Los vecinos de Pozo Azul estuvieron cara a cara con el posible asesino

jueves 18 de octubre de 2018 | 6:30hs.
Los vecinos de Pozo Azul estuvieron cara a cara con el posible asesino
Los vecinos de Pozo Azul estuvieron cara a cara con el posible asesino
Los moradores del  municipio de Pozo Azul aún no logran salir del asombro y la consternación que les provocó el doble crimen del ex policía militar Elio Pereira De Mattos (65) y su esposa Inés Lima Dos Santos (55), ambos oriundos de Brasil, pero radicados en la provincia desde hace casi un año.
Tal como publicó El Territorio en la víspera, el caso fue descubierto el martes por Lorisnei Dos Santos De Mattos (31), uno de los hijos del matrimonio.
Los cuerpos se encontraban en el piso del dormitorio de la vivienda ubicada en Picada Diez, a unos cinco kilómetros de la zona urbana de Pozo Azul, cubiertos en parte con un colchón. Se estiman que los asesinatos fueron cometidos entre el viernes y el sábado.  
El acontecimiento causó conmoción en los vecinos por ser una colonia muy tranquila donde nunca antes se había conocido algo similar, siquiera algún hecho de robo. Además, la residencia donde ocurrió el desenlace se encuentra en una zona poblada, rodeada de otras viviendas e incluso de una escuela, la 759.
La pareja, oriunda de la ciudad de Barracão, perteneciente al municipio brasileño de Paraná -frente a Bernardo de Irigoyen-, se estableció en Picada Diez hace aproximadamente un año y aparentemente se dedicaban a la actividad agrícola.
Según lo indicado por vecinos, durante todo este tiempo la pareja nunca registró inconvenientes o conflicto con los demás pobladores de la zona. Al contrario, fueron calificados como  personas “buenas” y “solidarias”. 

Cara a cara con el sospechoso
Las víctimas vivían solas, no tenían ningún familiar directo en el municipio y solían viajar constantemente a Brasil, por lo que los vecinos no sospecharon nada similar cuando notaron que el automóvil Nissan Tida de ellos no se encontraba en la vivienda y tampoco ante la presencia de un sujeto extraño que había aparecido por el lugar el sábado.
Una de las personas que mantenía relación con la pareja, dialogó ayer con El Territorio y relató lo ocurrido el fin de semana, una experiencia en la cual pudo haber estado cara a cara, ni más ni menos, que con el asesino de los brasileños. 
“El sábado vino ese hombre extraño, estuvo con el vecino -por Elio-, tomaron mate y se quedó ahí en la casa. Mi esposo vino a verle a Elio y ese hombre que habló en portugués apenas abrió una ventanita para atender con la cabeza baja y le preguntó a mi marido qué quería. Él le dijo que quería hablar con el vecino a lo que el tipo respondió que no estaba y con el dedo señaló que fue a lo de otro vecino y que volvía en un rato, entonces mi marido se vino a casa”, narró Élida Correa (42).
El domingo a la tarde, en tanto, este vecino regresó para intentar hablar con Elio, pero en la casa ya no había nadie y tampoco se encontraba el automóvil de la pareja, por lo que la conclusión fue que habían viajado a Brasil, ya que nunca se movilizaban sin el vehículo.
Según se pudo saber, el lunes Pereira debía realizarse un estudio médico en Brasil y al no asistir, intranquilizó a su hijo Lorisnei, quien se comunicó con otro vecino de Pozo Azul para preguntarle por sus padres, pero la respuesta fue que en la vivienda no había nadie.
Esto terminó de preocupar al muchacho, quien decidió viajar  hasta Pozo Azul y se topó con el cruento escenario.
“Mi hijo solía cuidar la casa cuando ellos viajaban, pero esta vez no nos habían avisado nada, nos enteramos ayer -por el martes- cuando el hijo de él vino corriendo a los gritos diciendo que sus padres estaban muertos. No podíamos creer lo que estaba pasando”, expresó Élida en otro tramo de la conversación.
Y continuó: “Yo entré a la casa. Fue muy triste verlos ahí abajo, tapados los pies con los colchones y con la cabeza debajo de la cama. Había mucha sangre en la cocina, parece que ahí los mataron y los llevaron al dormitorio, pero no escuchamos ni tiros, ni gritos, nada. No sabemos por qué pasó o si (Elio)tenía algún problema en Brasil con alguien por haber sido  policía allá”.
Sobre el sospechoso sujeto que estuvo en la casa de las víctimas el fin de semana, los vecinos describieron que era de tez morena, alto y de contextura robusta, además de que hablaba en portugués.
El misterioso hombre habría ingresado caminando a la picada y habría utilizado el auto de las víctimas solamente para huir, ya que el rodado apareció abandonado en Dos Hermanas.
“El sábado a las 9 me crucé con ese hombre cuando me iba para el lado de Pozo Azul a hacer una dirigencia. Era totalmente desconocido, tenía una gorra y se tapó la cara. Después no lo vi más por acá y resulta que estaba acá adelante de mi casa, cuando volví a eso de las 17 de ese mismo día, el auto ya no estaba en la casa, pensé que se habían ido a Brasil. Ayer -por el martes- yo volvía en moto y me encontré con el hijo de don Elio, llorando y diciendo que sus padres estaban asesinados en la casa. Di vuelta y avisé a la Policía”, recordó Roberto Lorenz (46), otro vecino de las víctimas.
“Si fuera un robo, no hubieran abandonado el auto, para mí esto tiene que ver con alguna venganza de muchos años. No conocemos su pasado como militar y nunca hablamos ese tema con él, pero con nosotros era un excelente vecino”, se animó a conjeturar Lorenz.
“Estamos muy angustiados, hace 16 años vivo acá y jamás pasó nada, ni un robo, y ver que pase esto frente a nuestra casa es algo que no podemos creer. Es muy triste que hayan muerto así, es algo que nos afectó mucho. Eran personas muy buenas, vos llegabas a su casa y no sabían qué más hacer para atenderte, los chicos de escuela tomaban agua en su casa, naranjas, y él siempre estaba mirando a los chicos jugar en la cancha”, expresó por último. 

Pereira tenía signos de asfixia y su esposa un tiro 

Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Conforme pasan las horas, el doble crimen perpetrado en Pozo Azul sigue sumando aristas estremecedoras.
Es que mientras se aguarda por los exámenes de autopsia, la revisión médica preliminar de los cuerpos dictaminó causales de muertes distintas a las observadas a prima facie.
De acuerdo a lo indicado por fuentes consultadas por este matutino, además de las lesiones cortantes, Pereira también presentaba un fuerte golpe en la cabeza y signos de asfixia en el cuello para lo cual se pudo haber utilizado un cable.
Dos Santos, por su parte, presentaba una herida de arma de fuego con orificio de entrada y salida en la cabeza. Todo esto será corroborado con la necropsia que se le practicará a los cuerpos en  las próximas horas en la Morgue Judicial de Posadas.
Lo que es estima es que Pereira habría sido la primera víctima y luego ultimaron a su esposa, en tanto que el crimen de ambos o al menos el de uno ellos se habría cometido en la cocina y luego los cuerpos fueron arrastrados hasta el dormitorio donde fueron hallados.
Prácticamente desde que se descubrió el hecho, la Policía movilizó hasta Pozo Azul a sus mejores investigadores.
El personal de la Dirección Homicidios trabaja desde hace largas horas en la zona Norte de la provincia en conjunto con las distintas dependencias de la Unidad Regional XII y están en permanente contacto con sus pares  brasileños ante la firme posibilidad de que él o los autores del hecho puedan ser compatriotas de las víctimas.
Acrecienta esta teoría el testimonio de varios vecinos que aseguraron haber visto a un misterioso hombre que hablaba portugués en la vivienda de Pereira durante el fin de semana. A partir de estos testimonios incluso ya se elaboró un identikit del sospechoso.
Pero, otro punto que refuerza esta tesis es la ubicación en la que apareció el Nissan Tida sustraído, el cual fue abandonado en Dos Hermanas. Lo que se cree en este punto es que el vehículo solamente fue utilizado para huir de la escena y llegar hasta un punto a partir del cual poder salir del país a través de lotes agrícolas en frontera seca con Brasil.
En este contexto, según indicaron las mismas fuentes, ayer se realizó una inspección ocular en la vivienda y no se constató la faltante de objetos de valor, lo que podría disminuir la posibilidad de que el hecho se haya producido en el marco de un asalto.
Sin embargo, a partir de la declaración del hijo de las víctimas, surgió un interrogante sobre el posible desaparición de un arma de fuego que era propiedad de Pereira.
La posibilidad de que el hombre haya tenido un arma no es descabellada teniendo en cuenta que contaba con más de 15 años de carrera en una fuerza de seguridad en Brasil, pero de confirmarse, daría pie a pensar en dos probabilidades. Una es que el hombre haya  tomado el arma del lugar en el cual la ocultaba para defenderse o, en segundo término, que los atacantes hayan contado con el dato preciso de la ubicación del arma.
Ante la herida de arma de fuego que presentaba la mujer, resolver la cuestión del arma podría ser fundamental.
En paralelo a esto y a fin de no dejar nada librado al azar, las fuentes indicaron que el hijo de las víctimas que descubrió el caso fue sometido al examen de parafina y los resultados fueron negativos.
Mientras tanto, los pesquisas  revisarán minuto a minuto las grabaciones de seguridad de las cámaras de distintos comercios de Dos Hermanas con el objetivo de detectar la circulación del Nissan Tida y a partir de ahí obtener  más pistas.
Por último, durante la inspección realizada en la vivienda los efectivos encontraron gallos y elementos que podrían dar cuenta de que en el lugar se realizaban riñas, por lo que también se indaga en este aspecto para ver si el hecho pudo derivar de algo relacionado a esta actividad ilegal.