La mamá de Aníbal quedó varada en Monte y busca volver a su casa

lunes 18 de mayo de 2020 | 6:00hs.
Blanca plantó rosas blancas en el lugar de la masacre.
Blanca plantó rosas blancas en el lugar de la masacre.
A un año de la masacre Blanca Suárez (42), la mamá de Aníbal Suárez está atrapada en San Miguel del Monte. Hace dos meses llegó a la localidad desde Concepción de la Sierra para ponerse al tanto de los avances judiciales, pero el confinamiento decretado por el presidente ante la crisis sanitaria hizo que no pueda volver.
Si bien los homenajes se harán en esa localidad, prefiere estar en Concepción, donde descansan los restos de su hijo y donde lo visitaba casi todas las semanas. Tenía pensado volver el lunes con su hermano, pero problemas con el auto frustraron sus planes.
Posiblemente pueda embarcarse en un colectivo que les cobrará 4.000 pesos por persona -a ella y a su hijo-, además del remís de Monte hasta Moreno, desde donde parte a la tierra colorada. Piensa que estará en Posadas el sábado, pero no sabe aún cómo y con qué dinero se trasladará a su domicilio.
“Es fuerte estar acá, en la casa donde vivía Aníbal, con todas sus cosas. Fuerte y doloroso también”, expresó a El Territorio en medio de esas gestiones. Manifestó la posibilidad de pasar por el cementerio antes de llegar a su casa a hacer la correspondiente cuarentena.
A un año del terrible hecho, la mujer que crió sola a sus cuatro hijos confiesa que aún “su ausencia es un dolor grandísimo. Cuando estaba en Misiones pensaba que él estaba acá en Monte y esperaba su llamada, hasta que caía y me daba cuenta de todo lo que ocurrió”.

A la espera del juicio
“Todavía no sé qué les pasó por la cabeza -a los policías-, son respuestas que estamos esperando. Somos cinco familias que aún no las tenemos”, reclamó. Como la madre de Rocío, está contenta con el avance de la Justicia y espera pronto “un juicio justo”.
Por otro lado contó que el tiempo en Monte fue complicado debido a que tiene su domicilio en Misiones y no podría salir mucho. De todas formas pudo rendirle homenaje a su hijo y plantarle una rosa en el lugar del accidente, donde están las cruces de las víctimas fatales.
“A Aníbal le gustaban mucho las rosas, por eso me hice la promesa de plantarle una y la pude cumplir. Elegí el color blanco porque esos chicos eran ángeles, no tenían maldad; por sus almas puras”, finalizó emocionada.