Ni atado se lo puede parar

martes 23 de junio de 2020 | 2:00hs.
Ni atado se lo puede parar
Ni atado se lo puede parar
Roxana Ramírez

Por Roxana Ramírez deportes@elterritorio.com.ar

La receta médica para muchas dolencias es “mande a su hijo/a a  practicar natación” y esta medicina dio en la tecla para Sebastián Méndez Brandt (16) que en el agua encontró alivio a los síntomas de la hipotonía -la disminución del tono muscular en forma generalizada o focal- con la que nació, pero además le dio un valor agregado: hoy es parte de la selección juvenil argentina.
Seba es un adolescente al que se le ve el ‘click’ que hace la diferencia, es notorio en su lenguaje la pasión, su enfoque en lo que quiere; y además, saca lo positivo de lo que tenga que enfrentar como lo fueron tres meses sin actividad debido a la cuarentena por la pandemia. Aunque, desde el inicio de este mes, disfruta de poder volver a dar brazadas bajo protocolo en el Capri, tras la habilitación municipal de este deporte.
“En las primeras semanas de la cuarentena como no podía nadar me dije ‘me voy a hacer mi propia pileta’ y encontramos con mis papás una pelopincho de cuando yo era chico. Así que la llenamos y me até a una columna con una soga y comencé a hacer trabajo de sensibilidad y de drills”, señaló entre risas por la hazaña. Es que el posadeño está dentro del puñado de los mejores nadadores juveniles a nivel país, específicamente en el grupo de los YOG, del Enard, que apuntan a clasificar y representar a la Argentina a los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2022, y es por eso que sacó a relucir su imaginación al inicio de la cuarentena en marzo.
“Así la fui llevando unas semanas hasta que vino el frío y no pude nadar más porque estaba congelada el agua”, tiró riendo.
Pero ya hace tres semanas que el municipio habilitó bajo protocolo la práctica de la actividad, y fue así que llegó el alivio para Seba que regresó a la pileta climatizada del Capri junto a sus compañeros del equipo de natación que tiene el club.
“Estamos contentos de volver a nadar. Además, sigo con una reunión por semana con los entrenadores y compañeros de la selección, con controles biomecánicos y hasta tuvimos charlas con la selección de mayores, con los referentes más grandes de Argentina que son mis ídolos y pudimos hacerles preguntas de cómo están viviendo ellos la cuarentena, fue muy lindo”, resaltó.
Es que hay que sacarle el jugo a estos momentos difíciles y darle una mirada positiva al día a día para mantener el enfoque y la motivación, sobre todo en el alto rendimiento, ya que los calendarios están congelados, pero al menos en Misiones, los entrenamientos de natación, entre otros deportes, se pueden llevar adelante con sus protocolos de sanidad pertinentes.
“A pesar de todo lo malo y de no poder entrenar al comienzo, si no hubiese pasado esto no hubiera conocido a los profesores de la selección, los nadadores mayores y tenerlos tan cercano con los chicos de la selección juvenil, porque nosotros nos vemos una vez cada tres meses y ahora nos estamos viendo -con reuniones virtuales- una vez por semana o dos veces y eso es lo positivo”, resaltó el nadador misionero.

Con impulso
Seba es todo un ganador, no sólo por sus podios nacionales conquistados desde Juegos Evita a los campeonatos nacionales, ya que superó la hipotonía algo que le dificultaba el habla y sus funciones motrices.
“De niño no podía caminar y me costó hablar, al comenzar a nadar todo mejoró y me gustó mucho entonces comencé a sumar horas entrenando, de dos a tres diarias, en la pileta del Costa Delfín y después cuando fui mejorando Carlos Samudio me recomendó que vaya al Capri, me sumé a los 8 años y mi carrera deportiva se inició en el 2013 con los circuitos regionales”, rememoró Seba.
En ese primer año ya se coronó campeón y no paró de subir al podio hasta este año en el Campeonato de la República de Juveniles y Juniors, realizado en el Cenard, en Buenos Aires, a comienzos de marzo, en el que cosechó cuatro medallas, tres subcampeonatos y un bronce, en la competencia que fue la última realizada en el calendario nacional ya que promediando el torneo se inició de la cuarentena.
“Dos semanas antes había ido al campus nacional para los YOG, en el Cenard, y después fuimos con el equipo al Nacional, también ahí, y el segundo día del torneo se inició con la noticia que estaba llegando el coronavirus a la Argentina y empezaron a hacer protocolos de distanciamiento; por ejemplo las sillas de pre competencia ya no estaban tan cerca y mis papás vinieron al tercer día para verme y justamente a la tarde dijeron que no iba a ser con público y se tuvieron que volver a Posadas; cuando volví ellos ya estaban de cuarentena”, recordó.
Y de ahí pasaron largas semanas para que Seba volviera a salir a la calle y se dio, primero, con la caminata recreativa y luego, tras tres meses, con entrenamiento en el agua. “Agradezco a mucha gente que me ayuda a entrenar como mis entrenadores, mis compañeros del equipo, mi preparador físico del club y del Ministerio de Deportes. También es un alivio enorme tener al Gonza Acuña entrenando conmigo, ya que soy pechista, y es como mi segundo entrenador. Lo tengo al Colo (Breitenbruch) afuera del agua y a Gonza adentro, que sabe lo que siento porque está entrenando a la par, me regala sus experiencias y me estimula a seguir trabajando”, resaltó.
Así, Sebastián hoy vive sus días más aliviado por volver al ruedo, sabe que es un privilegio poder hacerlo y lo disfruta cada día. “Pocos nadadores en el país están pudiendo entrenar, por eso cada brazada que doy la hago entregando todo porque es una chance de estar un paso más adelante y seguir mejorando, sobre todo después de esas semanas sin actividad”, finalizó esta perla que tiene la natación misionera, muy querido en el equipo del Capri, que busca poner su sello en los Juegos Olímpicos de la Juventud a realizarse dentro de dos años en la capital de Senegal.