Las autopsias a las víctimas de San Pedro revelaron una saña incomprensible

sábado 10 de agosto de 2019 | 10:36hs.
En el baño tipo letrina hallaron los cuerpos.
En el baño tipo letrina hallaron los cuerpos.
Carlos Cardozo

Por Carlos Cardozofojacero@elterritorio.com.ar

La jornada de ayer en San Pedro, escenario del horror donde fueron asesinados Raquel Pereira (22) y sus hijos Jefferson (8) y Thiago (5), fue de muchas emociones y avances en la investigación judicial. Es que mientras cientos de personas le dieron el último adiós a la familia, se sumaron nuevas pistas que afianzan la hipótesis inicial: se trató de un femicidio múltiple seguido de un intento de suicidio.
Más allá de eso, se conocieron escalofriantes detalles de la autopsia practicada a las víctimas y el único detenido que tiene el caso, Silvio Mogarte (27), se recupera favorablemente en el hospital Madariaga, donde está internado desde el jueves. Según detallaron desde el centro asistencial, ya está en una sala común y no hay riesgo de muerte, aunque sus heridas demandaran 45 días de recuperación.

El último adiós
Los cuerpos llegaron a San Pedro desde la Morgue Judicial de Posadas pasada las 1 de la madrugada, en un vehículo de la Unidad de Traslado Municipal. Después, durante siete horas, los fueron sometidos al proceso de tanatopraxía brindado por la funeraria JM. En solidaridad con la familia, la misma se hizo “a la gorra”, tal y como adelantó este medio ayer.
Pasadas las 8.30, los tres cajones llegaron al salón comunitario de Terciados Paraíso. Las escenas de profunda consternación, llanto y la solidaridad se repitieron hasta las 15 cuando el cortejo fúnebre partió hasta el cementerio local.
Recibir la noticia de que Raquel Pereira, Jefferson y Thiago fueron asesinados a machetazos y ver sus cuerpos cubiertos de sangre sin vida en el patio de la casa donde residían fue un momento que dejó en shock a los familiares de las víctimas, sobre todo para Matilde (84), abuela de Raquel y primera en toparse con la escena.
Pero, sin dudas, verlos en el cajón y enterrarlos invadió de dolor, tristeza e impotencia sus corazones. Ayer expresaron que solamente recibirán algo de consuelo cuando la ex pareja de Raquel, Silvio Mogarte, principal acusado de los crímenes, pague una condena perpetua.
A medida que transcurrieron las horas, la cantidad de personas que se acercaron para darle el último adiós a las víctimas del femicidio múltiple aumentó, superando las 300 personas. Los llantos, la desolación y el enojo por no entender tan dura pérdida surgieron con más fuerza con el pasar de las horas.
Con un rostro muy abatido y voz entrecortada, el papá de Raquel, Carlos Pereira, imploró por justicia en diálogo con El Territorio. “Como padre y abuelo de mis nietitos, pido justicia y que termine pagando donde y como tenga que ser. Dios sabe que él va pagar, yo siento mi corazón dolorido con lo que él le hizo a mi familia, sólo quiero justicia”, insistió en referencia al detenido.
El pedido Pereira se escuchó en reiteradas oportunidades entre las conversaciones de los presentes, a tal punto que se empezó a gestar una movilización para los próximos días. Esta marcha está siendo impulsada por amistades más cercanas a la familia, quienes señalaron que el lunes habían estado con Raquel.
Consultados por este medio, señalaron que la joven madre se había mostrado muy feliz y aseguraron que en ningún momento mencionó haber discutido nuevamente con el hombre del que estaba separada hacía un mes y con el cual sólo convivió quince días. Reafirmaron que la relación había durado tres meses y que Mogarte abandonó la casa luego de una discusión.

Los avances judiciales
Paralelamente a esto, una comisión policial volvió ayer a la escena del crimen guiada por el juez Gerardo Casco, quien lleva adelante la investigación judicial. La intención de los investigadores era hallar el arma de fuego con la que fue herido el acusado que tiene el caso. Y tuvieron éxito.
Según lo detallado por las fuentes consultadas, cerca de la casa de Raquel -en una zona de malezas- fue hallado un rifle de aire comprimido modificado para disparar municiones de calibre 22. Además, en los rastrillajes también dieron con un cuchillo de cocina y una prótesis dental que sería del acusado, ya que el éste permanece internado sin ella.
Más allá de esto, por orden de las autoridades judiciales también se concretaron los estudios de absorción atómica y guantelete de parafina, que arrojaron resultado positivo en Silvio Mogarte (27). Con estos elementos, todo indica que una vez concretada la matanza el sujeto intentó quitarse la vida con el arma mencionada.
Estas nuevas pruebas, más los resultados de las autopsias, echaron luz sobre la sangrienta secuencia. Es que sin el arma hallada en la víspera, los investigadores habían considerado la posibilidad de que otra persona podría haberle disparado al detenido del caso a modo de venganza. “Se trata de un hecho muy complejo y tenemos que brindar todas las garantías”, dijo ayer un investigador judicial.
Tampoco se podía descartar que Pereira haya utilizado el arma, pero esto esta hipótesis estaría desechada.

Los crímenes
Según reconstruyó El Territorio en base a diversas fuentes consultadas, el hecho ocurrió en horas de la mañana del miércoles, poco después de las 9, cuando las víctimas se encontraban en su casa de Colonia Fortaleza, donde se habían instalado hace cerca de tres meses. La vivienda está ubicada a más de 35 kilómetros del casco urbano de San Pedro, en la misma chacra de los abuelos de Raquel.
Los cuerpos fueron hallados en cercanías al baño tipo letrina con lesiones en todo el cuerpo producto de reiterados ataques con machetazos. Fue la abuela de Raquel, que tiene 84 años, la primera en toparse con la cruenta escena debido a que había ido a visitarla con otros nietos. Los niños fueron los encargados de pedir ayuda ya que ella se descompensó y desmayó.
Mogarte fue encontrado en grave estado en la chacra de un vecino, quien lo subió a la camioneta y lo llevó primero a la comisaría y después al hospital local. Los pronósticos al principio indicaban serio riesgo de muerte, pero todo indica que se va a recuperar tal y como quieren los familiares de la víctima.

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