La familia Salinas salió al cruce del jubilado y negó la acusación de robo

martes 20 de noviembre de 2018 | 4:30hs.
Rafaela Araujo. Pareja de Daniel.
Rafaela Araujo. Pareja de Daniel.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

La familia de Daniel Salinas (33), asesinado de un balazo en la espalda el domingo a la madrugada en la chacra 146 del barrio Villa Cabello de Posadas, salió al cruce de la versión del jubilado y sindicado asesino, Miguel Ángel G. (59), quien en su declaración testimonial realizada en sede policial aseguró que efectuó disparos para defender su propiedad de un supuesto intento de robo y en ese contexto lo terminó matando.
En medio de la sepultura -realizada a media mañana de ayer en el cementerio municipal-, los allegados manifestaron que el hombre recibió el impacto mortal estando en la calle, segundos después de llegar a la casa del acusado para comprar cervezas porque, supuestamente, éste comercializaba bebidas alcohólicas de manera clandestina desde hace muchos años.
En ese punto hasta dejaron entrever que pudo haber existido cierta premeditación o que el jubilado se confundió de persona, por lo que exigieron a las autoridades que se investigue a fondo. Sospechan que la hipótesis del supuesto robo es una coartada para alivianar la culpa del acusado.
“Mi hijo no era un ladrón, no tiene ningún tipo de antecedentes policiales y ante eso sostengo hasta las últimas consecuencias que la acusación que hicieron, sobre que entró a robar esa casa, es absolutamente mentira”, puntualizó Eugenia González, mamá de Salinas.
Con lágrimas en los ojos, después de despedir a su hijo junto a su nuera, Rafaela Araujo, agregó que “el hombre (por el acusado) vende cervezas, su casa es un negocio clandestino. Mi hijo fue a comprar como lo hizo muchas veces y ahí le disparó, de una y a sangre fría. Después de eso inventó lo del robo para salvarse. Eso es lo que pasó y me duele que se digan tantas cosas feas cuando Daniel siempre fue un laburante que no jodía a nadie y lo pueden corroborar las personas con quienes se involucraba tanto en este barrio como en otros”.
“Muchos vecinos están sabiendo cómo pasó todo y recién cuando me dijeron que el asesino era el que suministraba las bebidas, entendí que lo que declaró es mentira. Le tiró a matar sin qué ni por qué y hasta creo que fue premeditado porque estaba armado esperando a alguien y lamentablemente en el camino se cruzó mi hijo”, añadió.

“Murió un inocente”
En el mismo sentido se manifestó la concubina del fallecido. Consideró que “nadie es dueño de la vida de nadie y lo que hizo este hombre es un delito por el que tiene que pagar. La realidad es que mató por la espalda a un padre de familia que fue a comprar, no como quieren hacer creer sobre que quiso robar en esa casa”.
“Es fácil acusar a un muerto que no se puede defender, pero junto a su familia vamos a demostrar que acá murió un inocente y por eso le pedimos a los que investigan que no prejuzguen porque somos pobres. No somos delincuentes para que nos maten y después se justifiquen en un supuesto robo que jamás existió”, puntualizó.
Por último, la progenitora de Salinas reiteró que “lo único que pedimos es que se haga justicia, que este hombre pague por lo que hizo porque a mí me sacó parte de la familia y tres chicos se quedaron sin papá, tirados, solitos. Pido justicia, otra cosa no quiero”.

Crimen y confesión
La versión que expusieron los Salinas contrasta con las pericias que hicieron en el patio de la casa del acusado, donde detectaron orificios de balas en una chapa divisoria del terreno y en un muro que marca el límite con su vecino inmediato. Los peritos también levantaron vainas servidas de un revólver calibre 22 largo (que después entregó) a varios metros, confirmando con eso que los disparos fueron desde la casa hacia ese sector de la propiedad.
Esos vestigios potenciaron los dichos del jubilado ante los detectives policiales, reconociendo que efectuó disparos hacia una persona que había ingresado a su propiedad. Dijo que no era la primera vez que le robaban pero, cansado, decidió defenderse aunque desconocía si llegó a herir al supuesto ladrón porque solamente había observado un bulto en la oscuridad.
Inmediatamente después de contar eso, fue detenido y por orden del titular del Juzgado de Instrucción Tres, Fernando Verón, fue sometido a una prueba orientativa de parafina que dio positivo, detectando vestigios de pólvora en una de sus manos.
Por otro lado, el resultado de la prueba balística que hicieron los peritos para cotejar si los proyectiles extraídos del cuerpo de Salinas coincidían con los utilizados en el revólver, también fue positivo, dando certeza de que el arma que entregó fue la utilizada.
Con esas evidencias, las dudas iniciales se disiparon casi por completo. Por ahora los hombres de la Dirección Homicidios, del Comando Oeste, de la Comisaría Séptima y Minibrigada de la Policía de Misiones, buscan elementos para confirmar o descartar si, efectivamente, el asesinato fue cometido en el marco de un supuesto robo.
Si declara hoy, el acusado podría echar un poco más de luz sobre esa cuestión.