Le hacen bullying y lo golpearon por ser descendiente de pueblos originarios

jueves 08 de noviembre de 2018 | 7:50hs.
Le hacen bullying y lo golpearon por ser descendiente de pueblos originarios
Le hacen bullying y lo golpearon por ser descendiente de pueblos originarios
Victoria Bergunker

Por Victoria Bergunker interior@elterritorio.com.ar

Una vez más, un establecimiento escolar fue el escenario de una escena de violencia entre dos jóvenes. El caso, que sucedió en el BOP 5 del municipio de Candelaria, tomó estado público luego de que trascendiera un video del enfrentamiento entre los estudiantes, filmado por sus mismos compañeros en los pasillos de la institución.
María Alejandra Martínez, madre de uno de los adolescentes,  lo publicó en las redes para denunciar que su hijo sufre de bullying hace ya varios años y ahora, como consecuencia de este hecho, dejará de asistir al colegio.
En este contexto, El Territorio habló con el joven víctima del acoso y con sus padres.
Martín Lugüercho tiene 18 años y es el menor de cinco hermanos, aunque alguna vez fueron seis. En el año 2007 uno de sus hermanos fue asesinado y desde ese momento su vida cambió para siempre. “Él hoy en día no reacciona como un chico de su edad, porque la muerte del hermano lo afectó demasiado”, comentó su mamá.
Por otra parte, Martín es descendiente de tehuelches. Su padre, Rodolfo, nació a orillas del río en las tolderías tehuelches del cacique Tapalqué. Tristemente, su ascendencia es un motivo de burla entre sus compañeros, quienes además lo hostigan por su color de piel.
En cuanto al momento en que se inició la pelea con el otro estudiante, Martín explicó: “Primero me pasó la mano y me manchó con moras, después me siguió tirando moras para mancharme la camisa, pero yo me fui. Cuando quise entrar al curso, me agarró, me tumbó al piso y me empezó a ahorcar. Yo creí que estaba jodiendo, pero cuando me empezó a apretar demasiado el cuello le di una piña y ahí empezó la pelea”.
En ese momento, según contó el joven, había entre diez y doce chicos que filmaban todo e incluso los alentaban. A él le decían “inca”, y al otro chico lo llamaban por su apellido. “Cuando la vi a la preceptora creí que ella iba a intervenir, pero no hizo nada. Se metió otro chico y ahí terminó la pelea”, añadió.
Sin embargo, si bien es la primera vez que se da un hecho de esta magnitud dentro del colegio, Martín sufre abusos físicos y verbales todos los días e incluso afirmaron que suceden varios hechos delictivos dentro de la institución.
“Nunca tomaron medidas, el año pasado él ya tuvo que abandonar la escuela por un caso similar. Lo amenazaron de muerte (alumnos de la escuela) porque vio algo que no tenía que ver. Nosotros lo volvimos a mandar a pedido de la directora, pero este año después de las vacaciones de julio empezaron a hostigarlo de nuevo. Él ya pasó por lo del hermano y sabe que la violencia termina mal”, declaró su papá.
Alejandra y Rodolfo participaron en la sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Candelaria el día martes, donde se trató el tema. En la oportunidad, la concejal Margarita Dziewa, quien además forma parte del cuerpo directivo del BOP 5, dijo que “la directora tomó las medidas y sanciones correspondientes”.
Por otro lado, afirmaron que hoy harán la denuncia en la Subsecretaría de Derechos Humanos y ellos serán los encargados de elevarla para hacer lo propio ante el Consejo Escolar.
Pese a la gravedad de la situación, Alejandra afirmó que su intención no es manchar el nombre del colegio ni de las personas que hostigan a su hijo.
“Nosotros queremos que se tomen medidas, que se hable con los chicos, que los ayuden, tanto a los que sufren bullying como a los que lo realizan, porque algo les debe pasar también”.
En tanto, Martín sostuvo que no quiere abandonar sus estudios, pero afirmó que le cuesta concentrarse ante estas situaciones y busca sentirse cómodo en otros ámbitos. “Llego a mi casa y prendo la tele para no pensar”, concluyó el joven.
Este medio intentó dialogar con autoridades del establecimiento pero optaron por no hacer declaraciones públicas.

Opinión
El martirio del aula

Griselda Acuña

Por Griselda Acuña interior@elterritorio.com.ar

Para algunos, pisar los pasillos del colegio representa una tortura. Exponerse a la mirada inquisidora de los pares puede ser el detonante del caos y hasta de una tragedia. Puede parecer una exageración, pero ¿no hubo acaso chicos que decidieron quitarse la vida por ser víctimas de bullying? Misiones también tiene heridas abiertas. En 2013, un adolescente de 13 años -que cursaba en el colegio Roque González- se lanzó del departamento en el que vivía junto a su familia, ubicado en un noveno piso. Antes de ejecutar su decisión, escribió tres cartas. Posadas se vistió de luto aquel día y la noticia trascendió las fronteras locales. Pasan los años y a los adultos todavía nos cuesta interpretar las señales. Padres y docentes estamos al borde del aplazo en la tarea de “contener”. La escuela y la familia, como instituciones de la sociedad, tienen responsabilidades, y van de la mano: deben prevenir, detectar y actuar ante casos de acoso escolar. No hay margen para la duda, se necesitan acciones.

El Gabinete Psicopedagógico intervendrá en la institución

Ante los sucesos ocurridos en el BOP 5 de Candelaria el Consejo General de Educación (CGE) ordenó la intervención del Supervisor y del Gabinete Psicopedagógico Institucional (GPI).
De esta manera, autoridades del CGE y el equipo interdisciplinario de asesoramiento y prevención, comenzaron a trabajar de manera conjunta con la comunidad escolar.
En este sentido, Ricardo Luis Martín, coordinador provincial del Gabinete Psicopedagógico Interdisciplinario del CGE, explicó en diálogo con El Territorio: “Aportaremos sobre estrategias para que los docentes profundicen el abordaje de la problemática con compañeros involucrados y demás estudiantes".
 Asimismo, señaló que “se habilitarán turnos de psicología para familias y adolescentes que quieran hacer uso de los espacios de asistencia”.
Esta  tarde, los profesionales visitarán la escuela y continuarán el día de mañana con el abordaje institucional para hallar maneras de reparar lo sucedido y dar la contención necesaria a la víctima y su familia.
“Situaciones lamentables cómo estás nos tienen que posibilitar aprendizajes fundantes en lo individual y como sociedad”, finalizó el funcionario.