé pudimos escapar”, señaló,  aún con temor,  Antúnez.

Bastante mareada a razón de fuerte golpe, la mujer que estaba en ese tiempo embarazada de dos meses, pidió ayuda y realizó la denuncia. Fue trasladada al hospital, recibió 8 puntos debido al corte que le efectuó el sujeto que tenía cabello corto, remera negra y bermuda blanca, según recordó Carmen. En el lugar, además de la cartera que contenía todas las pertenencias pertenencias de Antúnez, la Policía encontró un arma de fuego. 

Consultada por la relación de los dos ataques y precisamente sobre Sotelo, la mujer fue clara: "Pienso que era el mismo hombre por la intención que tuvo, el auto blanco y el hierro que era el mismo que encontraron en Pozo Azul.  No lo conocemos sabemos que terminó muerto atropellado y que nunca encontraron a otra persona similar a la que me golpeó a mí".

Desde ese día, la vida de la familia no es la misma. Si bien el sujeto no logró su propósito en el primer intento, caminar de forma tranquila por el pueblo donde viven desde siempre no es posible, ya que el miedo de que vuelva a ocurrir está presente y conocer en un lapso de tiempo muy corto la noticia de lo que vivió la familia de Pozo Azul, le fue aterrador.

“Sentí algo muy feo, pensé en todo lo que podía haberle hecho a mi hija, más cuando reconocí el pedazo de hierro con el que me golpeó. Uno nunca se imaginaría que saldría y se encontraría con ese tipo de delincuente, ahora tengo mucho miedo de salir caminando”. 

Una historia de resilencia familiar

Con fuerza de voluntad, amor y la solidaridad, la familia de las hermanas abusadas en Pozo Azul, salieron adelante. El terrible momemto por el que pasó la familia de Pozo Azul, donde una de sus hijas fue golpeada y la menor abusada sexualmente el pasado 14 de abril del 2018, fue superado mediante la unión familiar, contención mutua, solidaridad de cientos de personas y asistencia de las áreas competentes. Si bien la tranquilidad y la confianza de vivir en un lugar tranquilo jamás será la misma y hay marcas que serán difíciles de borrar, las niñas y su familia en la actualidad con mejores condiciones de vida. Después de recibir clases en su vivienda por parte de una docente domiciliaria, este año regresaron a la escuela en Pozo Azul. La menor de las dos, a razón de su estado frágil de salud como consecuancia del ataque sufrido, debía residir en una vivienda con mejores condiciones, pero ese anhelo aún no se concretó. La familia confirmó que recibieron materiales por parte de vicegobernación para la construcción de un baño, pero no fueron suficientes y la obra quedó sin terminar. También quieren que la casa tenga estructura de material. Uno de los aspectos más valorados por el progenitor, M. D. S., tiene que ver con que ahora cuenta con un empleo formal que le permite recibir un ingreso económico fijo mensual, a diferencia de lo difícil que le resultaba la vida de changarín para cubir las necesidades básicas de los diez integrantes de su familia.