Malas sensaciones

domingo 01 de mayo de 2016 | 0:00hs.
Es sabido que la inflación no se basa solamente en datos reales (cuando se puede contar con ellos). Es también producto de una sensación sobre la evolución del valor que tendrán los diversos productos y servicios. En tal sentido, por historia y malas experiencias, muchos argentinos son fácilmente influenciables para elevar valores mucho antes de que los datos concretos justifiquen un aumento. Las expectativas también adelantan acciones, como pudo verse ayer en diversas estaciones de servicio de todo el país, tras tomar fuerza el rumor de una nueva suba en el valor de los combustibles. Esta vez de un 10%. En poco tiempo la nafta súper fue rápidamente agotada, reflejando la necesidad de los consumidores de ahorrar unos pesos ante una nueva suba (hasta 100 pesos por un tanque de 50 litros).
Con el nuevo incremento, desde las estaciones de servicio recordaron el preocupante panorama de caída del consumo (página 8). Y se advirtió que desde los países vecinos ya no llegan a Misiones automovilistas, ni transportes de carga a comprar combustibles.
La caída del consumo en general preocupa al sector de comercios y servicios que viene advirtiendo una merma preocupante de sus ingresos por ventas. Así la promesa de un fuerte descenso en la inflación, a partir de julio, parece cada vez más increíble frente a la realidad. Todo sube y es quizás el precio del combustible, junto con el de algunos alimentos, lo que incremente la desconfianza en estabilidad de precios. También es poco afortunado que la suba llegue un 1 de mayo, sumando a la inflación, la preocupación por la débil estabilidad de muchos empleos.

Por Víctor Piris
Economía
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