Los lazos de tierra colorada vigentes en el Viejo Continente

viernes 19 de octubre de 2018 | 2:30hs.
Los lazos de tierra colorada vigentes en el Viejo Continente
Los lazos de tierra colorada vigentes en el Viejo Continente
Agustina Rella

Por Agustina Rella sociedad@elterritorio.com.ar

Morotí y Pytá son los protagonistas, amantes apasionados hasta las últimas consecuencias, de La flor del irupé , una planta tan local y a la vez la ninfácea más grande del mundo. La historia de pasión y muerte, como  la mayoría de las leyendas, inspiró al posadeño Jorge Cardoso a componer una obra con tintes bien misioneros como el gualambao, la guarania y la galopa combinados con ritmos más clásicos que atraviesan el globo.
Genio de la guitarra de larga trayectoria en el país y traspasando continentes (emigró a Europa hace 40 años y actualmente vive en Francia), Cardoso dice que no escucha música porque se la pasa tocando y componiendo. Ahora trabaja en la presentación de dos obras basadas también en mitos pero esta vez del sur de Francia. Además, estimó que el método científico (por su título de médico) lo ayudó “en muchísimas investigaciones, para no irme por las ramas con tonterías secundarias”.
Mientras aguardaba el ensayo de la versión local de La flor del irupé, con coreografía de Luis Marinoni, que se verá este fin de semana en el Teatro Lírico, dejó sus impresiones sobre la música. 

¿Cómo surge el espectáculo de ‘La flor del irupé’?
Esto es un espectáculo especial de orquesta y ballet. Es una música, hasta cierto punto, descriptiva que se desarrolla mejor con el ballet: con sus personajes, su historia. Es una leyenda difundida en todo el área, pero he tenido que ver diferentes versiones y yo optar por una síntesis, que es lo que escribí. Luego, cuando compuse la música, sugerí los personajes y sugerí ciertas escenas visuales. La indumentaria y la coreo quedaron libremente a criterio del coreógrafo.

La tierra colorada tira. ¿Usás siempre estos elementos locales para llevarlos al mundo?
En esta obra hay un gualambao, una galopa y una guarania precedida por un preludio y con un final que no son ritmos nuestros. En cuanto que yo llevo a Misiones a todas partes, evidentemente, sí. Ahora se conoce más, no sólo la música misionera sino argentina y latinoamericana porque hace 40 años no se conocía; no se tocaba en guitarra nuestra música. Ahora no sólo la mía, sino compositores argentinos que antes no los conocían se están tocando.
¿Creés que es por la expansión de los medios de comunicación; hay más redes?
Antes no había redes, se imponían obras por su propia importancia. Hoy son otros los mecanismos de comunicación, que nos hubiera gustado tener hace 40 años.

¿Te relacionan siempre con el tango por ser argentino?
Desgraciadamente sí, el tango y Maradona, ahora el tango y Messi y yo le digo: ‘No, el gualambao y el Che Guevara, que vivió en Caraguatay en su infancia. O San Martín’.

¿La guitarra es exitosa porque es trasversal a todos los géneros? ¿Es por eso que la elegís?
La guitarra es el instrumento nacional en todo Latinoamérica, por algo será. Yo creo que es porque es un instrumento expresivo, que en principio no es caro, con el que cualquiera con poquitas clases puede acompañar una canción. Y luego quien quiere ir más allá puede hacerlo y llegar lejos y tocar obras de alto vuelo. La guitarra está presente desde el 1.500 en la cultura occidental y muchos instrumentos vecinos o paralelos han desaparecido, como la vihuela y el laud, por ejemplo. La guitarra sigue, es que es popular y académica al mismo tiempo.

¿Cual es el desafío de los músicos de hoy?
No sé qué quiere decir desafío, pero el problema que tienen los músicos en cualquier lugar del mundo ahora es que hay menos actividades musicales en vivo, desgraciadamente a causa de los discos. Porque antes todo el mundo tocaba en confiterías y peñas, no había otra manera de escuchar música.
Ahora, primero hay menos actividades musicales pagadas y hay muchísimos más músicos que antes, entonces hay más demanda de trabajo y menos oferta de trabajo. De la difusión de la música se han encargado las multinacionales y se han ocupado de que en las discotecas ya no toque nadie sino que se ejecute música grabada. 

¿Y en cuanto a calidad musical?
Aumentó mucho. En mi generación no disponíamos de medios para avanzar más rápido, para adquirir más conocimientos y poder aplicarlos a nuestra inspiración, a nuestra creatividad. 

¿Qué artistas destacás, qué elegís escuchar?
Yo no escucho más música. Pensá que si estoy componiendo y tocando todo el día, lo que menos quiero es escuchar música. He escuchado mucho. Si hay algo interesante excepcionalmente, lo escucho, pero ya pasó la época de escuchar y de aprender.

¿Qué otras artes te atraen?
Mis ídolos son Bach y Wagner pero eso es muy personal. De lo que se está haciendo, hay cosas que no comprendo. Estamos en una época de transición, nosotros teníamos las formas musicales, todas las especies folclóricas que son más de 180 en toda Latinoamérica.
Ciñéndonos a esa forma, nos resultaba más fácil acomodarla a nuestras ideas. Ahora, cuando no hay forma ni hay un ritmo claro son obras que son bonitas o no pero que no tienen estructura, no hay nada. No entiendo muy bien pero si se sienten libres los compositores, me parece bárbaro. 

Para agendar

La flor del irupé.
Mañana a las 21 y el domingo a las 20, el ballet folclórico y la orquesta de cámara del Centro del Conocimiento presentarán la obra de Jorge Cardoso en el Teatro Lírico, en el marco del ciclo ‘De peñas y leyendas’.
Con entrada libre y gratuita.