La familia Villalba, querellante en la causa contra cuatro policías

domingo 14 de junio de 2020 | 7:00hs.
Aída Piris, la madre de la víctima, fue testigo de todo lo sucedido.
Aída Piris, la madre de la víctima, fue testigo de todo lo sucedido.
 Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeleyfojacero@elterritorio.com.ar

A seis meses del asesinato de Luciano Villalba (16) en medio de un procedimiento policial en el barrio La Cantera, de Apóstoles, la familia de la víctima finalmente se constituyó como querellante en la causa que tiene a cuatro uniformados de esa localidad bajo la lupa. 
De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por El Territorio, el ingreso de la familia Villalba como parte del proceso de investigación se formalizó a mediados del mes pasado y será la conocida letrada local Mónica Sosa quien llevará adelante la representación de la querella. 
De esta forma, además del acceso a todos los avances de la causa, la familia Villalba mediante su representante legal también tendrán la posibilidad de opinar respecto a futuras decisiones y ofrecer pruebas, entre otras facultades. 
Por otra parte, además del ingreso de la querella la otra novedad que tuvo el caso es que el magistrado Miguel Ángel Faría, del Juzgado de Instrucción Cuatro de Apóstoles, se inhibió y de esta forma ahora el expediente está en manos de la jueza Selva Raquel Zuetta, del Juzgado de Instrucción Cinco de Leandro N. Alem. 
Previo al cambio de juzgado, la causa había tenido importantes avances y entre las medidas que estaban pendientes figuraba la incorporación de los resultados de las pericias balísticas que en su momento la Justicia le había encomendado a los especialistas de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) a fin de aportar “transparencia y objetividad” a la investigación.
Las fuentes indicaron que estaba previsto que este material sea elevado a las autoridades después de la feria de verano, pero la llegada de la pandemia por el coronavirus y las restricciones impuestas en el marco de la emergencia epidemiológica retrasaron la culminación de los estudios. 

Procedimiento y muerte
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, el jueves 5 de diciembre del año pasado, cerca de la medianoche, la Policía fue requerida por un ciudadano que denunció a dos hermanos del barrio La Cantera por haber intentado robar su motocicleta, aunque la familia asegura que el inicio de todo fue una gresca. Ante ello, un patrullero acudió al llamado y después solicitaron refuerzos para avanzar hasta La Cantera, un precario asentamiento ubicado a unos tres kilómetros del casco urbano de Apóstoles.
Según la versión aportada por los uniformados intervinientes, una vez llegado al lugar se encontraron un hermano de Villalba, Ramón ‘Chueco’ Piris, un sujeto con varios antecedentes por diversos delitos, y procedieron a detenerlo, aunque allí fueron apedreados y golpeados con palos por un grupo de vecinos que intentó entorpecer el procedimiento.
También aseguraron que se sintieron superados en número y que vieron a Villalba “presumiblemente armado”. Por ello, decidieron realizar disparos intimidatorios al suelo y se fueron del lugar, pero horas después supieron que Villalba había llegado sin vida al hospital local.
Villalba falleció como consecuencia de un balazo que, según la trayectoria establecida en la autopsia, ingresó en forma oblicua y descendente por su hombro derecho y le afectó el corazón para luego salir por la axila contraria, por lo cual el proyectil no quedó alojado en el cuerpo y eso, en cierto punto, dificulta determinar de qué arma salió el disparo mortal. 
Es por ello que las pericias balísticas ordenadas a realizar son de suma importancia. Todo el trabajo se lleva adelante sobre elementos incautados en la escena, tales como quince casquillos -además de un cargador casi entero- de una pistola 9 milímetros.
“Yo me levanté porque escuché dos tiros, le dije a la vecina que eso no eran cohetes, era muy tarde como para que los chicos del barrio estén tirando cohetes. Cuando yo salgo a buscar a Luciano, me choqué con tres policías que me dijeron que me vaya para adentro, pero no les hice caso, salí a mirar igual porque eran mis hijos los que estaban afuera. Eran unos 12 policías por ahí. Luciano estaba de este lado juntando piedras atrás del tejido y de las plantas. Los policías acá invadieron y se chocaron con él. Yo le vuelvo a decir a Luciano que entre, que deje no más a su hermano -por Chueco- porque ya lo tenían, pero él seguía tirando piedras para que no lleven preso a su hermano. Yo también me puse contra el cerco porque los policías tiraban a quemarropa”, señaló en aquél entonces Aída Piris, madre de la víctima, en diálogo con El Territorio. 

La causa
En un comienzo hubo siete uniformados bajo sospecha, pero finalmente fueron cuatro los que quedaron detenidos, condición en la que permanecieron dos semanas hasta que pudieron recuperar la libertad mediante la firma de una caución juratoria. 
Los implicados son un oficial subayudante de la Comisaría Primera, un sargento de la misma dependencia, un cabo de la Comisaría Tercera y un agente del Comando Radioeléctrico. Todos ellos fueron pasados a disponibilidad por la Jefatura de Policía después del hecho. 
Si bien aún restan conocerse los resultados de una importante cantidad de pericias ordenadas a realizar por la Justicia, hasta el momento las mayores sospechas recaen sobre el oficial subayudante.
Es que durante la ronda de testimoniales iniciada en el marco de la instrucción de la causa se recolectaron varios testimonios que sindican al oficial como el uniformado que efectuó el disparo que finalmente terminó impactando en Villalba y ocasionándole la muerte.
La causa es investigada bajo los cargos de abuso de autoridad y homicidio.


En cifras

4

El hecho ocurrió el 5 de diciembre de 2019. Primero hubo siete policías bajo sospecha, pero finalmente fueron cuatro los que quedaron implicados en la causa.

15

En la escena los pesquisas incautaron varios elementos, entre ellos 15 casquillos de una pistola 9 mm, además de un cargador casi entero.