Marylin Seró: “Me pude reconciliar con el río”

Durante el tiempo que dura la nota en el Club Náutico León Seró (Tomás Guido y Urquiza), Marilyn, viuda de León, se quiebra y pide unos minutos para poder recomponerse. La herida todavía duele, de un día para el otro debió sacar fuerzas de donde sea y ponerse al frente del hogar y sostener a sus cuatro hijos. Hoy, nueve años después de ese fatídico día, comienza a sentir tranquilidad porque sus hijos y ella encontraron su lugar en el mundo, a orillas del Paraná, el mismo lugar que amó León. “Él comenzó con la pasión por el río, yo llegué a su vida cuando él ya era agua. Él fue mi profe en el profesorado de Educación Física y cuando terminé la carrera nos casamos. Le apasionaba la naturaleza y era un convencido de que el agua cura, comenzó con natación por prescripción médica, porque era asmático, y nunca paró”, recordó antes abrirse a la entrevista.

Tenemos como familia un recuerdo, y socialmente otro… en general como familia nunca se olvida. Son fechas difíciles. Pero a pesar de los años que ya pasaron encontramos la posibilidad de tener este lugar y acá converger con todos mis hijos y sus amigos, y hemos logrado eso de la resiliencia, sacar de lo peor lo mejor. Y hoy pueden ver que la escuelita está trabajando y es un lugar donde ayudamos a los que pueden y a los que no… porque a veces vienen chicos que no pueden pagar, porque esta es una asociación sin fines de lucro, la asociación Profesor León Seró, y lo que pretendemos es crecer como club, pero crecer a los efectos de prestar servicio a los que no pueden abonar. Y así estamos todos los días acá, es un poco el modo de conciliar el dolor con la acción.

La familia... -se quiebra y sigue-... no siempre me pasa, porque tampoco me puede pasar muy de seguido esto de quebrarme...
A cada miembro de la familia le pasó algo particular, algunos tuvimos que recurrir al psicólogo, pero hoy sentimos que este es el lugar donde lo estamos superando.

A veces mis hijos venían a entrenar a la noche al río y me decían ‘ma, no pasa nada’ y yo les recordaba ‘ya nos pasó, estamos solos’.
Pero hoy creo que es una ayuda poder volver al río, porque vieron que se apagó toda la actividad en el agua, todo el mundo con temor y eso también fue una decisión de familia y de decir que fue un accidente, una tragedia, si uno toma todos los recaudos no tiene por qué volver a pasar. Lo bueno es que la gente volvió a confiar.

Pero dentro de los cánones de la Justicia sí se hizo, porque a quienes se consideró culpables pagaron sus culpas. Pero si esto hubiera pasado unos años antes, o todos los años que León organizó, hubiera sido víctima y victimario, porque todos organizábamos todos los años de la misma manera.

Lo veo bien porque se aprendió, dolorosamente se aprendió, y ahora están todos los recaudos y cualquier actividad que se hace en el agua es con todos los requisitos y así debe ser… así debió ser. Pero creo que como se hacía el cruce ya no se va a volver a hacer.